Ciudad de México, 17 de agosto (SinEmbargo).- Durante la temporada 2008-2009, una de las promesas con más renombre en el futbol argentino era un volante de Newell´s Old Boys de Rosario de gran velocidad y de mucha más visión de campo. Mauro Formica tenía 21 años cuando despertó el interés del mundo futbolístico. Ofertas de Turquí y Francia comenzaron a llegar a la ciudad rosarina. El futbolista se ilusionaba con salir del país como normalmente los jóvenes distintos lo llevan haciendo tradicionalmente desde hace ya muchos años.
Mauro ha padecido de mala suerte. Tras su debut con 18 años, fueron tres temporadas donde de a poco se consolidó como un referente del club Leproso. La oferta del Galatasaray mantuvo en vilo a la dirigencia y al propio jugador en medio de las negociaciones. Al final, no se llegó a un acuerdo en el traspaso. Después llegó desde Italia el Génova para intentar llevarse los servicios del talentoso argentino. La propuesta no terminó por cuajar. Formica comenzaba a desesperarse al ver su sueño de jugar en el viejo continente truncarse una vez más.
Un día, las negociaciones avanzaron a tal punto que Mauro tomó un avión junto con su representante a la bella ciudad de Mónaco para hacer los exámenes médicos que el club le pedía antes de ofrecerle un contrato. Mientras iba en el aire, las negociaciones se empezaron a complicar. Al final, con las pruebas superadas con éxito, el precio establecido había cambiado por parte del equipo galo. Formica regresaba a Rosario para volver a lamentarse. Mauro siguió jugando, esperando que la pelota le hiciera justicia.
En Inglaterra, el Blackburn Rovers, equipo de mitad de tabla, le dio el visto bueno para que formara parte de su plantilla. Cuando debutó, marcó su primer gol. En el festejo, ese grito guardado durante años, resonó fuerte en él y en sus conocidos. Por fin tenía el justo premio a lo que todos le alababan. La promesa argentina tenía cartel, el panorama pintaba prometedor. El Gato, como le apodan, disfrutaba de los nuevos aires mientas su equipo comenzaba a entrar en una pendiente de rendimiento.
Mauro acabó descendiendo con su primera aventura europea a segunda división. Las escasas oportunidades de éxito lo borraron del mapa de posibles convocados a la selección argentina luego de dos experiencias con Maradona y Batista. Formica pasó al futbol italiano con el revulsivo Palermo donde solo jugó siete partidos, tiempo insuficiente para mostrar de lo que es capaz. Una oferta desde Emiratos Árabes le puso un nuevo panorama, con una suculenta oferta. El fantasma del pasado regresó, ahora fue un problema físico la causa por la cual, el fichaje se cayó.
A sus 25 años, tiene una experiencia en dos ligas importantes como la italiana e inglesa. A la espera de los resultados médicos, Mauro se convertirá en nuevo jugador del Cruz Azul. Un equipo al que le urge salir campeón por una cuestión de exorcismo. Formica toma la plaza de Teófilo Gutierrez luego de que el colombiano forzara su pase a River Plate. Luego de hablar con Pavone, el nuevo inquilino de La Noria, sabe de la urgencia por un título. “No dudé en venir a Cruz Azul”, declaró, aun con el pendiente de que todo salga bien, y no se repita el sufrimiento de años atrás cuando todo se venía abajo en el último momento.