Guanajuato, Gto., 14 Oct. (Notimex).- La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), bajo la dirección de Juan Trigos, rindió homenaje al compositor mexicano Mario Lavista, en una función en la que se estrenó la pieza «Canto fúnebre/A la memoria de ?Quinos?», que compuso a su amigo Joaquín Gutiérrez Heras.
Lavista, quien este año ha sido objeto de diversos homenajes en ocasión de su cumpleaños 70, fue agasajado ayer en el marco del 41 del Festival Internacional Cervantino, que se desarrolla aquí hasta el día 27.
En el acto, denominado Concierto Homenaje a Lavista, Hindemith y Lutoslawski, celebrado en el Teatro Principal de esta ciudad, Lavista explicó que la pieza fue un homenaje a Gutiérrez Heras, con quien tocaba el piano a cuatro manos.
Tras referirse a la relación de amistad que los unió por más de 40 años, destacó que «sentí la necesidad de escribir este canto fúnebre, precisamente a la memoria de él, que más que un canto fue una serie de cantos, una serie de frases o periodos que se enlazan uno al otro».
Comentó que el sábado pasado la escuchó por primera vez en el ensayo general y este domingo antes del concierto volvió a escucharla, y es una pieza religiosa que dura aproximadamente 10 minutos.
La velada inició con la pieza «Ficciones», pieza escrita por Lavista en 1980, basada en una colección de cuentos de Jorge Luis Borges (1899-1986), sobre la búsqueda de la divinidad.
La pieza utiliza un sistema armónico que tiene un sentido de espiral, donde todo vuelve al principio, lo que busca crear la ilusión de un tiempo circular, que simboliza el ciclo eterno de las cosas, explicó Lavista en la charla durante el intermedio.
En la siguiente obra, el destacado violinista ruso Sasha Rozhdestvensky fue el invitado de honor convidado a la celebración del autor mexicano. El seleccionado para el festejo fue el compositor alemán Paul Hindemith (1895-1963), de quien también se conmemoraba su 50 aniversario luctuoso.
Encabezado por el violinista ruso, el ensamble guanajuatense interpretó el «Concierto para violín y orquesta», de Hindemith, cuyos movimientos «Mässig bewegte Halbe» (Moderatto), «Langsam» (Lento) y «Lebhaft» (Movimentato), fueron el terreno propicio para que el músico europeo demostrara su virtuosismo y técnica interpretativa.
Tras haber regresado al escenario más de cinco veces, en agradecimiento a los aplausos de los asistentes, con un español fluido Sasha dijo que quería regalarle al público una polka, la cual interpretó con gran maestría.
Después del intermedio, la orquesta ejecutó la pieza de estreno mundial «Canto fúnebre/ A la memoria de ?Quinos?», Joaquín Gutiérrez Heras, obra escrita por encargo del Instituto Nacional de Bellas Artes-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Universidad de Guanajuato, que plasmó la fuerza de los alientos en contraste con la de las cuerdas, en esta suerte de liturgia doliente por el amigo que ya no está.
Para cerrar el homenaje, la agrupación, dirigida por Trigos interpretó la Sinfonía No. 4, de Witold Lutoslawski (1913-1994), de quien se celebra el centenario de su nacimiento.
Fue una imponente pieza que navega en un complejo lenguaje gracias a la expansión de su paleta armónica, que dota a la obra de una sombría sonoridad, y que fue retribuida con un prolongado aplauso final.