El enjundioso talento de Tommy Robredo deja a Roger Federer sin un final de Grand Slam por primera vez en 11 años

04/09/2013 - 12:00 am
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Ciudad de México, 4 de septiembre (SinEmbargo).- Cuando Rafael Nadal accedió a los cuartos de final del Abierto de los Estados Unidos tras vencer al alemán Philipp Kohlschreiber, el duelo de Roger Federer ante Tommy Robredo cobró mucha más importancia de la que ya tenía un partido de octavos de final en Nueva York. La lógica dibujaba un duelo entre dos colosos tenistas que en los últimos años han mantenido las emociones a tope disputando finales por doquier. Rafa y Roger se encontrarían en el último Grand Slam del año, apegándose a la lógica.

Robredo había perdido los diez últimos enfrentamientos frente al talentoso y legendario suizo. Roger afrontaba la cita neoyorquina con la misión de seguir escribiendo argumentos para continuar acrecentando su carrera. Federer corría el peligro de quedar fuera del top 10, un atrevimiento histórico para el que es considerado como el mejor jugador de la historia. Este 2012 ha sido un año de serios re planteamientos mientras el periodismo deportivo analiza el pronto retiro de un genio de las pistas. La noche del lunes, Robredo no solo se enfrentaba ante una racha negativa, sino a un grande que buscaba un renacimiento.

Tommy nació en Cataluña para convertirse en miembro de una generación española de atletas que han dominado últimamente toda competencia. Estando un peldaño más abajo que el mallorquín Nadal, el pundonor que Robredo le impone a su juego lo convierten en un serio contendiente cuando sale en un buen día. Ubicado en el lugar 22 del ranking mundial, su temporada ha pasado a ser sobresaliente. Tras haber llegado a los cuartos de final de Roland Garros, el partido frente al suizo fue una muestra de lo que el tenis español ha sido en los últimos años. Un empedernido, enjundioso e incansable Robredo venció en tres sets al gran Federer.

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En un partido que tuvo que cambiar de sede buscando evitar las inclemencias del tiempo que incluía lluvia, la cancha del Louis Armstrong fue testigo de una dura batalla. Por primera vez desde 2002, Roger Federer no jugará una final de Grand Slam de la temporada. "En los puntos clave simplemente no pude", declaró el suizo con su tono tranquilo de siempre contrarrestando la alegría del español que sabía todo lo que había logrado. Romper una racha de diez partidos perdidos, no fue la mayor satisfacción de Robredo, el catalán dio un salto de calidad en su repertorio con Nadal en la mira.

Viéndole en sería desventaja, el suizo traicionó por necesidad la esencia que lo convirtió en lo que es. Imposibilitado en su juego de piernas, intentó recortar los puntos con sus constantes subidas a la red buscando hacer frente a la pegada eficaz de la raqueta ibérica. "Me he ganado a mí mismo", reconoció Roger. El servicio en el que tanto había trabajado, perdió la agresividad mostrada en los últimos partidos, mientras su derecha no fue contundente. En el plano mental, Robredo fue mas fuerte empujado por el ambiente adverso. La grada, que en todo momento lo alentó, le dio una calurosa ovación de despedida que fue agradecida con un leve gesto en su sonrisa.

Robredo venció al mejor jugador de la historia, el 7 del mundo durante 2013. Los pequeños detalles ganados por él, fueron la clave de la victoria según el análisis estadístico. Federer sólo consiguió dos puntos de quiebre de las 16 oportunidades que se le presentaron, un dato apabullante que dejaría fuera a cualquier jugador de élite en las mismas instancias. De lo duro que es ver caer a un gigante al premio merecido de un español pensante de corazón amplio capaz de soportar más de dos horas de un batalla digna que dejó fuera a un histórico. Robredo ahora intentará que el mismo empujón anímico le alcance para vencer a un Nadal enchufado mientras España observa sonriente.

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