Ciudad de México, 16 de noviembre (SinEmbargo).- Michael Phelps es considerado el atleta más dominante en la historia de los Juegos Olímpicos con cuatro participaciones. En la piscina, alejado de toda realidad absorbente, forjó un legado para la posteridad. El oriundo de Baltimore inició su carrera a los 15 años en aquel viejo recuerdo de Australia con su modernidad en cada rincón de las instalaciones, ad hoc con el discurso del nuevo milenio que retumbaba en los aires de cada país.
El 4 de agosto de 2012, puso fin a su carrera deportiva. La mayoría de los seres humanos, tienen cuatro lapsos de tiempo en la memoria con el recuerdo de un alto y delgado deportista, tan único como eficiente. El estadounidense puso en alto la bandera de las barras y las estrellas ante una multitud que no lo dejaba en paz. Un ídolo nacía mientras él luchaba por llevar una vida normal, a pesar del seguimiento mediático aplastante al que era expuesto. Su foto lucía en varios rincones asiáticos, siendo imagen de grandes corporativos que le entregaron su imagen.
Michael fue captado fumando marihuana, volteando de cabeza a una sociedad con una doble moral muy establecida en sus símbolos. Phelps había dejado de ser un simple mortal, transformándose en un ejemplo a seguir sin que nadie le preguntara si estaba de acuerdo. A la mitad de sus veintes tenía que aguantar la postura que se le pedía. Ganaba 5 millones de dólares al año, suficiente motivo para exigirle algo fuera de contexto en medio de una etapa en la que cualquier mortal se dedica a divertirse.
Tras un año de retiro voluntario, la Agencia Estadounidense Antidopaje, anunció que Phelps se sometió a dos pruebas en los últimos tres meses. Michael ha entrado otra vez al programa que investiga el consumo de sustancias prohibidas. Limpio en los resultados, un atleta superlativo se prepara para regresar al mundo complicado del alto rendimiento donde nadó como un pez más. La alberca de Rio de Janeiro podría gozar lo que el mundo supo ver durante 16 años.
En octubre, Bob Bowman, entrenador de Michael, confirmó ante los medios que su pupilo volvió a entrenarse en Baltimore, de manera informal. De inmediato, las especulaciones sobre un posible regreso a los 28 años, se expandieron por todas las redes sociales. Bowman salió a calmar el fervor, describiendo la práctica como informal, buscando más mantenerse en forma que un intento de regresar a la élite. Lo que se convirtió en un rumor, ayer pudo convertirse en una confirmación olímpica
Las 22 medallas en total, son una marca récord en el deporte olímpico. Sus 18 oros dejaron atrás al mítico Spitz, que era visto como inalcanzable. Brasil puede fungir como el escenario para el regreso de Phelps, si el nadador cumple con las nueve pruebas que el Comité Olímpico Internacional pide como requisito previo a la justa. En plena etapa de madurez profesional, el Torpedo de Baltimore le ha dado al mundo deportivo un motivo para seguir especulando. Rio aguarda ansioso.