Ciudad de México, 24 de octubre (SinEmbargo).– El futuro deportivo de la Selección Mexicana de futbol, ha sido entregado al Club América. Las Águilas han sabido mantener el nivel mostrado del pasado torneo en el que supieron conquistar su estrella 11. El líder general ha prestado a jugadores, cuerpo técnico y director deportivo para que se vistan de verde ante el panorama atípico que millones de aficionados observan alarmados. Vinculada con el ánimo de la nación, la selección tendrá una base americanista de mexicanos, y un extranjero que ha provocado que el carácter deportivo se convierta en un asunto de estado.
Rubens Sambueza debutó en el 2003 bajo una de las escuelas más productivas del futbol mundial. Su zurda jugó durante cuatro años en River Plate. Nacido hace 29 años en Neuquén, comenzó a desequilibrar con buen ritmo conforme pasaban los partidos. En 2007, llegó a Pumas con su talento temperamental que rápidamente le dejó serias enemistades con el arbitraje mexicano. El argentino no se encontró en México y tras una temporada, se marchó a Brasil y de regreso a River Plate. Después, le daría otra oportunidad al balompié azteca. En Guadalajara, encontraría un aliado en la dirección técnica.
En 2009, Miguel Herrera conducía a los Tecos cuando recibió al rebelde Rubens. El Piojo sacó provecho del argentino. Sambueza demostró sus credenciales que le hicieron debutar en uno de los más grandes equipos en el mundo. La UAG, siempre en la insípida media tabla, perdió los estribos metiéndose en problemas con el porcentaje. Herrera se marchó en 2010 y el talentoso mediocampista pampero, descendió con su equipo. El destino los volvería a unir en 2012 cuando el América contrató al entrenador de escuela lavolpista, y él confiaría en ese carácter medio explosivo lleno de buen futbol.
La prensa cuestionó al Piojo por confiar en alguien que acababa de sufrir un descenso. Rubens tuvo que adaptarse a la bomba mediática que significó vestirse de amarillo. El argentino no solo calló las críticas sino que se volvió vital en el sistema productivo de Herrera. Hoy, con la necesidad de un generador de juego, ausente durante todo el hexagonal, Sambueza puede ser convocado por el flamante cuarto entrenador del Tri en menos de dos meses. El nuevo nombre extranjero que vestirá al seleccionado nacional, tiene un par de situaciones que han aumentado las críticas para el caos que ha provocado el futbol mexicano con su representativo.
El mismo año que Sambueza regresó a México, la FIFA modificó el artículo 8 de su reglamento con el propósito de que jugadores de selecciones menores, tuvieran la posibilidad de cambiar de nacionalidad. El propósito era mantener la identidad de los futbolistas. “Un jugador podrá ejercer el derecho de cambiar de asociación solo si no ha jugado (parcial o completamente) en un partido internacional A de una competencia oficial, representa a la asociación en que se encuentran”, el 15 redacta que “toda persona que posea una nacionalidad permanente que no dependa de la residencia en un país es elegible para jugar en Ios equipos representativos de la asociación de ese país”. Rubens, que jugó el mundial Sub-17 con Argentina en Trinidad y Tobago, se vería imposibilitado de vestir la verde.
Mientras se arregla la situación con FIFA, ya se ha acelerado el proceso de nacionalidad para Sambueza. En un hecho sin precedentes, la situación deportiva ha tomado carácter de urgencia gubernamental. Se tiene programado que el viernes, Rubens sea mexicano oficialmente. El proceso, que terminaría hasta el próximo año, se adelanta para que el mediocampista pueda disputar el repechaje frente a Nueva Zelanda. El futbol vuelve a ser prioridad. El presidente Enrique Peña Nieto, manifestó en Panamá, su esperanza de que el cuadro nacional pueda estar en Brasil 2014. El tema de la naturalización del argentino, ha despertado otra vez el alcance del deporte más popular del país, en medio de las constantes críticas. La FIFA, podría frenar el entusiasmo del gobierno y futbol mexicano.