Ciudad de México, 29 de septiembre (SinEmbargo).– Un emocionado Sebastian Vettel, no sabía qué decir ante la prensa ávida de escuchar a quien ya es una leyenda viva del automovilismo de la Fórmula 1. Con su cara ancha y relajada, lejos de la presión de la competencia, mostró el temple y la naturalidad con la que ha dominado su rubro desde hace cuatro años. No hay nadie en el máximo circuito que no acepte, la superioridad de un hombre acoplado a la filosofía de una escudería inteligente.
Red Bull posee un piloto capaz de rentabilizar todos los implementos que tiene un coche diseñado para algo más que competir. Vettel tiene 26 años y un futuro brillante siempre y cuando la dinámica continúe siendo tan eficaz como en los últimos años. Una maestría de trabajo en equipo para implementar estrategias enfocadas para hacer sentir bien a quien comanda con las manos sobre el volante. Con un coche atrevido en sus implementaciones, Sebastian ha sido el indicado para hacer historia.
El alemán, conocido como “Baby Schumi”, ha entrado a los grandes lares de la grandeza. Es junto a Michael Shcumacher y Juan Manuel Fangio, los únicos pilotos en ganar cuatro campeonatos del mundo consecutivos. Vettel tiene ante sí, la posibilidad de seguir gestando la mejor historia jamás escrita en la Fórmula 1. Es el tetracampeón más joven. “Haber llegado hasta aquí, significa tener que darle las gracias a mucha gente”, contó. Su discurso, siempre tan tranquilo, se llenó de emotividad al ganar el gran premio de la India.
“No ha sido ni mucho menos tan fácil como puede haber parecido. El equipo ha estado tan fuerte, ellos me han contagiado. Ha sido un placer conducir este coche y correr por ellos”, declaró Sebastian. La escudería austriaca, tiene en sus filas a un atleta superlativo, amante de la adrenalina desbordada a gran velocidad. El alemán convirtió esta competencia en una dictadura repleta de temple al volante. Mientras al pasar las semanas, los puntos se iban acumulando en la tabla, él simplemente iba y venía divertido.
Al logro individual, se le añade el nuevo título de Red Bull. Cuatro títulos que engrandecen la celebración. A tres grandes premios del final de la temporada, todo se ha definido gracias al excelso trabajo en equipo de ingenieros y piloto. El nuevo triunfo de Vettel llega en una temporada que en teoría tendría que haber sido una de las más competitivas de los últimos tiempos. El panorama pide records. La victoria 10 de la escudería austriaca, lo pone a uno de empatar su marca en 2011. La marca a conquistar, son los 13 triunfos de Schumacher hace 9 años.
Precoz ganador desde su etapa infantil con los Karts, a la mitad de sus 20, Vettel ya es uno de los pilotos más dominante que hayan llegado a la máxima categoría del automovilismo. Incapaz de no competir, mantiene el mismo tono global. El heredero de Schumacher no olvida a su equipo. Mientras, los ingenieros celebraron como si cada uno fuera un piloto. La comunión que se ve en toda la escudería, ha provocado que se haga historia. El futuro promete, mientras Sebastian va entrando a la madurez personal.