Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).- Carlos Slim cena todos los lunes con sus seis hijos en la misma casa que habita desde hace 40 años en la Ciudad de México. Apegado a esa tradición infranqueable, este inicio de semana podría ser diferente. Un equipo esmeralda está a punto de cristalizar un sueño desde su sufrida historia reciente. En la mesa redonda de fina madera, la familia del magnate mexicano podría celebrar la sexta estrella del Club León, la primera desde que la cartera de Slim se abriese para alimentar la ilusión de los panzas verdes.
Slim no es bueno con las letras, pero ha sabido leer los números para forjar una riqueza valorada por Forbes en 71 mil millones de dólares; una de las mayores del mundo. Cuando era niño, una película sobre el cañonero Babe Ruth lo hizo enamorarse de los Yankees de Nueva York. Apasionado aficionado, nunca ha pretendido comprar a la franquicia referente de la cultura estadounidense. “Prefiero disfrutarlo, creo que si compras un equipo lo verás como un negocio y entonces no lo disfrutarás”, contó en una entrevista al presentador estadounidense Larry King.
Durante muchos años se mostró reacio a inmiscuirse en el futbol profesional, donde “no existen números concisos para invertir”. Todo eso cambió en septiembre de 2012 cuando Jesús Martínez, Presidente del Grupo Pachuca, anunció con gran revuelo que el otrora hombre más rico del mundo adquiría el 30% de Pachuca, León y la Universidad de Fútbol, por un precio aproximado de 125 millones de dólares. Enemigo histórico de la multipropiedad, Martínez desestimó sus antiguos pensamientos, recibiendo con los brazos abiertos la ayuda capital.
El pasado jueves, la ida de la final del Apertura 2013 de la Liga MX comenzó a las 20:06 horas. La señal abierta no tenía en ninguno de sus canales un evento de gran trascendencia para millones de mexicanos. En cambio, la cadena Fox Sports, dueña de los derechos de transmisión, llevó el partido a toda Latinoamérica. La cadena Uno.tv, de la que es dueño Slim, transmitió el cotejo por YouTube teniendo 133 mil reproducciones. El duelo mediático con las televisoras alcanzó gran relevancia en medio de una contienda que tenía a los dos mejores equipos del país .
Con una chamarra esmeralda, Slim se paró en el palco junto a Jesús Martínez y Arturo Elías Ayub, yerno y brazo derecho empresarial del magnate. Mientras algunos aficionados no dejaban de corear su apellido, accedió a firmar una camiseta que un panza verde le alcanzaba hasta el palco. Su aparición en el Estadio León alimentó la previa del partido. Sonriente caminó por los pasillos rumbo a su asiento, en una de las noches más esperadas por el club guanajuatense tras casi diez años en el tormentoso ascenso del futbol nacional.
En la última década, las inversiones en materia deportiva desde su chequera han provocado revuelo. Desde infraestructura deportiva, congresos, hasta tener presencia en la Fórmula 1 han sido destinados 250 millones de dólares desde 2007. La entrada de Slim hacia el deporte pasa por el interés social que despierta en el país. Mientras miles llenaron fervorosos un estadio, ilusionados por ver ganar a la Fiera de Gustavo Matosas, Slim observaba atento leyendo los números que representaban 22 jugadores en un rectángulo verde.
“Yo le sigo yendo a los Pumas, pero el León es mi segundo equipo”, declaró en 2012 en plena plancha del Zócalo capitalino en medio de uno de sus eventos filantrópicos. Los reporteros le dicen “Ingeniero Slim” cuando lo mencionan. Estudiante de ingeniería civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “la mejor universidad del país”, según sus propias palabras, ha edificado el renacimiento de una pasión aletargada que espera coronarse después de 22 años. Mientras en las televisoras se rompen la cabeza por intentar detener el avance del capital billonario, una ciudad se le entregó por completo.
Hace 10 años que dejó de hacerse cargo de las operaciones económicas para enfocarse a las fundaciones que han sido creadas a partir de sus negocios. Su rutina es levantarse temprano, leer los periódicos y hablar con su gente sobre sus inversiones. Después viaja para dar conferencias o inaugurar nuevos eventos filantrópicos. Esta semana visitó León para revisar de cerca a una de sus últimas adquisiones. «Me da gusto estar acá y que ganara el León», expresó.
Los Panzas Verdes doblegaron al América del Piojo Herrera con dos goles precisos a pesar del embate águila durante gran parte del partido. Al finalizar el cotejo, los jugadores recibieron en el vestuario a Slim en medio de aplausos. Después de agradecerles la labor hecha, repartió un iPhone 5 y un iPad a cada futbolista. “Un pequeño detalle”, lo describió Carlos “Gullit” Peña, jugador de moda en el balompié nacional. Por primera vez, la relevancia antes, durante y después del partido, no tuvo a una televisora inmiscuida. En León ha quedado claro que se rinden ante su dueño.
El arribo del nuevo propietario es un parteaguas en el futbol mexicano. Un nuevo monopolio pone interés en lo que atrae la atención nacional cada fin de semana. Dejando claro que sus inversiones no se hacen en los intereses pasionales como lo es los Yankees de Nueva York, la ganancia no pasa mucho por el éxito deportivo del cuadro esmeralda, sino de la exposición de sus múltiples negocios gracias a ese factor construido en la cancha. Por lo pronto, ovacionado en su salida del inmueble leonés, su imagen en el bajío es de un salvador. Hoy por la noche, podría ser la confirmación de una cena diferente este lunes, con sus 20 nietos presentes, todos vestidos de verde esmeralda.