Ciudad de México, 28 de octubre (SinEmbargo).- En los últimos tiempos, los centros delanteros en España se han convertido en una raza reconvertida a un recurso en vez de una prioridad. Nombres de futbolistas notables en su capacidad para gritar gol, han decidido emigrar a nuevos lugares donde el delantero “clavado”, el orgulloso nueve, tenga aún reconocimiento como ejecutor de la jugada final. Un cambio de sistema reacomodó las opciones de una posición, sin embargo, hay uno que levantó la mano, no solo en representación de su gremio, sino para ser referente nacional.
Diego Costa nació en Brasil hace 25 años, a pesar de que su gesto duro lo haga ver de mucha más edad. El delantero espigado nunca jugó en la Primera División de su país. Desde muy joven, recién adquirida la mayoría de edad, se enfiló rumbo a Portugal para probar fortuna en el viejo continente confiando en las capacidades que le hicieron firmar su primer contrato a los 16 años con el Braga. Costa tiene la personalidad de un mecha corta cualquiera. Sin mucho, el temperamento bravío de un hombre explota, como olvidándose del entorno.
Ese mismo carácter ha sido dominado con maestría por Diego “Cholo” Simeone, otro que tiene a flor de piel las emociones. El argentino, entrenador del Atlético de Madrid, vio como se fue Radamel Falcao rumbo a Mónaco. Fiel a su estilo, confió en lo que tenía a la mano y comprometió a Costa para que se convirtiera en ese eje central que necesitaba el recién llegado David Villa. A partir de ahí, el brasileño de nacimiento se conviritó en un espéctaculo que hoy está a punto de llegar a la selección española, que en sus planteamientos había jugado sin un referente de área. El jugador no querido desvelar si seguirá participando para Brasil o defenderá a la Roja campeona del mundo.
La selección ibérica ha jugado un sinfín de partidos con un mediocampista pensante en el centro del área. En varias ocasiones se ha visto en el banquillo a Fernando Torres, Álvaro Negreo o Fernando Llorente, sin que se necesite su aportación. El estilo español, tomado casi como plagio del Barça, se extendió por toda la Liga Española. Los equipos entendían el valor que se le daba a la media cancha para llegar con la pelota controlada, y se olvidaron del delantero.
Costa hoy tiene la posibilidad de brincarse ese nacionalismo que aún defiende el deporte más popular del mundo cuando organiza competencias internacionales. Con una serie de amistosos cerca, Luis Felipe Scolari, técnico de Brasil, ha dejado claro su intención de convocar al delantero del Atleti. Desde el entorno del futbolista, solo sale un silencio que despierta varias suspicacias sobre lo que decidirá. A penas en marzo de este año, Costa disputó dos amistosos con la Verde-Amarelha. Siete meses después, con su nacionalidad española en regla, puede volverse referente del equipo al que todos quieren vencer.
“Tengo la decisión tomada”, declaró al finalizar el encuentro entre el Atlético de Madrid y el Austria Viena dentro de la Europa League. Mientras el futbol ibérico se acostumbró a vivir sin sus referentes de Área, hoy Vicente Del Bosque espera ansioso a un jugador que ha crecido ante los ojos del futbol mundial. De asistente a goleador, Diego ha funcionado bien al lado de Villa en el cuadro Colchonero. El bigotón entrenador del seleccionado español, espera trasladar ese vínculo a su equipo. El campeón vigente, sigue reinventándose.