El lugar a donde ningún atleta quiere llegar: Jordan, Foreman, Schumacher...algunos de los deportistas reitrados

20/07/2013 - 1:30 am
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Ciudad de México, 20 de julio (SinEmbargo).- Lejos del hábitat natural, cualquier ser humano que llega a alcanzar niveles de leyenda, se vuelve un mortal indefenso. El atleta sacrifica una vida juvenil por algo más que una simple fiesta el fin de semana. Es la gloria deportiva lo único que hay en sus mentes, el principal objetivo de sus vidas.

Tras la corta carrera, viene un vacío. ¿Qué hacer en el mundo de los mortales donde no hay que salir a entrenar diario ni cuidar el físico? El debate existencial entra en su sistema.

Al retiro se llega con un camino recorrido del que los aficionados solo se enteran por la televisión o las crónicas escritas. El peso solo lo siente el personaje mismo incapaz, muchas veces, de aceptar su nueva condición de ser humano común y corriente. Charles Barkley, leyenda de la NBA, declaró que “no hay nada mejor en el mundo que ser atleta”. Lo dijo con un sobrepeso considerable. El estómago es lo que normalmente cambia primero. El ex profesional se entrega a los placeres mundanos, dejándole de importar el rendimiento físico.

Con una terrible sensación de soledad, los deportistas tardan en adaptarse a la nueva forma de vida. Esa rutina de empezar a disfrutar a la familia que tanto cambio sufrió, toca fibras sensibles que la adrenalina de una competencia siempre cubrió. Galardonados por el mundo, o con una trayectoria mínima, la depresión hace parte del nuevo status social de aquellas personas nacidas con un talento innato que supieron combinar con la mentalidad necesaria que el profesionalismo siempre exige. El paso muchas veces suele ser falso. El individuo termina por sucumbir a la tentación de su pasado glorioso.

EL RETORNO A LA GLORIA

Cuando Michael Jordan se enteró que su padre había muerto, su carrera deportiva se vino abajo. La capacidad de motivación que le daba una duela se acabó de un día para el otro. James Jordan fue asesinado por un par de delincuentes que querían el Lexus que el jugador de los Chicago Bulls le había regalado. El suceso transformó la fisonomía del mejor basquetbol del mundo. El 6 de octubre de 1993, el 23 anunciaba su retiro definitivo de la cancha. El revuelo que causó la notica llegó a todo el mundo. Tras un tricampeonato, el mejor jugador de la liga dejaba huérfana a la NBA.

Michael tomó el bate como le había prometido a su papá cuando era niño. Firmó un contrato con los Chicago White Sox y se enfiló en una aventura que sorprendió al mundo de los deportes. Solo jugó 17 partidos de ligas mayores y fue designado a ligas menores. Mientras tanto, los Bulls perdían su mandato en el mejor basquetbol del mundo. Dos años consecutivos se quedaron en el camino durante los playoffs. Jordan anunció su regreso para la temporada 95-96. La vuelta fue todo un espectáculo sin precedentes en la historia del basquetbol. Ganó tres títulos consecutivos convirtiéndose en el atleta más dominante jamás visto.

En 1999, se retiró de las canchas. Un año después, se volvió dirigente de los Washington Wizards donde se le solía ver entrenándose con el plantel profesional. Los rumores volvieron a la palestra con la ilusión de todos los aficionados. En 2001, Michael regresó por segunda vez. Su físico de 40 años lo limitaban en velocidad, pero su toque seguía cautivando. Fue una vuelta más emblemática que productiva. En dos temporadas, el equipo capitalino no logró llegar a los Playoffs pero Jordan tuvo grandes momentos inolvidables para los amantes del juego.

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“DIOS EN MI ESQUINA”

George Foreman es uno de los boxeadores más emblemáticos de la historia. En 1969, año del debut como profesional, tiró a Cookie Wallace en tan solo 23 segundos. Fue un Knockout que lo puso en la órbita de élite pugilística. Cuatro años después, con una carrera consolidada, la máxima oportunidad le llegó. Joe Frazier, campeón de los pesos pesados le concedió luchar por el título. El resultado fue contundente. Seis caídas en los dos primeros asaltos dinamitaron la victoria por KO del aspirante. Convirtiéndose así en uno de los peleadores con más portento físico en la historia.

El 30 de octubre de 1974, Foreman se enfrentó a Muhammad Ali en Kinshasa, en la República Democrática del Congo. El memorable combate se lo llevó Ali con una estrategia que logró sacar de quicio al campeón del mundo que sufrió un KO en el octavo round. Dos años le costó recuperarse y en 1976 regresó sin la misma agresividad al ring. Un años después, tras perder en Puerto Rico con Jimmy Young, sufrió cayó rendido y enfermo víctima de problemas con el corazón. Foreman anunció su retiro.

En 1987, tras 10 años sin boxear, anunció su regreso. Tenía 38 años y la misma fotaleza en sus golpes pero carente de velocidad como antaño. Tras sendas victorias que sorprendieron al mundo que había pronosticado un fracaso su vuelta, tuvo la oportunidad de pelear por el campeonato de los pesados en posesión de Evander Holyfield. Foreman perdería la pelea por puntos. En 1993, se enfrentaría  Tommy Morrison nuevamente por el campeonato. El longevo peleador volvería a perder. Fue un año después, con 45 años, lejos de aquel look de malo y entregado a la religión, que Foreman se convirtió en el campeón más veterano en la historia del boxeo. Sus memorias, “Dios en mi esquina”, publicadas en 2007; fueron un best seller.

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“HE NACIDO PARA COMPETIR”

Michael Schumacher es sinónimo de Fórmula 1. El alemán ganador de 7 campeonatos, se convirtió en una leyenda viva de la escudería Ferrari. Con gran destreza, se le comparó con Ayrton Senna, el brasileño dominante de la máxima categoría del automovilismo. El “káiser” puso en órbita su nombre. Desde todas partes del mundo era idolatrado. Se convirtió en el atleta con más ganancias en el mundo deportivo.

Desde 1994 hasta 2004, fue una década en la que Ferrari dominó la F1 de la mano de “Schumi”. Al finalizar el último campeonato, se había convertido en el piloto más ganador en la historia. Los especialistas debatían si era correcto nombrarlo como el mejor de todos los tiempos. Una generación había sido marcada por el alemán de cara larga y gestos livianos. Vestido de rojo, con una figura de caballo en el pecho, amenizó desde reportajes periodísticos hasta cuartos de jóvenes endiosados con sus hazañas. En 2006, anunció su retiro de la vida profesional.

Cuatro años estuvo el automovilismo sin su gran referente. Los éxitos comerciales de aquellos tiempos disminuyeron con el retiro de marcas importantes como Honda, Toyota y BMW, además de la marca Bridgestone de llantas. Mientras tanto, Schumacher competía en motos, asesoraba a los Ferrari y hasta fungió como piloto de pruebas durante un corto tiempo. “He nacido para competir”, frase que pronunció el alemán cuando anunció su vuelta en 2010 con el equipo Mercedes. Tras dos años que sirvieron al equipo para posicionarse, y sin muchos resultados deportivos, anunció su retirada definitiva para la temporada 2013.

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LA BRUJA DEL FUTBOL

Juan Sebastián Verón anunció el pasado jueves su regreso al plantel profesional de Estudiantes de la Plata luego de un año fungiendo como director deportivo del equipo roijblanco. El regreso del talentoso medio campista es una noticia que a todos los amantes del futbol ilusiona. En medio de un mercado de fichajes que abruma con cifras estrafalarias, Verón llega sin cobrar un solo peso durante un año. El argentino de buena pegada, símbolo de su equipo, no puede vivir sin calzarse los tachones ni ponerse una cinta blanca debajo de una de sus rodillas.

Del futbol han regresado muchos que no pueden vivir sin patear una pelota.  A la lista engalanada por Maradona y Scholes, entre otros; se les une un calvo de barba cerrada que con Argentina no pudo ganar algo importante pero que regó una clase como pocos en la liga Premier de Inglaterra y en la Serie A italiana. Salido de Estudiantes, pasó por Boca y el mundo lo conoció por sus goles a larga distancia pero sobre todo por la intelectualidad que mostraba con el balón en los pies.

Tras un año alejado del profesionalismo, jugando partidos amistosos y sin que aún le haya crecido la panza delatadora del retiro, en muy buena forma el club “Pincharata” tiene un refuerzo simbólico que le dará mucho juego en el centro de la cancha. A sus 38 años, Verón se ha convertido en el fichaje estelar de una liga dedicada a la exportación. Sin goce de sueldo, La plata volverá a sonreír con un símbolo dentro del campo.

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EL RETIRO

Según el psicólogo deportivo Victor Thompson, “los atletas tienen una fascinación por competir frente a miles de personas”. Es esa adrenalina que de un día para el otro deja de ser vivida por el cuerpo mientras el cerebro exige alejarse de la rutina del resto de los mortales. Como cualquier vida, el camino a la felicidad de un deportista en el retiro se confronta con mucha entereza para comprender lo que se está viviendo.

Mientras ídolos se adaptan a la vida social con sus panzas llenas y sus labores altruistas, hay otros que no logran aceptar el paso del tiempo. Es su talento lo que los llaman para el gusto de los aficionados que los ven una vez más en el lugar que durante tantos años les correspondió. El regreso no es garantía de éxito, sin embargo, el hecho de volver al alto rendimiento los hace sentirse bien, mientras el seguidor sigue alentando.

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