Ciudad de México, 10 de noviembre (SinEmbargo).- En Cataluña, uno de los poderes más emblemáticos tiene dos colores mezclados al igual que la pasión y la identidad. El F.C. Barcelona representa para poco más de seis millones de personas, un sentimiento único comparado con muy pocas cosas. Históricamente segundo, siempre por detrás del poderoso Real Madrid, los últimos años han emparejado los resultados victoriosos y la empatía internacional. De pronto el Barça ayudó a que el resto del mundo entendiera una parte de Europa con un sentido nacionalista muy particular.
El equipo blaugrana no solo comenzó a levantar títulos, sino que marcó una pauta. En un deporte donde se dice que todo está inventado, una maquinaria catalana demostró que había todavía un punto alto de calidad nunca antes visto. Encumbrados como el mejor equipo del mundo para algunos de la historia, aquel Barça dirigido por Pep Guardiola dibujó algo en la memoria futbolística que hoy, después de dos años de su partida, sigue siendo venerado como un recuerdo en blanco y negro lejos de la actualidad.
Tras el adiós de Pep llegó Tito Vilanova. Quien había fungido como asistente de campo se sentó en la silla principal de uno de las instituciones deportivas más seguidas en el orbe. Un desenlace triste terminó con la era del nuevo entrenador tras detectársele un cáncer en la glándula parótida. Necesitado de un timonel acorde a la filosofía del club, un argentino tomó fuerza entre toda la baraja que durante semanas se menciono en la prensa internacional. A Gerardo Martino le dicen «Tata» desde que se hizo ídolo como futbolista. Uno de los mejores jugadores en la historia de Argentina, se convirtió en un entrenador rentable capaz de llevar a Paraguay a un Mundial.
Tras un paso exitoso por Newell’s Old Boys, de Rosario, el equipo que lo idolatra, llegó al Barça para retomar el camino del buen juego respetando la filosofía hecha ya marca registrada. El experimento ha funcionado desde la fría estadística que al final es lo único que importa. El cuadro blaugrana tiene ya un título tras haber vencido al sorprendente Atlético de Madrid en la Súper Copa de España. En liga, después de 12 jornadas, el Barcelona tiene 11 victorias y un empate, siendo el conjunto con más goles (34) y el que menos recibe (7). Sin embargo, acostumbrados a la auto exigencia, los aficionados culés no están del todo conformes.
En conferencia de prensa, Xavi Hernández, defendió el proceso del Tata aguantando sereno las preguntas sobre un posible abandono a la filosofía tan marcada que cautivó al mundo. «Aceptamos la crítica, porque quizás no estamos al nivel de años anteriores. Sabemos de la exigencia y venimos de la excelencia. Lo que pretendemos es volver a hacerlo pero a veces cuesta». Con el tono tranquilo de siempre, acorde a la forma de jugar tan paciente y precisa, uno de los capitanes del cuadro culé, no cree que la llegada de Martino perjudique lo que durante tantos años se construyó. “La filosofía es intocable e innegociable y fue el mensaje que Tata nos dio el primer día”.
En pleno inicio de noviembre, en el mes en el que se definen los destinos de los equipos, el Barça tiene fuera de la cancha a un defensor del estilo que tiene tatuada la cinta de capitán incluso cuando no comanda la media cancha.