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Gumaro abrazó las partes que no se comió del cadáver y se durmió. La historia completa en El caníbal

10/06/2019 - 7:00 pm

“¡Párate, cabrón!”, le dijeron a Gumaro de Dios. Los agentes acababan de entrar en la palapa. Nada los había preparado para ver a alguien abrazado de un “desarticulado cadáver desnudo”. 

Ciudad de México, 10 de junio (SinEmbargo).– Dice Alejandro Almazán que ninguna etapa del adiestramiento “había preparado a los ocho agentes del grupo Jabalí para lo que verían a las 7:40 horas del martes 14 de diciembre de 2004”. Y es que ese día se toparían al horror en persona.

El agente Alejandro Díaz se metió a una palapa en Quintana Roo. Ahí vio a Gumaro de Dios Arias, quien se encontraba abrazado de un “desarticulado cadáver desnudo”. La sorpresa fulminó a los uniformados.

“¡Párate, cabrón!”, le dijeron a Gumaro de Dios. “Si una persona considerada normal se va a dormir y amanece frente a un muerto, su reacción sería llorar, sobresaltarse, salir huyendo. Gumaro no. Él se comportó como si no ocurriera nada extraordinario”, narra Almazán.

Gumaro se había comido parte del cuerpo del hombre que asesinó.

La historia anterior se encuentra en el libro Gumaro de Dios, El Canibal, un texto de Alejandro Almazán, quien ha ganado varias veces el Premio Nacional de Periodismo por sus crónicas.

Almazán cuenta, en casi 150 páginas, la vida de un hombre que “nació, creció y se convirtió en un prototipo del destino terrible a que induce la pobreza. Asesino, caníbal, esquizofrénico. Un chico que hacía los mandados de la familia en la bicicleta de su padre se pierde para siempre en una selva de confusiones”, escribe Élmer Mendoza sobre el libro.

Para construir el texto, el autor viajó hasta la prisión en la que se encontraba Gumaro. Ahí intentó entender qué había ocurrido; quiso saber qué condujo a alguien a matar a su compañía y después comérsela a “dentelladas”.

En el libro Almazán salta en el tiempo una y otra vez. El lector puede hallarse junto a Gumaro tras las rejas o junto a su víctima, en la palapa a la que entró el agente Díaz.

Crónica, documentos oficiales y testimonios alimentan a Gumaro de Dios, publicado por primera vez por Random House Mondadori en el 2007. Hoy es distribuido por Nitro Press.

Carlos Vargas Sepúlveda
Periodista hecho en Polakas. Autor del libro Rostros en la oscuridad: El caso Ayotzinapa. Hace crónica del México violento de hoy. Ya concluyó siete maratones.
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