Ciudad de México, 6 de diciembre 2013 (SinEmbargo).– Boston pudo festejar tras un año marcado por una tragedia deportiva durante el tradicional Maratón de la ciudad. Los Red Sox, equipo tradicional acostumbrado a la estela de sufrimiento en toda su historia, pudo coronarse en casa con todo el júbilo de una ciudad entregada a esa institución que desde hace mucho tiempo rompió las fronteras del beisbol para convertirse en identidad. Uno de los más venerados fue Jacoby Ellsbury, quien a sus 30 años tuvo una campaña para el recuerdo, con un promedio de .298 al bate, tan caliente como toda la fanaticada.
Sin embargo, la dinámica financiera del mundo deportivo se hizo presente para interrumpir el romanticismo del pelotero con la gente de Boston. Jacoby tendrá que quitarse la barba, esa que se convirtió en un símbolo de todo el equipo durante los Playoffs. En las oficinas de los Yankees de Nueva York, yace un contrato por siete años y 153 millones de dólares con la firma estampada del jardinero, el tercero más lucrativo en la historia para un fielder, solo por detrás de Matt Kemp y Manny Ramirez (160 millones). En Boston aún no entienden la mala broma que se convirtió en realidad.
Con cuatro años de sequía, lapso inaceptable para una franquicia como la de los Yankees, los del Bronx se han dado a la tarea de reconstruir las ilusiones de su exigente afición a base de billetazos, a pesar de haber anunciado un recorte en su nómina. En una temporada para el olvido, sin acceder a la postemporada, donde sus acérrimos rivales se coronaron con gran impulso y eficacia, la oficina de Hal Steinbrenner sorprendió de la forma más emblemática que conocen: sacudiendo el mercado con un jugador del equipo más odiado.
Ellsbury es el segundo agente libre de gran calibre en firmar con los Yankees tras haber finalizado contrato con los Red Sox. En 2005, Johnny Damon le dio la espalda a una idolatría marcada por su barba prominente y su pelo largo, para aparecer en Yankee Stadium con la cabellera corta y totalmente rasurado. Jacoby verá a partir de 2014 al Monstruo Verde de Fenway Park como un rival a vencer, donde antes se sintió como en casa. La rivalidad Boston-Nueva York tiene un nuevo episodio, después de 94 años cuando Babe Ruth se marchó para hacer historia en la Gran Manzana.
Apenas el martes, los Yankees habían anunciado la contratación del receptor estelar Brian McCann por 85 millones de dólares y cinco años. Mientras los analistas estaban pendientes del futuro del dominicano Robinson Cano, la sorpresa llegó del lugar menos pensado. Los 120 millones de dólares por cinco temporadas que los Red Sox le ofrecieron a su jardinero estelar, quedaron muy por debajo de las aspiraciones de Jacoby. De lado quedó el amor por la franela en un deporte de grandes cantidades. Un pelotero completo arriba a un equipo que no puede permitirse un fracaso como el que acaban de sufrir.
El 2013 se convirtió en una noche de pesadillas inagotables para los Yankees de Nueva York. Con solo 85 victorias, se quedaron sin Playoffs la misma campaña en la que Mariano Rivera dijo adiós al profesionalismo. En el exterior, la novela de Alex Rodriguez manchó cualquier intento por resurgir y las lesiones de Derek Jeter dejaron alicaída a una fanaticada que paga hasta 2500 dólares por un asiento en el majestuoso Yankee Stadium. Hal Steinbrenner ha seguido los pasos de su padre George, entendiendo que después de todo, esto es un negocio. El batacazo de Ellsbury, ha movido el mercado, mientras las sonrisas arrogantes vuelven a aparecer.