Ciudad de México, 10 de agosto (SinEmbargo).- “Me recorrí 1000 km para ver la dulzura de tus ojos. No dejes nunca de brillar (Porque las estrellas nunca lo hacen). Tu admirador de Mendoza, Armando Obredor”, así terminó una carta que un hombre del interior de Argentina, le entregó de frente a Luciana Aymar (Rosario, 1977), la mejor jugadora de Hockey sobre césped del mundo. El fornido señor con unas pocas canas en su cabeza, estaba nervioso cuando le estiró el sobre a la jugadora que no podía ocultar su sorpresa con su cara sonrojada.
Desde los ocho años se enamoró de la cancha donde haría historia. Aymar está a la altura de Maradona para los argentinos. De niña, robaba los limones de los vecinos para después vendérselos. Los inquilinos de la casa de al lado, se lo compraban por la ternura que irradiaba esa pequeña de rasgos finos. Nacida en una tierra donde grandes figuras deportivas vieron por primera vez la luz, ha construido una carrera con la selección argentina digna de los grandes atletas del mundo.
“Siempre supe que quería jugar al Hockey y vestir la camiseta argentina”, dice quien hoy cumple 36 años. El Club Atlético Fisherton, de su natal Rosario, fue testigo de los primeros pasos como jugadora de “Lucha”, hoy la cancha número uno, lleva su nombre. Le apodan “La Maga”, sus siete títulos consecutivos como mejor jugadora del mundo, avalan dicho mote. Son 320 partidos siendo la capitana de Las leonas, como se le conoce a la selección albiceleste. Es un emblema nacional seguida por millones de niños y jóvenes aficionados al deporte que ella glorificó.
A “La Maradona del Hockey”, como le dicen unos cuantos, le sobran argumentos para ser lo que es. Posee el talento deportivo y además un carisma que toda leyenda atlética ha tenido para inspirar a millones de personas en el mundo. En un restaurante en París, una francesa no dejaba de observarla mientras comía. Sin poder controlar su inquietud, la citadina se acercó a Luciana para verificar que no era Julia Roberts. Lucha pensaba que era una broma, hasta que observó la seriedad de la señora que con su mentalidad francesa no entendía la risa de la argentina. Aymar agradeció el gesto.
En una gasolinería, mientras descansaba tomando algo en la tienda de servicio, un joven la reconoció. Ella iba rumbo a Buenos Aires para entrenar, él venía de una despedida de soltero. Michel Gurfi es actor y futbolista, ha participado en telenovelas en diversos países de Latinoamérica. Ese día, se acercó a Luciana para decirle “gracias por hacer tanto por Argentina y por ser tan linda”. Acabaron intercambiando teléfonos. En suelo donde el deporte se vive de una manera peculiar, Aymar es un ser humano que posee una aura diferente al resto de la gente. Ella puso en órbita a un deporte que no era conocido.
“Luciana Aymar excede toda dimensión”, declaró Sergio Vigil, ex entrenador de la selección argentina. La que era sacada de ballet por su hermana, para que fuera a jugar hockey, se dio cuenta de que sus habilidades la hacían distinta al resto de las niñas con las que competía. Ganadora de 22 medallas en distintas competencias internacionales, nunca ha conseguido la presea dorada en cuatro Juegos Olímpicos. 15 años de trayectoria en el representativo nacional, un país entero está pendiente de la decisión de Lucha, quien aún no sabe si estará en Río de Janeiro 2016. De mientras, el modelaje arropa a una mujer que su máximo atributo, fue consolidar un deporte como una prioridad de estado.