Ciudad de México, 20 de junio (SinEmbargo).- De su pierna derecha se construyó un equipo protagonista de la mejor liga del mundo. De su liderazgo partieron miles de pelotas que levantaron a toda una grada londinense ávida de nuevos y mejores tiempos que permitieran renovar sueños tanto domésticos como europeos. Frank James Lampard (Londres, 1978) arribó al Chelsea en un verano, con sus 23 años bien puestos y los sueños muy vivos.
El jugador que nació en West Ham, tuvo un impacto profundo en la organización de juego del equipo de Stamford Bridge. Su capacidad de visión desde el centro del campo ha sido patentada hasta la fecha. Fue su trabajo el que más habló. El inglés con cara de doctor dinamitaba cualquier partido haciéndole homenaje a la Premier League con su capacidad para golpear una pelota. La máxima virtud de Lampard lo hizo leyenda en Londres.
A la par de él, en Liverpool, un jugador con características similares amenazaba con destronar su momento de gloria. Steven Gerrard es un rubio inglés con cara de busca problemas en un bar que se ha convertido en la imagen de un gigante dormido como el Liverpool. Allá en el norte de la isla, Gerrard provocó numerosas comparaciones entre los dos talentosos mediocampistas con los que contaba la selección inglesa. Entre ellos nunca hubo tal fricción, sus estilos se adaptaron y se complementaron cuando jugaban juntos. Siendo rivales, regalaron a la afición mundial, una exquisita batalla de talento y precisión.
En 2003, Roman Abramóvic, un magnate ruso del petróleo compró al Chelsea para rescatarlo de una deuda que amenazaba seriamente con llevar al equipo a la bancarrota. El empresario hizo una limpia del plantel mientras compraba a grandes jugadores de Europa. A Frank Lampard ni lo tocó. La visión empresarial de Abramóvic se transformó en deportiva cuando vio las cualidades, no solamente futbolísticas, sino de liderazgo que el jugador inglés tiene. El equipo se construyó de la mano de José Mourinho quien acomodó sus piezas alrededor de Lampard.
Su estilo de juego de ida y vuelta le han dado halagos de grandes figuras del futbol mundial. Sir Alex Ferguson se refirió a él como el mejor jugador de Gran Bretaña. “Promedia 20 goles por temporada, es fantástico”, señaló el mítico entrenador. Johan Cruyff, uno de los mejores jugadores en la historia y que revolucionó este deporte en los 70’s, describió a Lampard como el “mediocampista” de Europa. De pronto el Chelsea se convirtió en un gigante del viejo continente amenazando a los viejos grandes tradicionales.
Lampard tiene un coeficiente IQ de 150. El doctor del club, Bryan English, lo declaró tras hacer unas pruebas a todo el plantel. El resultado causó revuelo poniendo en debate el cliché de que los futbolistas piensan poco y patean mucho. El mediocentro del Chelsea era comandado por un cerebro privilegiado capaz de articular declaraciones nuevas distintas a la de los tópicos regulares. El gusto por la lectura le dio al jugador un contrato con una editorial en 2013 para realizar cuentos para niños con él caricaturizado como protagonista.
En 2008, la madre de Lampard murió por un ataque de neumonía. Una semana después, el Chelsea se enfrentó al Liverpool en el partido de vuelta por las semifinales de la Champions League. En tiempo extra, Frank anotó el penal que abrió el camino para la victoria del equipo londinense. El festejo del jugador, tirado en el césped llorando, es uno de los momentos más emotivos del club. “Frankie” es el máximo anotador en la historia del Chelsea con 141 goles, tiene una Champions y una Europa League en su espalda. Hoy, a sus 35 años, ha renovado por una temporada más en el club del que dijo “no querer irse nunca”. El IQ de la pierna derecha del eterno “8” blue, sigue sin ser revelado.