Un ambiente festivo enmarca el Informe de Peña; pero en el Zócalo, cabizbajos, los maestros temen desalojo

03/09/2013 - 12:01 am
Presidente Enrique Peña Nieto Foto Presidencia
Presidente Enrique Peña Nieto. Foto: Presidencia

Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).– El formato que Enrique Peña Nieto escogió para rendir su Primer Informe de gobierno se parece mucho a los de antes, a los de sus antecesores del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Los 16 aplausos que ayer lo interrumpieron en la hora con ocho minutos que estuvo frente al micrófono, llegaron como una cascada festiva.

El primer aplauso ocurrió cuando mencionó la Ley General Docente, aprobada ayer por la Cámara de Diputados a la 1:30 de la mañana y el segundo, cuando aludió a todas las reformas de su gobierno en acuerdo político en el Pacto por México. El tercero y cuarto, tras la mención de que “nadie se hará justicia por su propios medios" en una tenue alusión a las policías comunitarias que recorren Michoacán y Guerrero para defenderse del fantasma de la violencia. El quinto, al reconocer a las fuerzas armadas. En este, el primer mandatario se incluyó y él mismo, palmeó. Y así, hasta completar los 16.

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De la fiesta priista de antaño, los 16 aplausos para Peña Nieto son un residuo, apenas un recuerdo, una cosa de nada. El periodista Jacobo Zabludovsky, al cuarto para las 15:00 horas, recuerda en su noticiario de Radio Centro que antes, los Presidentes salían del recinto de la Cámara de Diputados en San Lázaro y recorrían en carro descubierto la calle de Allende mientras escupían confeti. Sin contar la interpelación de Porfirio Muñoz Ledo en 1988 a Miguel de la Madrid y los variados gritos de los perredistas a Carlos Salinas, en general, hay una historia de informes sin sobresaltos.

Por ese camino, por esa calle del Centro Histórico capitalino, hoy –en pleno día de Informe– el Presidente no está, pero otros sí: los miles de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Y Ezequiel Díaz, secretario de Organización de la delegación I-378 de la Sierra de Oaxaca –un hombre que participó en el movimiento de 2006 en ese estado, al que se agregó la organización de la APPO– está diciendo que El Rodeo, Miguel Hidalgo, Ignacio Zaragoza y San Lucas Camotlán son nombres de escuelas a las que en junio se les tuvieron que poner techos de lámina y cartones en los hoyos donde deben ir ventanas. Eso, porque los chaparrones amenazaban con inundarlos sin clemencia. Primero con un viento que parecía que iba a arrancar de raíz las ramas que los rodean allá en el Istmo de Tehuantepec y luego con lluvia, mucha lluvia.

Dice eso porque el sexto aplauso para el Presidente de México se está escuchando a través de un radio de baterías, colgado de una de las cientos de cuerdas que sostienen a este campamento. Es el minuto 22 del discurso del jefe del Ejecutivo y está diciendo esto: “En México hay 1.4 millones de maestros de educación básica y media superior. La inmensa mayoría de ellos, en este momento, está dando clases, construyendo el futuro de México, desde las aulas. Con vocación de servicio y amor a la educación cumplen la elevada misión de forjar las nuevas generaciones de mexicanos”.

Ezequiel Díaz (diez años frente al aula, a la espera de alumnos que caminan durante dos horas en la sierra, caminante él mismo para ir a buscar al que no llega, sabedor que cuando en Los Mixes, el maíz se quema, los niños no tienen nada qué comer) está en el Zócalo, en la confluencia de 16 de septiembre y la Plaza de la Constitución.

Llegó aquí, la noche del 21 de agosto; ayudó a amarrar carpas y tomó el suelo como cama. Su simulada casita es la primera de todas. Dentro, el calor del fogón del café es uno más, una presencia perceptible. No hay nada festivo en el rostro de Ezequiel quien, a veces, se permite algunas sonrisas. El maestro no ha dormido. En cinco días. “Tenemos que estar en guardia porque no sabemos si esta madrugada o la otra, o la que viene, llegan y nos desalojan”.

No es posible caminar aquí sin tropezar el cuello con un lazo. La Plaza de la Constitución está llena, de esquina a esquina, de lado a lado; por la Catedral, por el Templo Mayor, por el Palacio Nacional o el Gobierno del Distrito Federal.

El profesor Ezequiel Díaz desea que se desmienta que su movimiento, el de la CNTE, está patrocinado por el gobierno. “Es mentira que el gobierno está pagando. Los compañeros resisten porque han ahorrado”. Y su otro interés es este: “No, nos oponemos a la evaluación. Lo que pedimos es que no sea universal. Nosotros no enseñamos con energía eléctrica. Nosotros no tenemos acceso a Internet. Nosotros tenemos que comprar el material”.

En este campamento el Informe es recibido con las cabezas hacia abajo. Los análisis inmediatos que concluyen hasta el  mediodía, con un sueño que vence y arropa. Miguel Jiménez González, secretario de Organización de la misma sierra oaxaqueña, con esa voz suya, suave y sin ánimos de protesta, le lanza al viento unas palabras, mientras el cielo de la capital del país está a punto de dejar caer una de sus tormentas: “Si nos van a evaluar, que nos evalúen; pero uno por uno, con lo que cada uno hace. Con las horas que trabajamos. Con lo que le dedicamos a cada niño. Con la pobreza que vivimos todos, niños y maestros. Con la falta de maíz. Que la evaluación no sea universal. Eso es lo que pedimos. Y si lo ve bien, son muy poquitas palabras”.

Campamento De La Cnte En El Zócalo Foto Francisco Cañedo Sinembargo
Campamento de la CNTE en el Zócalo. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

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Son las 10:00 horas. El Presidente, después de caminar por los jardines de Los Pinos, acompañado de su esposa, la actriz Angélica Rivera (traje de dos piezas, falda rosa y zapatos cerrados de medio tacón, relatan las crónicas radiales) está puntual ante el micrófono. Menciona a sus escuchas y los reconoce. Antes de informar sobre cualquier ámbito, antes de abordar cualquier otro aspecto de la Nación, abre con una celebración:

“Escuché con atención los posicionamientos de los grupos parlamentarios en la Sesión del Consejo General, que ponen de manifiesto la pluralidad política de nuestro país. A todos los legisladores les deseo el mayor de los éxitos en el trascendente periodo legislativo que han iniciado. Celebro que de forma inédita y con gran decisión y plena responsabilidad con el país, a unas horas de iniciados sus trabajos, la Cámara de Diputados aprobó la nueva Ley del Servicio Profesional Docente”.

Son las 10:00 horas y la CNTE se erige en Asamblea Nacional en la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). En el campamento del Zócalo, todo se reduce a escuchar, atender, vigilar y esperar. Esperar. Los maestros no marcharán mientras no haya una decisión bajo consenso en la Asamblea. Y aceptarán irse si el gobierno de la República acepta sus propuestas. Uno de los maestros explica al respecto, que la evaluación debe realizarse por zonas. Y sin más, sin querer ahondar en ello, sostiene que algunos planteles no resistirán para fin de año.

Ha transcurrido ya la hora del Presidente. Él dice: Tenemos 120 días para que 2013 sea recordado como un año de grandes transformaciones. Un año en que México se atrevió a despegar”.

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La prensa extranjera ha reaccionado y se ha visto orillada a modificar su evaluación sobre el Presidente Mexicano. Y en parte, este campamento de más de cien carpas azules, blancas y rosas, donde las sincronizadas se venden a “4 por 10”, ha influido en tal decisión. Si hace nueve meses vio que México viraba hacia un próspero terreno, diez días de manifestaciones en contra de la reforma educativa de los maestros, han sido suficientes para modificar las editoriales sobre México.

Después del discurso presidencial, The Washington Post publicó online que “[Peña Nieto] trató de impulsar una agenda de reformas agresivas, que parecía estar contra las cuerdas esta semana, mientras las protestas de docentes paralizaban una parte de la Ciudad de México”.

El rotativo acotó que la ley educativa fue aprobada por la Cámara de Diputados, pero aún debe pasar por el Senado.

En el campamento de la CNTE en el Zócalo, hay una cartulina que pregunta: “¿Y los 13,775 ejecutados? Gracias@EPN”. Porque al respecto de la muerte que ha ocasionado la lucha contra el crimen organizado, Peña Nieto repitió lo que dijo en la 34 sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública: 65 de los 122 criminales más buscados han sido arrestados. Pero The Washington Post hizo notar que la lista de nombres jamás ha sido publicada.

LAS AUSENCIAS

En el Primer Informe de Gobierno no sólo los muertos están ausentes. O los desaparecidos. Tampoco se escucha de Peña Nieto sus logros en los ámbitos de Cultura. No dice nada de nada respecto a la Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción. No menciona la palabra “Recesión”, pero menciona que “el entorno exterior frenó nuestro ritmo de crecimiento, pero la oportunidad de acelerar nuestra economía está dentro del país. Está en las decisiones que tomemos como Nación”.

Ese es su pie para indicar que “sólo los mexicanos podemos quitar, de una vez por todas, los frenos que han limitado el crecimiento económico de México”.

Aquí vuelve a hablar de las reformas. “Resulta trascendental concretar las Reformas Financiera y Energética, así como la Hacendaria, que presentaré en próximos días, para que México pueda acelerar su desarrollo”.

DEJAR HUELLA

El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, convocó ayer a todos los mexicanos a que “seamos parte del México que no le tiene miedo a la transformación; del México decidido a trascender y dejar huella”.

El jefe del Ejecutivo Federal destacó que en los próximos meses se decidirá qué historia vamos a escribir en las siguientes décadas y emplazó esos 120 días para que 2013 sea recordado como un año de grandes transformaciones, un año en que México se atrevió a despegar.

El nuevo Presidente, emanado del PRI, exclamó ayer en su primer Informe: “Mover a México, transformarlo de raíz, exigirá lo mejor de nosotros, pero vale la pena el esfuerzo”.

Aseguró, el primer mandatario, que “tenemos claridad de rumbo, tenemos la energía y determinación para mover y transformar a nuestro país…”

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Cuando habla de los pobres de México, Enrique Peña Nieto dice que una de sus primeras decisiones fue la Cruzada Nacional contra el Hambre en respaldo a más de siete millones de mexicanos con doble condición de desventaja: pobreza extrema y carencia alimentaria. Informa que este programa insignia arrancó en 400 municipios y “en la mayoría” se entrega un apoyo mensual a 250 mil familias a través de la nueva tarjeta Sin Hambre, que no es más que una credencial para adquirir productos básicos con descuento en las tiendas comunitarias de Diconsa.

Cuando habla de Seguridad y Justicia, rememora que al comenzar su administración había dos opciones: “Mantener la inercia o emprender cambios de fondo”.

Se explica: “En seguridad y justicia, la disyuntiva era seguir usando, solamente la fuerza contra la criminalidad, o ser más eficaces con mayor y mejor información, análisis, coordinación institucional y prevención social del delito”.

Cuando habla de México ante el mundo, informa que se vio ante la alternativa de dejar una imagen distorsionada de México o ir al mundo a reposicionar “la gran Nación que somos”.

El Presidente de México está diciendo que “hoy queda claro, hemos optado por la ruta de la transformación”.

“¿TÚ LE CREES?”

“Es importante reconocer que buena parte de quienes se oponen a la Reforma Educativa provienen de estados en donde la pobreza, la marginación y el atraso limitan la vida de las comunidades y la calidad de la enseñanza.

Para hacer frente a esas condiciones inaceptables, presentaré a la Cámara de Diputados, en mi propuesta de Presupuesto de Egresos 2014, un programa especial de apoyo a la enseñanza en entidades con mayor atraso educativo”, anuncia Enrique Peña Nieto a unos minutos de concluir e irse por los jardines de Los Pinos, mientras algunos fotógrafos capturen su imagen, al lado de su esposa.

Pero Irma Cortés Ramírez, maestra de preescolar, dice que no le cree. Su escepticismo lo basa en que –relata- en 28 años de servicio no ha visto ningún apoyo del gobierno. Ella, quien da clases en la escuela Yacudaa que en Mixteco significa Cerro de Jabón, lanza al aire: -¿Tú le crees? ¿Quién le cree? Tiene otra pregunta: ¿En qué burbuja se encuentra? “Ellos –el gabinete presente en el Informe- llevan a sus hijos a estudiar al extranjero”.

Esta profesora explica: “Un maestro en la región de Los Mixes debe hacer un diagnóstico de cada alumno. Todos son pobres. Pero algunos tienen discapacidad motriz o intelectual. Yo, de todo esto, lo que pienso es que, antes de lo cognoscitivo está lo emocional”.

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Si uno intenta buscar una salida del campamento de la CNTE por la calle 16 de septiembre, será inevitable topar con una cartulina en la que se lee: “Flojo tu corazón que no se conmueve ante la tragedia de otro”. Los maestros apostados en el campamento del Zócalo, explican que la hicieron para recibir el primer Informe de labores de Enrique Peña Nieto.

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