Ciudad de México, 11 de agosto (Sin embargo).- Tiene 42 años que esconde muy bien detrás de una apariencia de empresario joven y exitoso. Con el cabello peinado o desordenado a propósito, que le da un aire de relajado, ha sabido entrar a un círculo de hombres que definen el rumbo del futbol profesional del país. Alejandro Irarragorri, nacido en el Distrito Federal, se hizo de renombre en Coahuila. De la mano del deporte más popular del país, ha formado parte de una nueva reconstrucción del Santos de Torreón.
La misma persona que un día presumió en Twitter, con un mensaje escrito en portugués, ser amigo de Cristiano Ronaldo, es hoy el nuevo “peso pesado” de la órbita empresarial dentro de la Liga Bancomer Mx. Alejandro, hombre de mirada analítica y de gestos duros, había sido presidente del club santista refrescando a las viejas conocidas caras de siempre en las juntas de presidentes. Con gran soltura en su dicción, fue el eslabón que en el club necesitaban para reafirmar una reconstrucción masiva dirigida a la modernidad.
El club fundado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 1983, desde una tierra que veía más por el béisbol, es hoy un referente que siempre aspira a coronarse campeón de liga. La transición hacia la consolidación ha sido elogiada por muchos sectores a lo largo de los años. Evitando un descenso en 2006, gracias a la inversión del Grupo Modelo, se inició un proyecto que ha regenerado todo lo que tenía que ver con el club de la Laguna. La ciudad de los grandes esfuerzos, se entregó a una institución que pronto tuvo identidad propia.
El nacionalismo que la empresa cervecera usa para promocionar su principal marca, ha generado empatía con sus consumidores. Casi el 57% del mercado bebe sus productos, dominando el panorama. Dueños del Santos, apostaron por la grandeza de un equipo al que le hicieron un pabellón junto a un estadio de última generación, uno de los mejores del continente. La inversión en lo futbolístico dio sus frutos con un campeonato en 2009 para beneplácito de los aficionados.
Este hombre de negocios, graduado de Administración de empresas por la Universidad Anáhuac, fue el líder empresarial que daba la cara a los medios para festejar, aclarar, o lo que hiciera falta. Criticado por algunos debido a una forma de ser que es vista como arrogante, el que era presidente del club, tuvo un ascenso considerable. El sentido patriota de los comerciales cerveceros perdió sentido cuando AB Inbev, compañía belga-brasileña del mismo rubro, depositó 22 mil millones de dólares para comprar a la orgullosa entidad mexicana. A los nuevos dueños, el futbol no les interesaba.
Fueron 155 millones los que un grupo llamado ORLEGI pagó para ser dueños del Santos. En un simple cambio de administración, todo seguirá igual desde el punto comercial. Los patrocinadores cumplirán sus contratos, los jugadores tendrán su lugar y los aficionados han sepultado el temor de que el comprador se llevara lejos a su equipo. Alejandro Irarragorri se convirtió en presidente del nuevo consejo administrativo, el cuarentón de semblante juvenil, es ahora miembro activo de las decisiones del balompié azteca. El nuevo mandamás llega con fuerza.
