Ciudad de México, 5 de octubre (SinEmbargo).- A las afueras de las instalaciones de la FIFA, casi un centenar de personas sostienen una tarjeta roja en su mano. En un viernes movido por la reunión del Comité Ejecutivo del organismo donde se decidiría el mes apropiado para la realización del mundial Qatar 2022. Con la polémica del calor extenuante sobre la mesa, es un reclamo social vinculado a los derechos humanos, lo que se presenta como el mayor reclamo desde varios frentes. La Asociación de Trabajadores de la Construcción y la Madera (BWI) y del sindicato UNIA suizo, alzaron la voz por la situación de miles de trabajadores en el país árabe.
Hace unos días, el periódico británico The Guardian, publicó un extenso informe sobre la situación de los inmigrantes, en su mayoría nepaleses, que se encuentran trabajando en la construcción de las instalaciones necesarias para albergar la primera Copa del Mundo en Medio Oriente. Las precarias condiciones de vida y los excesivos malos tratos, le han dado la vuelta a la palestra en cada rincón del planeta. Ante la situación, la FIFA no se ha pronunciado en lo absoluto. El máximo organismo del futbol mundial, sigue analizando trasladar la justa para invierno en vez del verano.
Qatar ganó la designación en 2010 superando al favorito Estados Unidos. Desde su elección, no han dejado de salir a la luz polémica tras polémica. La prestigiosa revista France Football, pionera en la entrega del Balón de Oro, publicó 20 páginas donde se afirmaba que a base de sobornos, uno de los países más ricos del mundo, había superado al gigante norteamericano para organizar el mundial de futbol. Las acusaciones apuntaban, entre otros, a Michel Platini. El presidente de la UEFA habría sido aconsejado por el ex mandatario francés Nicolas Sarkozy, quien tiene vínculos directos con la realeza catarí.
El suizo Joseph Blatter, presidente de la FIFA, ha realizado una serie de declaraciones en contra de la designación hecha hace tres años. “Puede que nos hayamos equivocado”, llegó a decir para retractarse días después con la polémica desatada. El principal obstáculo para el mandatario son las extremas condiciones climatológicas. El calor provocaría serias desgracias en jugadores y aficionados, según su punto de vista. Las críticas por estas preocupaciones no se han hecho esperar en la afición argumentando que antes de la elección, ya se sabía esa circunstancia.
Los informes desde Catar pronostican que 4 millones de trabajadores morirán hasta la fecha del puntapié inicial del mundial pactado. En condiciones insalubres, comen cientos de personas en dos cocinas ubicadas en un aglomerado de edificaciones con cuartos donde hasta doce trabajadores duermen. En las paredes, fotografías de las familias dejadas y un mapa de Nepal, fungen como instrumento melancólico para intentar aguantar la situación en la que se encuentran. Engañados, con toda la ley en contra, laboran hasta 16 horas diarias en lo que serán autopistas, estadios u hoteles de primer mundo.
A Catar se le complica el defender lo que se ganaron en una votación. La situación de los trabajadores ha provocado una presión social que comienza a pesar. A muchos obreros se les ha retenido el pasaporte, mientras tienen hasta diez meses sin cobrar sueldo. Ante la ola de información y de reacciones de los sindicatos de trabajadores alrededor del mundo, Blatter decidió aplazar la decisión sobre la fecha en que se realizará la competencia. El suizo, experto en el manejo de medios, sabe que una pronunciación alterna al problema laboral, le traerían críticas difíciles de atajar. En medio del silencio oficial, la situación ya está siendo reclamado por el brazo laboral del mundo.