Ciudad de México, 11 de noviembre (SinEmbargo).- La mejor temporada de su carrera podría culminar de una manera asombrosa con el mote de Maestro. En Londres, los mejores del mundo juegan todos contra todos hasta de terminar de definir a los cuatro mejores entre todos los enfrentamientos. Este 2013, una lucha entre dos monstruos acaparó las miradas de millones de aficionados al tenis. Rafael Nadal y Novak Djokovic, acabarán el año de la misma manera en la que fueron compitiendo torneo tras torneo.
El de Mallorca vio durante siete meses como Nole se adueñaba del lugar más alto en el ranking mundial. Cuando regresó, nadie imaginaba todo lo que sucedería. Un atleta del más alto rendimiento dio una muestra de pundonor y talento mientras iba acrecentando su racha de victorias ganando títulos. La final del US Open, determinó el camino en la última etapa del circuito. Rafa venció a Novak en Nueva York bajo el glamour de una ciudad distinta, poniendo las circunstancias a su favor para recuperar lo que le pertenecía.
Hoy se vuelven a ver frente a frente en la final de la espectacular Copa de Maestros londinense bajo techo. En el campeonato más diferente al resto, donde una derrota no significa irse a casa, los dos titanes continúan con su entero dominio. Ser el mejor del mundo es un derecho ya ganado por el español desde las matemáticas que se ven reflejadas en la estadística. Lejos de pensar que se trata de un tramite, se dará un cotejo por el orgullo. Uno para sustentar con un último triunfo el mote adquirido, y el otro para hacerle saber que seguirá luchando.
Nadal dejó fuera a Roger Federer en semifinales. El máximo ganador de Grand Slams se quedó con las ganas de levantar un título importante este año. A sus 32 años, el suizo está lejos de su mejor forma. Esa que dirigió el rumbo de un deporte durante poco más de una década. Con un 7-5, 6-3 en contra, el mejor jugador de todos los tiempos vive la parte final de su carrera inmerso un muchísimas dudas desde su accionar en las pistas. El gran Roger, no ganó ningún torneo grande en 2013, un dato que sigue causando sopresa.
Nadal pudo vencer a Federer por primera vez en una superficie bajo techo, especialidad de siempre del nacido en Basilea. Por el otro lado, Djokovic venció sin problemas al suizo Stanislas Wawrinka con parciales de 6-3, 6-3. En la final del campeonato bañado por luces azules que adornan la entrada de los competidores a la cancha, estará en juego un trofeo, un mote y el orgullo. Sin importar el ranking, dos competidores se citan para cerrar una temporada de ensueño.
Ante un público conocedor que ha abarrotado las gradas en cada uno de los partidos disputados, dos gigantes vigentes le darán un último espectáculo al mundo en general que los observa atentos. Con lo deportivo definido, lo más importante se planta como apuesta. Al que se corone en Londres será llamado maestro y saldrá con la cabeza en alto, sabiendo que el mensaje ha quedado claro. Un diestro y un zurdo se vuelven a enfrentar, sin que nadie se oponga.