Ciudad de México, 16 de octubre (SinEmbargo).– México aseguró jugar el repechaje frente a Nueva Zelanda gracias a la Selección de Estados Unidos que venció a Panamá en suelo caribeño. El mayor fracaso en la historia del futbol mexicano estuvo a minutos de consumarse. Sin ideas, abatidos por el ambiente adverso, el equipo de Víctor Manuel Vucetich fracasó a pesar del embalaje que provocó el gol de chilena de Raúl Jiménez el pasado viernes.
Como en toda la eliminatoria, un cuadro azteca sin alma fue vencido por Costa Rica que rompió 21 años sin ganarle a los mexicanos como locales. Cardiaca y apasionada resultó ser la última jornada del hexagonal de la Concacaf. Tras el cese de José Manuel «Chepo» de la Torre, el experimento del nombrado “Rey Midas”, terminó funcionando a pesar de no haber reflejado un cambio considerable en el funcionamiento colectivo.
México estuvo a tres minutos de quedarse sin la posibilidad de disputar su sexto Mundial consecutivo. En un mes, la Selección Nacional recibirá a Nueva Zelanda, a la espera de ver la sede elegida. Cinco días después, el último boleto disponible para Brasil 2014, se disputará en suelo oceánico. El rendimiento de la Selección Mexicana es un fracaso tomando en cuenta el pasado reciente del futbol mexicano.
Hace un año, un país se alegraba con una medalla de Oro olímpica, y hace dos, la Sub-17 se coronó campeona del mundo en cancha del Estadio Azteca. La actualidad es un golpe duro para todo el entorno que maneja el balompié nacional. Un negocio que manejan unos pocos, provoca pasiones desmedidas en millones de personas que toman a la pelota como un refrescante social. Bajo la lluvia tica, un proceso que ha sido admirado en el resto del mundo, pudo haber claudicado de la noche a la mañana.
El panorama cambia drásticamente para futuras eliminatorias. El mal llamado “Gigante de la Concacaf”, no existe más. Sin importar lo que pase frente a Nueva Zelanda, el Tri tendrá que replantearse muchas cosas. El sentido de pertenencia se vio perjudicado en estos últimos meses. Las voces que anhelaban un fracaso deportivo para afectar a los intereses de las empresas que controlan al equipo nacional, pesaron más que las porras de quienes sólo contaban con la ilusión de siempre, abandonados por el funcionamiento colectivo.
Nueva Zelanda visitará México y la Federación Mexicana de Futbol se plantea poner el partido en Toluca en plena tarde para aprovechar las condiciones naturales del lugar. Los oceánicos llevan unas semanas trabajando en Estados Unidos. En 180 minutos, de costa a costa, Brasil 2014 está en juego.
La última ausencia mexicana en la mayor justa organizada por FIFA fue en Italia 90. Un castigo administrativo dejó sin furor a mexicanos que tendrían que esperar cuatro años más. Fue el proceso para España 82 en el que la selección perdió su derecho a asistir en plena competencia. Hoy, el futbol nacional se ve benficiada con la excesiva cuota de plazasa que tiene la Concacaf, tal vez la zona más débil del planeta después de Oceanía.
Mientras el duelo frente a los neozelandeses llega, los debates sobre el futuro del deporte más popular del país se debatirá a la espera de que los máximos responsables decidan que hacer. Durante mucho tiempo se prevaleció lo comercial antes que lo deportivo, innumerables comerciales se grababan con los jugadores como mal actores todo en pos de seguir facturando. El «quinto partido», ese invento de las televisoras, fue la barrera mental que no se ha superado. El resultado de malas prioridades, fue una destrosa elimiantoria donde ni el Estadio Azteca pesó.
«Podemos ganarle a Nueva Zelanda», declaró Victor Manuel Vucetich al terminar el partido en San José. El ex técnico de Monterrey tiene ante sí, un compromiso deportivo difícil de sortear. El anímico está a la altura del nivel de juego, con la esperanza como único argumento para seguir compitiendo.
La desconocida Nueva Zelanda en plano futbolístico, es el nuevo objetivo de un equipo que se creyó poderoso, pecando de soberbia. El caribe, tierra de placer turístico, se convirtió en el territorio más hostil para cualquier seleccionado mexicano. La derrota con Costa Rica, pendientes de lo que pasaba con Estados Unidos, cierra un proceso vergonzoso que se fue cayendo a pedazos desde que inició el 2013. Casi 1000 millones de dólares se mantienen con vida gracias al equipo de las barras y las estrellas. El negocio del futbol, privatizado por unos cuantos, respira medio agonizando en medio de la pasión de aficionados deseosos de ver a su representativo entre las 32 selecciones que disputarán la Copa del Mundo brasileña el próximo verano.
El partido de Estados Unidos terminó un minuto antes que el de México, el Tri aseguró seguir vivo a distancia. La escala será en Oceanía, ante un cuadro que acabó invicto el Mundial de Sudáfrica 2010 colaborando para dejar fuera a la poderosa Italia.
El técnico de los All Whites, Ricki Herbert, estuvo en el partido del Tri frente a Panamá. El entrenador se mostró cautivado por el ambiente posterior al golazo de Raúl Jiménez pero prometió que en Wellington, el ambiente sería frío, “me aseguraré de ello”, declaró sonriente. Con tres boletos y medio para la Copa del Mundo, que México acabe en zona de repechaje, es un aviso severo para replantearse el cómo se maneja a un conjunto que mueve muchos intereses.
Este martes, una falla garrafal de Javier «Chicharito» Hernández inició una noche cardiaca que pudo acabar en tragedia deportiva. Estados Unidos, siempre menospreciado, amado u odiado, permitió a México seguir soñando. La cuenta oficial de U.S Soccer en Twitter, escribió: #YoureWelcomeMexico.