La final de la Copa Libertadores: un marco para que Ronaldinho pueda volver a hacer historia

24/07/2013 - 1:00 am

Ciudad de México, 24 de julio (SinEmbargo).– Ronaldinho dominó el mundo del futbol a mediados de esta década. Gracias al talento de su cuerpo que se enlazaba con su cerebro mostraba al mundo cosas nunca antes vistas. La fantasía llegó a una atmósfera llena de táctica y de frases mil veces repetidas para refrescar a la pelota ávida de nuevas formas de vida. Con la playera blaugrana del Barcelona, Ronnie se hizo de un lugar en la historia de este deporte. El argumento era simple, de niño le había prometido a su padre ser el mejor del mundo. Dada su palabra, no había vuelta atrás.

Cuando lo consiguió no hubo más que hacer. Como en un estado de paz, el astro brasileño eludió toda responsabilidad de competir y se dedicó a vivir gozando de los beneficios que toda figura deportiva mundial tiene. Las noticias de sus fiestas y su descuido físico eran lo más mencionado en los periódicos deportivos en España. Desde Cataluña, la legendaria estrella se había humanizado cayendo en los placeres mundanos de todo mortal. Ante la llegada del meticuloso Guardiola, la vida a ritmo de samba de Ronaldinho no cabían en la nueva era.

Después del Barça, el periplo de Ronaldinho pasó por el Milan sin pena ni gloria para después llegar al Flamengo donde no terminó de despuntar para estar a la altura de las expectativas generadas por su regreso a Brasil. Tras dos años en el equipo de Rio de Janeiro, el Atlético Mineiro le dio una nueva oportunidad. El compromiso del jugador con su nuevo equipo fue inmediato. En su segunda temporada, ha sido pieza clave desde Tijuana hasta Asunción para que su equipo esté disputando la final de la Copa Libertadores deAmérica.

Foto Efe
Foto: EFE
Desde cuartos de final la suerte, esa que llega a quien trabaja, acompaña a la escuadra brasileña. Xolos dejó ir un penal en el último minuto que clasificó al Mineiro a semifinales donde Newell's de "Tata" Martino esperaba. La ida fue un aluvión argentino. La suerte hizo que los brasileños solo perdieran 2-0. La vuelta fue una prueba de resistencia de maratón, un capítulo digno de pasar a la historia del torneo continental. Dos goles del conjunto brasileño en los extremos del partido llevaron la contienda a los penales donde ese factor fortuito volvió a ser determinante.

La final de ida fue un calca del partido en Rosario frente a los argentinos. Olimpia, el Decano paraguayo armó una fiesta desde la grada que coronó con dos buenos goles de Silva y Pinotti, baluartes del muy buen equipo dirigido por Ever Hugo Almeida. El marcador vuelve a ser 2-0, el más engañoso en el futbol dicen muchos entrenadores de vieja estepa. Como contra Newell's, el Mineirao volverá a ser pieza clave para que un conjunto brasileño intente darle vuelta al mismo resultado de semifinales.

Ronaldinho, desaparecido en el primer partido de ida por un sistema defensivo versátil, tiene ante sí la misión de ganar el torneo continental más importante de América. De hacerlo, se convertiría en uno de los pocos jugadores que han ganado Champions League, Mundial de Clubes, Mundial y Libertadores. Reavivado el instinto de competencia, el ídolo brasileño no puede darse el lujo de jugar dos partidos malos. Una afición entera lo espera mientras en el Olimpia desea fervientemente la cuarta Copa continental en su historia. Un episodio más de esta competencia única en el mundo se vivirá hoy para beneplácito de los neutrales amantes del futbol.

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