Ciudad de México, 1 de septiembre (SinEmbargo).- Hace unos días, la saga Madden lanzó su nueva edición para que todos los aficionados tengan el placer de sentirse participes de lo que pasa dentro de las canchas profesionales de la National Football League (NFL). John Madden es un histórico coach de futbol americano. De sus proezas se inspiraron para crear una historia que ha sabido deslumbrar a millones de personas en todo el mundo. La pasión de un deporte espectacular se ve bien reflejada en una realidad virtual que sirve para cumplir con el deseo inconcluso de sentirse profesional. De las series de videojuegos deportivos, el ritual de Madden tiene una leyenda maldita muy peculiar.
Desde su primera edición, la figura del emblemático coach se hizo presente en las portadas. La imagen del juego cobró importancia por cuestiones de marketing. Fueron 11 portadas las que tuvieron al entrenador como presentación. La cara blanca de pelo rubio y una larga sonrisa de Madden terminó con el nuevo siglo. La gente de EA Sports, realizadores del juego, decidieron darle proximidad a la portada colocando un jugador como cara del producto. La elección del personaje dependía del momento y de la fama alcanzada.
Se dice que John Madden, vanidoso como exitoso, nunca estuvo de acuerdo con el cambio de formato. El ganador de Super Bowl había perdido el lugar de preferencia. A pesar de sus intentos para convencer a los realizadores, tuvo más peso la nueva idea. Desde aquella edición, la del año 2000, algo extraño y peculiar pasó. Una historia con una rareza digna del deporte que nadie ha sabido explicar. El enojo del viejo Coach, provocó una maldición. Como un ritual del budú, quien se atrevía a aceptar el privilegio de la portada, sufriría durante toda la temporada.
Barry Sanderson y Dorsey Levens fueron las primeras "víctimas". Las lesiones que los acarrearon durante la temporada despertó la curiosidad de aquellos despiertos que de inmediato asignaron la mala suerte al videojuego. Al siguiente año, Eddie George sufrió una lesión que mermo su actuación. En 2002, Duante Culpepper, se perdió los últimos cinco partidos de la temporada tras lastimarse la rodilla. Tres historias consecutivas provocaron una paranoia que sirvió a que la fama bien ganada desde sus gráficas, se acrecentara por el curioso caso trágico de las primeras tres ediciones sin Madden en portada.
Marshall Faulk era un jugador relevante, explosivo de gran capacidad. Elegido para la siguiente portada, se lastimó el tobillo y sus Rams quedaron fuera de los Playoffs. Michael Vick y el gran Ray Lewis siguieron en la lista de elegidos y lesionados. La catástrofe llegó a tal grado que los directivos exigían a los posibles candidato rechazar la propuesta para vestir la imagen del videojuego. Con toda la paranoia en el aire, un engreído mariscal de campo desestimó la maldición. Donovan McNabb ridiculizó a los creyentes pesimistas. Meses más tarde sufrió una dolor a hernia por la cual tuvo que ser operado.
Durante los siguientes años, no solo lesiones sino factores extra campo revistieron a una maldición de la que ya muy pocos dudaban. Un escándalo sexual de Brett Favre junto con una lesión, le hicieron ver a la leyenda que era tiempo de su retiro. Como caso particular, en 2012, Payton Hills sufrió lesiones en los muslos y una faringitis. Cuando se recuperó, el muslo volvió a lesionarse. Ante la prensa, abiertamente irritado, culpó a la maldición de la portada de Madden por su pésima temporada. La nueva portada de la nueva edición conmemorativa por los 25 años de vida del videojuego, tiene a dos figuras. Una histórica retirada como Barry Sanders y una realidad de los Vikingos como Adrián Peterson. El mundo está a la espera de las fatídicas noticias.
