Ciudad de México, 29 de septiembre (SinEmbargo).- Hace unos meses, siete bailarines del Ballet Nacional de Cuba desertaron en medio de un gira en México. La noticia causó sorpresa por el rubro. El arte se unía al deporte, principal sector de desertores en los últimos años. Futbolistas y beisbolistas se han marchado de competencias internacionales para intentar cambiar una realidad profesional que les pueda dar mucha más proyección. En medio de una filosofía distinta a la mayoría del mundo occidental, la internacionalización del deporte genera nuevas curiosidades en atletas cubanos.
Lejos del nacionalismo de Félix Savón, ese boxeador que nunca renunció al amateurismo a pesar de ser considerado el mejor del mundo. Grandes bolsas fueron descartadas por aquel enamorado de la patria. Fiel a los sentimientos de la Revolución Cubana, increpó a quienes le exigían pelear por dinero. Su última aparición fueron los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Una década después, veía cómo su amor por Cuba no era compartido por otros deportistas de la isla. Copa Oro, clásico mundial o eliminatorias eran los marcos principales donde se daba la fuga.
Una realidad política ha alcanzado al deporte este viernes cuando el diario oficial Granma, de La Habana, publicó que el gobierno de Raúl Castro permitirá a los atletas cubanos poder competir en ligas extranjeras y poder quedarse con los ingresos que perciban por su profesión. La única condición es tener que estar en el país durante las competencias principales. El béisbol, deporte principal, podría alimentar una gran cantidad de jugadores a las Grandes Ligas. La reforma llega con la principal intención de disminuir los casos de desertores y de solidificar el vínculo de sus atletas con las causas nacionales.
La vergüenza del gobierno cubano ante los constantes casos de desertores, ha propiciado una regulación histórica desde que el deporte se declaró amateur tras la revolución. La situación económica de atletas y entrenadores mejorará indudablemente sin tener claro cómo se pagarán los impuestos en la isla dependiendo el sueldo que obtengan por su trabajo en el extranjero. La apertura ideológica beneficia principalmente al Rey de los deportes. Ligas como la mexicana, japonés y principalmente la estadounidense, comenzarán a gestionar constantes visorias al talento innegable que existe en la isla.
El deporte cubano goza de una reputación buena en el mundo. Su medicina especializada es de las mejores que se pueden encontrar. Los rasgos genéticos de los cubanos, propician ser potencia en distintas disciplinas. Exponentes de gran calidad podrán salir de sus fronteras sin olvidarse del sentimiento revolucionario que envuelve el aire que se respira. La presión social impuesta por las voces de grandes deportistas que han desertado como Yasiel Puig o Aroldis Chapman, han terminado por provocar un anuncio que le ha dado la vuelta al mundo como una celebración notable.
El deporte vuelve a ser el marco para un cambio que conducirá a nuevas direcciones sociales. Los sueños de competir en un mejor nivel, teniendo una vida acorde a sus habilidades, tendrán cabida en la realidad a la espera de que se solucione el tema fiscal con los impuestos a pagar. Desde el gobierno han dejado claro que la reforma es solo en el aspecto deportivo sin que se pretenda modificar o regular las cantidades máximas de dinero que se pueden enviar desde el extranjero. Una ventana hacia el exterior se ha abierto mientras se especula que pudiera ser la primera de varias decisiones que terminen por beneficiar todo lo correspondiente al mundo deportivo cubano.