Ciudad de México, 30 de noviembre (SinEmbargo).– El trofeo para el ganador del Apertura 2013 correspondiente al Ascenso Mx ha recorrido la ciudad de Aguascalientes en los días previos. En los distintos medios locales, el galardón es lucido como un premio al esfuerzo de todo un año, con la esperanza de que Necaxa pueda llevárselo a sus vitrinas. Una institución tradicional del futbol mexicano está sumergida en el abismo que significa estar por debajo de los reflectores del máximo circuito. Afincado en el centro del país desde 2003 con la intención de conquistar corazones, ha perdido la grandeza conseguida a lo largo de los años, sobre todo en la década de los 90.
En el aire hay una notica que la actual dirigencia rojiblanca ha terminado por confirmar. Un aspecto extra cancha vuelve a empañar la actualidad deportiva, justo en el momento en el que se juega ser campeón. Descendido por última vez en 2011, Necaxa será vendido para alejarse de la estela televisiva que siempre lo ha puesto en segundo plano de las prioridades. Sin darse a conocer el nuevo propietario, los Rayos disputan hoy una final que significa dar uno de dos pasos para su anhelado regreso a Primera división, ante un rival tan tradicional como su propia historia.
El pasado martes, el Estadio Jalisco lució un lleno absoluto como hace mucho no se veía. La catedral del futbol tapatío se entregó a unos Leones Negros que supieron borrar la melancolía de millones de aficionados a sus colores cuando en 1994 jugó su último partido en Primera División. Tras un periodo oscuro de ventas y desapariciones, han llegado a la final del ascenso con un equipo que tuvo mejores entradas que Chivas y Atlas. El futbol en Jalisco sufre con sus equipos representativos en la élite, pero un aguerrido grupo comandado por Alfonso Sosa, ha rescatado la pasión dolida.
“No voy a sonreír hasta el sábado cuando logre levantar el título”, dejó claro el entrenador de los felinos. El partido de ida terminó con mínima ventaja a su favor. Lejos queda aquellas temporadas cuando reapareció en el Ascenso, y tuvo que pelear el descenso. En 2009, renacieron los “Melenudos” de la Universidad de Guadalajara para intentar repetir grandes episodios de su historia. El primer objetivo se ha cumplido, esperando terminar de consolidar hoy un proyecto ambicioso. Un gol de José Cruz Gutiérrez hizo retumbar el Jalisco, con la ilusión de que el eco pueda transportarse haste el Victoria de la ciudad hidrocálida.
“El único que realmente ama al equipo es el que lava los coches que trabaja en la Casa Club”, dice dolido Octavio Becerril a SinEmbargo. El exjugador del Necaxa fue parte del cuadro rojiblanco a la mitad de la década de los 90, cuando ser necaxista era sinónimo de éxito. Afincado en Aguascalientes, lamenta la actualidad de una institución que “le dio todo”. Los Rayos disputaran por cuarta ocasión el título de la Liga de Ascenso. Hace seis meses cayó frente a Toros Neza, quedándose sin posibilidades de disputar un lugar en Primera División, provocando una desazón en la afición rojiblanca.
El trofeo ya dio vueltas por la ciudad. El Estadio Victoria lucirá un lleno poco habitual. El arraigo que los dirigentes esperaban encontrar en el Bajío ha fracasado por el paupérrimo paso futbolístico. En Guadalajara, la gente se hizo notar ayudando a los locales. Hoy Aguascalientes le dará otra oportunidad a un equipo que no logra convencer con la pelota. Una final de equipos tradicionales engalana al Ascenso, ese lugar del que todos quieren escapar. Dos proyectos distintos: Uno encaminado, otro a punto de cambiar de rumbo, se juegan incrementar su valor comercial pero sobre todo conseguir medio boleto rumbo a Primera División.