Ciudad de México, 23 de octubre (SinEmbargo).– Mientras el futbol mexicano se debate entre un control autoritario y la necesidad de no fracasar en sus aspiraciones para clasificar a Brasil 2014, en el primer mundo de este deporte, se hacen encuestas sobre el crack que no pisará suelo sudamericano. Europa pone en el escenario unas eliminatorias marcadas por la paridad, mientras en Concacaf, alcanza con ser mediocre para seguir teniendo aspiraciones. En la UEFA, quedar segundo en un grupo, implica ir a un repechaje tan duro como los últimos tres años de partidos constantes.
Para Sudáfrica 2010, uno de los emparejamientos de la repesca europea, se dio entre Francia e Irlanda. Ya en el Mundial, México enfrentó a los galos en Polokwane. En la grada, había muchas banderas irlandesas apoyando al equipo de Javier Aguirre con consignas en contra de Michel Platini, presidente de la UEFA. Una mano de Thierry Henry en el partido de vuelta en París, dejó fuera a Irlanda provocando un escándalo monumental. Los reclamos llegaron desde altas esferas políticas, acusando al francés Platini de ayudar a su equipo. La victoria mexicana, en aquella noche sudafricana que dejaba fuera a Francia, fue celebrada en dos países.
Esta etapa eliminatoria, puso otra vez a Francia en el repechaje. Dos potencias más acompañaban a la lista. Portugal y Suecia, esperaban ansiosos el sorteo que definiría sus rivales con cierto temor de ser la nueva «Irlanda». Cristiano Ronaldo, fiel a su discurso, declaró abiertamente no querer que su selección se enfrentará con los galos por motivos que no se atrevió a decir «por miedo a un castigo». Al final, la llave dejó frente a frente a dos potencias que cualquier Mundial espera con los brazos abiertos. Portugueses y suecos evitaron a la selección de Platini, pero tendrán que disputarse un cupo para Brasil.
Zlatan Ibrahimovic, a quien lo único que le importa es ganar, comandará a su selección frente al ídolo madridista. En el papel, Portugal es más favorito por tener en teoría mejores individualidades en su nómina. Sin embargo, que los suecos cierren como locales la eliminatoria, equiparando las condiciones de un enfrentamiento equilibrado por naturaleza. La UEFA, zona de élite en el mundo de la pelota, vuelve a colocar en escena una historia que dejará a un gran derrotado. Zlatan, figura del millonario PSG, ha prometido «dos partidos fantásticos».
«Por encima de la táctica o de analizar al rival, Ibra y Ronaldo pueden cambiar un partido», reconoce Erik Hamren, entrenador de Suecia. En 180 minutos, algo más que un simple boleto a la Copa del Mundo, está en juego. La posibilidad de que una figura de talla internacional se quedé fuera, pone el morbo necesario para que los enfrentamientos homenajeen al deporte más popular del mundo. Cristiano, de 28 años y Zlatan, de 32, podrían estarse jugando la última oportunidad para disputar el máximo torneo futbolístico.
El 15 y 19 de noviembre, primero en Lisboa, después en Estocolmo, uno de los pases más significativos estará en juego. Suecia, que ya se perdió el Mundial sudafricano, no tiene en sus planes coleccionar fracasos consecutivos. Portugal, con un talento reconocido en sus filas y comandado por uno de los dos mejores futbolistas del planeta, tiene la obligación de calificar para seguir llamándose potencia. Como una mala broma, México o Nueva Zelanda jugarán por un pase, mientras que en Europa un titán llorará la derrota. La geografía, no es justa en el futbol.