América vs. León: una lucha de poder; el campeón del futbol mexicano se define este domingo en el Azteca

15/12/2013 - 1:00 am

Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).- Miguel Herrera se unió a Twitter apenas hace unos días “para estar más cerca de los aficionados”. Ayer por la mañana, tras la última conferencia de prensa que dio como entrenador Americanista en Coapa, él mismo le sirvió los tacos a los periodistas presentes en un evento previamente pactado. Sonriente, como de costumbre, cerró filas para enfrentar la vuelta de la final de este Apertura, con plena confianza de conseguir un bicampeonato soñado por una afición ávida de superar de una vez por todas al odiado rival.

Hace cuatro días, la falta de puntería evitó que el americanismo pudieses festejar un gol como visitante. El León, de Gustavo Matosas, se alzó con una victoria de dos goles suficiente en muchas ligas del mundo, en inclusive en México ante otro rival. Terminado el cotejo, Herrera se persignó y caminó hacia los vestidores. Mientras con los locales estaba Carlos Slim repartiendo iPads y iPhones a los jugadores esmeraldas, el entrenador americanista hablaba con Decio de María, al parecer discutiendo algo sobre el juego. Después, ante las cámaras, mostró plena seguridad de darle vuelta a la situación, como también lo manifestó en redes sociales.

El Estadio Azteca tendrá un día movido desde muy temprano debido a una Asamblea de los Testigos de Jehová que se llevará a cabo en el inmueble mundialista por la mañana y hasta el mediodía. Seis horas después, la pelota rodará para cerrar las actividades del Apertura 2013 con dos equipos de gran performance. El americanismo se ha contagiado del mensaje de su entrenador. El recinto de Santa Úrsula se ha convertido en un fortín en el que salir vivo es un milagro. En semifinales, Toluca fue inoperante a pesar de haber conseguido ganar en la ida.

Inaugurado el 29 de mayo de 1966 para albergar el Mundial de 1970, el Azteca es reconocido como una de las maravillas del futbol internacional. Además de haber sido el escenario donde Pelé y Maradona alcanzaron la cúspide de sus carreras, el América presume de haber conquistado 10 de sus 11 títulos en ese sitio que hoy vuelve a llenarse del viejo aire glorioso tras la hazaña de hace seis meses donde Cruz Azul confirmó su maldición deportiva. Desde el primer triunfo en 1976 ante Leones Negros hasta la última estrella en la noche lluviosa con Layún anotando el último penal, hay una de las historias más veneradas por los aficionados mexicanos.

Foto Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro

En frente del once americanista y los 90 mil aficionados entregados en la grada, un equipo resurgido desde las cenizas del ascenso se planta con todo el mérito deportivo en su primera final desde 1997. En aquella tarde en León, un arquero argentino tiró por la borda el esfuerzo colectivo que supo llegar hasta un agotador tiempo extra. En el almanaque del futbol mexicano está la artera agresión de Ángel David Comizzo a Carlos Hermosillo en el área grande esmeralda que ocasionó un penal decisivo. Hoy, los Panzas Verdes tienen de cabeza al bajío con el despliegue futbolístico de un cuadro ávido de trascendencia.

Como en la ida, el duelo se definirá por quien controle las bandas. Esa disputa territorial es clave desde el entendimiento de dos entrenadores incapaces de entregarse a la mesura táctica. Siempre con la portería rival en la mente, han forjado una final atractiva solo opacada por sus dueños, magnataes nacionales enamorados de la multipropiedad. La estela del primer duelo llega hoy al Distrito Federal tan movedizo socialmente por los últimos acontecimientos políticos de esta semana. Interrumpiendo el atardecer, el trofeo del ganador de la Liga MX acaparará las miradas hacia el costado de la cancha donde observará la disputa por todo lo que representa.

Manifestado en forma de estrellas, un campeonato para cualquiera de los dos equipos representaría un cambio poderoso en la dinámica del balompié mexicano. Si América logra darle vuelta al marcador, su escudo lucirá doce estrellas a partir de la próxima temporada para que sus aficionados pueden restregar todo su orgullo a los superados amantes de las alicaídas Chivas. En dado caso de que León rompa el maleficio que el Azteca tiene con el visitante enemigo, el sexto campeonato consolidaría un proyecto deportivo y financiero que desea quedarse por mucho tiempo. Los esmeraldas no solo revivieron a su viejo estadio, sino que le han dado a la ciudad nuevos aires de éxito que se perdieron durante una década.

Una lucha de poder está en juego en forma de trofeo plateado. Los dos propietarios estarán en el Azteca para ser parte de la coreografía emocional que toda final representa. América y León jugarán al futbol, tan importante en la dinámica social de esta país, mucho más para los intereses de dos monopolios deseosos de establecerse por encima del otro. En medio, la afición con sus destellos pasionales han asegurado un lleno total para ser testigos de una lucha atractiva. Los únicos que parece sufrirán, serán los defensas olvidados. La tarde noche capitalina, como hace seis meses, se llenará de futbol sin que nadie se anime a ciencia cierta a dar un pronóstico firme.

Foto Cuartoscuro
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