El «Africano de Oro», George Weah, un estudiante de criminología que conquistó el mundo del futbol

01/10/2013 - 1:30 am
Foto Fifacom
Foto: fifa.com

Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo).- En el clima caluroso de la Florida, se apresura para llegar a tiempo a el aula que le toca. Espigado, atento y ordenado, asiste a clases como uno más. A pesar de la humildad que lleva como bandera desde hace años, no pasa desapercibido entre el alumnado de la Universidad de Miami. Estudia criminología siempre pensando en la situación de su país mientras la melancolía futbolística lo sigue recordando como uno de los mejores jugadores en la historia.

De su genética se colgó para darse una mejor vida. Su piel negra fue portada de los diarios deportivos a finales de 1995. George Weah representó un cambio ideológico en la solemnidad europea de la FIFA. El balón de Oro, ese premio tan valorado hoy en día, abrió sus puertas a nacionalidades que no pertenecían al viejo continente. Con el anunciamiento, un torbellino de potencia se apuntó como favorito para ganarlo. El jugador del Milán fue galardonado para reconvertirlo en un símbolo.

Bañada por el Océano Atléntico, al oeste de África, una nación idolatra a un futbolista que nunca olvidó sus raíces. Hasta 2010, la FIFA cumplió el propósito de llevar al deporte más popular del mundo al continente negro en su afán de esa globalización total quedando pendiente Oceanía. Olvidado en competencias, la cantera africana alimenta a las mejores competencias del mundo con un estilo propio de sus jugadores. Apellidos como Drogba, Eto’o, Boateng, Gyan, entre otros, encumbran aún más lo que Weah consiguió con el balón de Oro.

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No fue el primer africano que figuró en el plano internacional, pero para Liberia es su Maradona o su Pelé. A diferencia de los dos astros, su comportamiento no tiene cuestionamientos en la sociedad de sus país. George comenzó en Francia como la mayoría de los que con sueños dejan sus hogares africanos para abrirse camino con su talento futbolístico. Mónaco y París lo recibieron como uno más antes de que el Milan lo llevara al difícil Calcio italiano donde conocería la gloria total.

En Liberia existen las Palawa hut. Son casas neutrales a conflictos entre vecinos. Como en un debate presidencial, se unen bajo esa choza para llegar a un acuerdo. Un país rico en naturaleza, oro y petróleo, tiene el problema de corrupción que azota a gran parte del mundo. Mientras subía su reputación deportiva, el veloz atacante hacía mucho por hogar. La niñez liberiana fue su principal objetivo. Galardonado con muchos premios internacionales por su labor humanitaria, decidió ir más allá del altruismo.

En 2005 perdió las elecciones para la presidencia de su país frente a Ellen Johnson-Sirleaf, sin perder el entusiasmo. Ha estado activo desde ese año en la situación política de su país. Un tipo que es conocido como “Africano de oro”, mantiene la fe de tener una mejor nación en base a la educación infantil. Hace 10 años se retiró del futbol profesional. “No vi a nadie con tanto entusiasmo como él”, dijo alguna vez Arsené Wenger, técnico del Arsenal. Graduado en Administración de Empresas, hoy estudia Criminología con la misma entrega con la que conquistó el mundo futbolístico.

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