Ciudad de México, 7 de julio (Sin embargo).- Con el 21 en la espalda, le hizo un sombrerito a Maicon que puso de pie a todos en el estadio Polideportivo Chachamay, en la ciudad de Puerto Ordaz. Era la Copa América de Venezuela en 2007 y el debut "mayor" de Nery Castillo con la selección mexicana de futbol. Tras muchos meses de polémica sobre su futuro, el jugador tuvo en la mesa las propuestas de Uruguay, Grecia y México para que se pusiera cualquier camiseta representativa. Castillo se puso la verde, para beneplácito de todos.
Alguien que recibe una oferta del Manchester United a los 16 años, merece los reflectores de la prensa internacional. La familia Castillo, que vivía en Montevideo desde hacía 14 años, movió sus fichas pero el permiso burocrático de trabajo que tras muchísimas exigencias otorga el gobierno británico, no llegó. Como un gran consuelo, el Olympiakos de Grecia apostó fuerte por la carta del que representaba los colores del Danubio en Uruguay.
Eran principios del siglo XXI, Nery Castillo se convirtió en una figura a la que había que ponerle mucho ojo con vistas al futuro. En el club helénico fue estandarte, conforme fue creciendo, las especulaciones se acrecentaron. El futbolista había nacido en San Luis Potosí, cuando su padre jugó en el Atlético Potosino, vivió solo dos años en suelo mexicano. El papá futbolista regresó a Uruguay, sin imaginar que su futuro volvería a estar ligado al país azteca. Su hijo superaría por mucho su carrera, con un talento que resonó hasta en la FIFA.
A los 19 años, la federación mexicana envió una invitación formal a Castillo para que disputase los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 con aquella selección Sub-23. Nery rechazó la propuesta, argumentando que él solo iría si se tratase de una selección mayor. El desaire comenzó a despertar los rumores sobre lo que el jugador quería para su futuro.
Se habló de una cifra cercana a los 700 mil euros que la Federación Mexicana de Futbol depositó a la cuenta bancaria de Castillo para que optase por jugar de verde. El rumor nunca se pudo comprobar. Al final, Nery debutó con México el 2 de junio de 2007 en San Luis Potosí frente a Irán con la afición desbordada para ver al crack mundial del que todos hablaban. A la vista estaba la Copa Oro, pero sobre todo la Copa América, un torneo en el que el Tri siempre había dado buenas actuaciones.
Nery se puso a las órdenes de Hugo Sánchez quien apostó fuerte por el talento del habilidoso delantero. En el debut de México en el torneo continental, Brasil fue el rival que sirvió para que el "producto" de las televisoras Nery Castillo, se acabara de vender. Aquel sombrerito acabó en gol. Al terminar la competencia, en la que el Tri fue tercero, fue catalogado como la mejor anotación. Europa estaba rendida ante el mexicano. La FIFA lo ponía como una de las joyas del futuro. A sus 23 años, la carrera de Castillo prometía grandes augurios.
Han pasado 6 años desde el descubrimiento de Nery Castillo. Los tiempos del futbol, tan distintos a los de la vida, han acabado con la promesa. En 2008, el sufrimiento de Nery costó 20 millones de Euros. El Shaktar ucraniano ficho al mexicano. Desde ese momento, todo fue en picada. Una travesía de préstamos y pocos minutos jugados fue la vivida por el futbolista que acabó en titulares de los periódicos más por sus problemas derivados por su carácter, que por sus añorados goles.
Pachuca lo firmó para que un año después acordara rescindir su contrato tras un préstamo de seis meses al León. Nery ya no se mueve como en aquella Copa América, no es ni la sombra de lo que la FIFA encumbró al igual que las televisoras mexicanas. El futbolista se ha perdido en un limbo de lamentaciones. A sus 29 años, parece que el Rayo Vallecano, le dará otra oportunidad. El club madrileño, del barrio socialista del puente de Vallecas, quiere despertar el fuego dormido de Castillo. Con miras a Brasil 2014, el nivel de aquel futbolista de 2007, le vendría bien al Chepo que no logra encontrar la llave correcta que haga activar al Tri. Nery lo sabe, jugar un Mundial siempre ha sido su sueño.