David Mier y Terán, un velarista mexicano que ha superado la adversidad del sistema, con su pasión como bandera

21/10/2013 - 12:00 am

 

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Ciudad de México, 21 de octubre (SinEmbargo).- David Mier y Terán tiene una barba que le da un aspecto de descuidado que se añaden a su profesión distinta a las que tienen a la rutina como su eje central. Lejos de la atención mediática nacional, fuera del rango pasional que provoca el futbol, un atleta como él tiene cuatro Juegos Olímpicos en su carrera representando a México. Como base, el talento, el esfuerzo y mucha paciencia ante una adversidad que viven constantemente las disciplinas «menores» en convocatoria. Al yucateco se le reconocen los logros, pero mucho más su capacidad de salir adelante con pie propio.

A los 14 años empezó con el Windsurf y supo que era algo que jamás iba a dejar. Su amor fue inmediato, mientras iba entendiendo que la realidad iba a ser dura. Sin embargo, tal vez sin saberlo, comenzó a construir una historia digna como deportista. Otra más de un mexicano incapaz de aceptar aceptar la adversidad, comandado por su pasión desmedida. Hoy tiene 35 años y sigue financiando la mayor parte de sus travesías. El valerista no ha parado por esfuerzo, aunque la realidad mexicana le ponga obstáculos administrativos.

«Es difícil ser deportista en México», declaró para el portal unionyucatan.mx con semblante tranquilo. David no se queja, pero su caso describe muy bien lo difícil que se hace tratar de competir en un deporte «distinto» a lo común. De su propio bolsillo, se ha financiado la mayor parte de sus dos décadas de carrera. Entrenándose en el extranjero, donde existen programas especializados para otorgarle a la vocación un camino para entrenarse, representa con los colores nacionales por identidad a pesar del poco apoyo oficial.

Además de su labor como atleta, ha sabido tocar puertas de patrocinadores aunque no sea su labor principal. «No hay muchos apoyos al deporte, la vida del deportista es estar buscando apoyos, recursos económicos, patrocinios, todo eso. No es muy agradable estar buscando patrocinadores, no es la chamba propia de un atleta, sin embargo para vivir en México tienes que hacerlo en todos los deportes”, cuenta en el mismo rotativo digital. La vida de un hombre como él, pasa por esos contratiempos innecesarios.

Optimista y trabajador, olvida la mala actuación en Londres con miras a Rio 2016. Hace unos días, un sexto lugar en la Copa del Mundo en China, lo puso en la mira de varios medios nacionales. Representar al país en una disciplina atlética es un estatus que muy pocos oficios ofrecen. El camino arduo de un yucateco ejemplar, va navegando con el pensamiento puesto en una nueva justa Olímpica donde está seguro que lo ocurrido en la capital inglesa, «no volverá a ocurrir». Aunque no se considera un profesional de un deporte elitista, reconoce que los gastos que tiene que hacer son considerables.

David lamenta la diferencia entre México y otros países donde existen programas para jóvenes que tienen la curiosidad de probar el windsurf como un pasatiempo primero, después como una profesión digna sí así lo deciden. En otros lares, se cuenta con todo el sustento financiero y moral, en México es estar solo. Tal vez las historias como David alimentan el orgullo que representa triunfar ante la adversidad, pero que se tenga que padecer a solas no es lo más conveniente. Mientras se tiene la esperanza de que algo cambie, un valerista orgulloso de su península yucateca, sigue forjando su propio camino.

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Foto: yucatan.com.mx

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