Ciudad de México, 23 de diciembre (SinEmbargo).- Un surcoreano de 31 años era la última joya libre que había en el mercado libre de las Grandes Ligas, tras los batacazos de Jacoby Ellsbury y Robinson Canó . Shin-Soo Choo maravilló a la ciudad de Cincinnati con su puntual bateo desde el primer turno. Un jardinero atento y pulcro, promedio .285 en su último año de contrato que tenía con los Reds. Capaz de cambiar el rumbo de un partido, fue su habilidad para negociar la que mantuvo alerta esta parte del mercado.
Un contrato de 7 años por 130 millones de dólares, descansa en las oficinas de los Texas Rangers para beneplácito de una organización que levanta pasiones en el estado de la estrella solitaria. A merced de lo que determinen los exámenes físicos a los que será sometido, el mejor jugador ofensivo que había en la restante baraja, impondrá su clase en Arlington. Las cláusulas establecidas no incluyen una del cierre, pero sí una para evitar un cambio de rumbo, además de bonos dependiendo al rendimiento que pueda mostrar en el diamante.
Durante la pasada campaña, cuando Choo tomaba el bate, había garantía de que pisaría las almohadillas. Acabo el curso con .423 en este departamento, conectando 21 cuadrangulares, remolcando 54 carreras gracias a su talento. Eficiente ofensivo, ha puesto al cuadro texano en la contienda por llegar lejos en los playoffs. En su noveno año en la Gran Carpa, confía en dar ese salto final para consolidarse como una figura de altos vuelos. Se une así a Prince Fielder además de Ian Kinsler para completar la parte alta de los turnos al bate de los Rangers.
El asunto a concretar es su rendimiento frente a lanzadores zurdos, contra los que registra un promedio de .215, muy por debajo del .317 contra los diestros. Encargado de inaugurar la ofensiva con los Reds, en Texas esperan que sus ganas de crecer hacia ese lugar elitista donde descansan muy pocos. El asiático afronta la parte medular de su trayectoria en la MLB con una franquicia consolidada. Su principal aporte será la ofensiva, pero en el dato, las parcelas texanas tendrán nuevos apellidos. Junto a Choo estarán Leonys Martin y Alex Rios.
Con .288 de por vida, su carta de presentación llena de esperanza a una fanaticada conocedora y ávida por triunfos. Su cuarta franela, tras Seattle, Cleveland y Cincinnati, lo encumbra en la antesala de una carrera que podría terminar siendo legendaria. Ya en Corea del Sur es un ídolo. Su traspaso ha sido tomado por las principales cadenas deportivas del territorio asiático. Un bateador caliente pone a los Rangers firmes al título.
Fue Scott Boras, su agente, el principal responsable del contrato multimillonario que se cerró ayer. Choo sonríe natural sin forzar los músculos de la cara. Con la misma naturalidad, se para en el plato perfilado a la derecha. Tras quedarse afuera de los Playoffs a manos de Pittsburgh, la búsqueda constante por un campeonato, tiene ahora un rumbo más establecido. Con Texas, y su bate, espera conseguir lo que tanto anhela. Durante los próximos siete años, Arlington será el punto de partida.