Ciudad de México, 12 de diciembre (SinEmbargo).– Fungía como entrenador después de una época gloriosa como pugilista en la que supo reinar en los pesos ligeros de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), con un nocaut propinado al estadounidense Leavander Johnson hace 10 años en un pletórico Olympic Auditorium de Los Ángeles. Conocido como “Chatito”, Javier Jáuregui, se entregó a la vida profesional. Amante de la satisfacción generada al subirse un ring dispuesto a batirse frente al contrincante en turno. Enjundioso, fiel a la estirpe mexicana, se le diagnosticó muerte cerebral ayer por la tarde, causando una conmoción en el boxeo nacional.
Frente a José Luis Castillo, potente sonorense, peleó en dos ocasiones ganando ambos combates por la vía rápida. Defendió con éxito ese cinturón nacional de peso pluma del que se sentía tan orgulloso. A penas en septiembre pasado festejó su cumpleaños 40 en medio de una celebración simbólica. El ex campeón mundial sufriría un derrame cerebral tan inesperado como lamentable, teniendo que ser intervenido quirúrgicamente en el nuevo Hospital Civil de Guadalajara, Jalisco. Hasta ese nosocomio llegaron las plegarías de quien gozó con sus triunfos e incluso de aquellos que sufrieron sus golpes.
Ante la fatídica noticia, los médicos encargados pidieron un plazo de 48 horas para dar un diagnóstico preciso sobre la salud de Jáuregui. Sin embargo, ante el escenario fatídico se han diluido las esperanzas de vida para un hombre generador de emociones con sus puños como pretexto. Incapaz de alejarse del encordado, siguió su camino instruyendo a jóvenes aspirantes a ser campeones del mundo. De gran aguante en el ring, terminó de retirarse hasta 2010 con 37 años ante el ruso Provodnikov.
El temible peleador de peso superligero venció al tapatío con un nocaut, a pesar de la férrea oposición que el Chatito le presentó. Hombre de gran sonrisa, perteneció a Canelo Promotions, acompañando al pelirrojo boxeador en varios de sus peleas de los últimos dos años. Duró un año como campeón de los ligeros hasta que perdió por decisión dividida ante Julio “The Kid” Díaz el 13 de mayo de 2004 en la Sports Arena de San Diego California. Combatió a los mejores exponentes de su tiempo, siempre de frente sin mesura.
El 30 de noviembre estuvo en la esquina de su discípulo, Javier “Chino” Rodríguez en una cartelera en el gimnasio Agustín Millán de Toluca. Su esposa habría pedido mantenerlo con vida artificial, solo para que la gente del boxeo pudiera alcanzar a despedirse. Alegre y risueño, en su tiempo como acompañante del Canelo, habría pedido que le tomaran una foto para que su esposa se diera cuenta de que sí trabajaba. El boxeo mexicano ha perdido un baluarte combativo que disputó 73 peleas profesionales, siempre sonriendo, yendo para delante.
