Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo).– Muy contrario a su esencia, Samuel Eto'o era un lateral defendiendo la mínima ventaja que el Inter de Milán tenía frente al FC Barcelona en la semifinal de la Champions League en 2010. Aquella temporada, el equipo italiano ganó al ansiado triplete. En el banco, José Mourinho ganó su segunda orejona con un camerunés inconmensurable. Como en sus mejores días, a Samuel se le volvió a ver comprometido con la causa. Un miembro más de un equipo que buscaba la trascendencia continental eliminando a una escuela blaugrana que se vanagloriaba de ser la mejor del mundo.
Después Mourinho se quedó en Madrid tras coronarse con el cuadro Neroazurro para dirigir al Real Madrid obsesionado con la décima Champions de su historia. El delantero camerunés tomó rumbo a Rusia donde una oferta repleta de petrodólares le garantizó un sueldo de 20 millones de euros anuales que lo convirtió en uno de los futbolistas mejores pagados del mundo a cambio de apartarse del primer mundo futbolístico. "He jugado bajo el mando de muchos entrenadores, pero sólo hay un José Mourinho", declaró en su momento Samuel recordando al portugués de carácter fuerte.
Este verano, una noticia retumbó desde Rusia para sorpresa de este mundo globalizado que se determina conforme a las grandes cifras que se manejan en los traspasos. Un imperio caía por decisión propia. El Anzhi, equipo de Eto'o, decidió volver a sus bases humildes recortando de manera extrema sus presupuestos. Para lograr eso, había que vender sus mejore baluartes. De inmediato el mundo futbolístico sondeó al entorno del camerunés de 32 años. Entre Napoli, Inter y Chelsea, fue el cariño de antaño lo que produjo la decisión final. Un hombre que había influido en su pasado, lo llamaba para tratar de disfrutar sus últimos tiempos en su carrera.
Mourinho se fue del Real Madrid pidiendo a gritos asilo político en Londres tras una desastrosa temporada donde no logró ganar ningún título en la entidad merengue. El Chelsea aceptó gustoso gracias al legado que el portugués dejó en su paso previo por el club de Román Abramovich. El magnate ruso tuvo problemas con el carácter del "Special One", lo cual terminó por destituirlo de su cargo. En esta nueva etapa, perdonados los malos entendidos, Mou vuelve a reinar en Stamford Bridge con total poder, sin embargo, a dos días del cierre de registros, la llegada del mítico delantero africano, alimenta mucho más las altas expectativas de la entidad azul.
El contrato por un año es una mera formalidad a estas alturas de la vida de Samuel. El camerunés altruista, siempre preocupado por el bienestar y desarrollo del continente africano, arriba por el llamado de quien ha considerado como el mejor entrenador que ha tenido en su vida. Mourinho, experto en conseguir lo mejor del subconsciente de sus dirigidos, dispondrá de uno de los atacantes más letales de los últimos tiempos a quien conoce demasiado bien. Sin la necesidad de un trabajo de reconocimiento, la experiencia de Samuel promete ser el último toque de una plantilla destinada a dar pelea en cada competencia en la que compita.
El niño aquel que repartía pescado de niño, es hoy un multimillonario coleccionista de coches de lujo. Su voz es una marca registrada del futbol mundial. Debido a sus palabras, se ha metido en problemas con la federación de su país. Un tipo que recorrió un largo camino hacia el bienestar, entiende la vida desde la justicia. Empecinado en "correr como negro para vivir como blanco", frase histórica pronunciada por él mismo, hoy el camerunés provocador de grandes alegrías allí en cualquier parte donde jugó, arriba a Londres con la única misión de seguir haciendo crecer su historia ejemplar venida desde el sufrimiento.