Ciudad de México, 14 de agosto (SinEmbargo).- Justino Compeán ratificó a José Manuel de la Torre como entrenador de la Selección Mexicana de futbol en medio de un discurso nervioso que no quería dar, pero al que acudió cortando el final de las preguntas de los periodistas reunidos en el centro de alto rendimiento al final de un día ajetreado con información yendo y viniendo sobre supuestos sustitutos en el cargo más complicado en el mundo del balompié nacional. El canoso mandatario se mostró preocupar por haberle quedado mal a los socios comerciales del Tri, pero dejando claro que no había tiempo para iniciar un nuevo proceso.
México juega de local en Estados Unidos mientras bares y restaurantes se abarrotan en suelo nacional para ver a once verdes jugar en un estadio de otro deporte repleto para un partido de futbol. Mientras los 90 minutos transcurren, los socios comerciales de la selección, analizan los números que tendrán como ganancia por un simple amistoso que normalmente resulta una parodia de buen juego mientras en conferencia de prensa se dirán varias razones que tratarán de darle seriedad al compromiso recién terminado. Este sistema, exitoso desde hace muchos años, lleno las arcas de la federación para darle destino a los representativos de menores de edad, como tantas veces se ha explicado.
Las fechas FIFA son ese espacio que el máximo organismo deja para que las selecciones nacionales se reúnan y jueguen amistosos entre sí. Hoy, en honor del papa Francisco, Argentina se medirá a Italia en el Olímpico de Roma. Portugal y Holanda jugarán un partido de tintes mundialistas, Inglaterra se enfrentará a Escocia haciendo paralizar la isla británica. Corrompiendo ese panorama de buen nivel, México enfrentará a Costa de Marfil con todos sus internacionales en Nueva Jersey. La actualidad mexicana no permite pensar en otra cosa que no sea una mejoría en el accionar luego de un semestre para el olvido. El subcampeón africano, invicto en los últimos tres partidos, llegó a suelo estadounidense como unos turistas sin conocer mucho de su rival.
El ratificado Chepo convocó a dos mexicanos de acento argentino quienes han construido una carrera en distintas partes del territorio nacional. Damián Álvarez regresa para hacerle compañía a Christian "Chaco" Giménez, quien tras ser convocado por Diego Armando Maradona para la selección albiceleste, puede ser elegido por el TRI luego de no disputar ni un minuto oficial con la Argentina. El jugador creativo de Cruz Azul, manifestó su alegría por el llamado abriendo el constante debate sobre los naturalizados. Voces a favor y en contra chocaron en estos días al conocer la lista de jugadores que enfrentarán a Costa de Marfil.
"¡El patriotismo o nacionalismo que tiene el mexicano es absurdo! Es una idiotez realmente, cuando es algo que pasa en las mejores Selecciones del mundo; pero en México dicen '¡No, naturalizados nooo!', declaró Guillermo Franco a principios de este año en una entrevista para ser atacado por los aficionados que se se sintieron ofendidos cuando terminó su comentario con que "los mexicanos tendrían que sentirse agradecidos porque una persona como yo, haya decidido jugar para México". El delantero, estrella regiomontana, jugó dos mundiales sin anotar un solo gol. Junto con Aguirre, fue el personaje señalado como uno de los responsables del nuevo fracaso. Quien surgió como un delantero letal, se apagó sin pena ni gloria tras la crítica al sentimiento del aficionado mexicano.
Dos días después del mensaje en televisión nacional del presidente Peña Nieto sobre la reforma energética, el partido de la selección llega otra vez como distracción nacional del tema político, algo que el futbol del cuadro azteca poca culpa tiene, concentrado en sus propios problemas. Con la mira puesta en los primeros días de septiembre, cuando Honduras visitará el Estadio Azteca por las eliminatorias, dos naturalizados comandan el rescate de un buen juego que se perdió al invitar el 2013. "Para jugar un mundial, me nacionalizaría hasta africano", frase memorable de Guillermo Franco quien terminó decepcionando a todos los que alguna vez lo apoyaron. Hoy, las miradas estarán fijas en el Chaco, ilusionado hasta el llanto con su llamado al cuadro argentino, y que hoy se dice agradecido con la oportunidad de representar a un equipo al que le urge sus cualidades con el balón.
