Ciudad de México, 13 de julio (SinEmbargo).- La Universiada de Kazan llegó al orbe deportivo con imagen de justa olímpica. Ahí, en territorio ruso, 27 disciplinas son disputadas por alumnos de todo el mundo. Son estudiantes que tienen una valoración deportiva alta en sus países. Representando el suelo que los vio nacer, luchan por una sana competencia digna de unos Juegos Olímpicos. Con el espíritu en el aire, la ciudad de Kazan, se entregó al evento dándole la misma importancia que Pekín en 2008 o Londres el año pasado, a una olimpiada.
Jesús Mena, director de la Comisión Nacional del Deporte (CONADE), abanderó a 166 estudiantes mexicanos, que durante dos semanas, serán atletas de tiempo completo representando al país. El evento atrajo las miradas de padres de familia y amigos que veían cumplir el sueño de sus allegados: competir con los colores nacionales. El deporte, muestra de grandes proezas de vida, tiene en este evento una ventana para alumnos que combinan de manera sobresaliente los estudios con su disciplina fuera del aula.
En medio de tantas demostraciones de pundonor la selección femenil de futbol, con una media de 23 años en su plantel, llegó a semifinales con un paso arrollador. Cuatro victorias consecutivas, tienen al plantel que dirige Carlos Zablah a una victoria de asegurar medalla. Mientras la Selección de Chepo de la Torre pone excusas para explicar el mal momento, unas aguerridas jovencitas sueñan con poner a México en lo más alto del pódium del deporte más popular del país.
Atrás de los análisis deportivos, las historias de las alumnas atletas, sirven para darse cuenta del largo camino recorrido que el talento innato tiene que tomar para alcanzar niveles distintos al resto. Así lo explica la dorsal número “7”, Ana Guadalupe Pontigo Carmona, “pero siempre me han dicho Anilu”, aclara. El lateral derecho titular de este equipo, que se refleja en el actual jugador del Pachuca, Ivan “Guti” Estrada, avisa que el equipo está muy concentrado para ganar el oro.
“Primero que nada, estudiar”, declara Pontigo cuando explica el largo camino para llegar a disputar una Universiada mundial. “Hubo un preselectivo de 70 jugadoras en Monterrey, después de una semana se recortó a 26 y ya concentradas en el Distrito Federal, nos quedamos solo 20”, explica Anilu quien junto a sus compañeras del Tecnológico de Monterrey, de la ciudad regiomontana, fue campeona nacional en futbol soccer y rápido. Tras estos logros, el entrenador Zablah, se encargó de formar el equipo representativo.
La defensora vive su segunda Universiada mundial, tras la ciudad china de Shenzhen en 2011. En aquella justa, quedaron en octavo lugar. Brasil las eliminó en penales. Para Ana, el invicto de esta edición, se debe a “la preparación física, el sistema de juego, pero sobre todo el grupo que hicimos, eso es lo más importante”. Robando cámara, el equipo nacional disfruta del juego con unas jóvenes que más allá de la pelota, tienen un respaldo académico.
“Estudié ingeniería industrial y de sistemas, acabo de graduarme este mayo”. La recién egresada, tiene claro que “la medalla de oro fue el objetivo desde el principio, y tenemos con que ganarla”. Este día, ante Sudáfrica, rivales “rápidas y muy fuertes”, México saldrá a imponerse como lo ha venido haciendo desde el primer encuentro. Lejos de la contaminación mediática que infla prospectos, Ana, de 23 años, tiene claro que el profesionalismo nunca ha estado en su mente, “solo veo el futbol como parte de mi formación como persona y profesionista, he vivido gracias a Dios muchas muy buenas experiencias con este deporte y han marcado positivamente mi vida”.
Fiel amante del deporte que practica, vestirse los colores de México es para la atleta “un honor, México debe estar en los primeros lugares a nivel mundial, es cosa de mentalidad y el llegar a este punto es grandioso. Es la recompensa al trabajo, he aprendido a lo largo de mi vida que no hay coincidencias de este tipo, para lograr algo hay que trabajar duro por conseguirlo”, describe lo que está viviendo en este momento.
Sorprendida por Luis Rivera, ganador de la medalla de oro en salto de longitud y participante de los juegos olímpicos de Londres 2012, cree estar cumpliendo el sueño “de cualquier deportista”. En un deporte con mentalidad machista, Anilu está segura que “este gran paso que hemos dado va a abrir puertas al futbol femenil en México”. Concentrada en el próximo rival, cree que una medalla, afianzaría el mensaje positivo que están generando.
La ingeniera, tiene claro que faltan apoyos para que puedan haber mejores resultados. Sin embargo, entregada a su pasión, el verse como deportista “es simplemente hacer con disciplina y dedicación algo que me gusta. Lo que he obtenido es gracias a mi familia, sobre todo a mis padres. Insisto, no es coincidencia, son años de empeño y dedicación”, lo dice una chica de 23 años, con una carrera universitaria, apunto de competir por una medalla en una Universiada mundial, lo demás, son pretextos.
