Emanuel Ginobili pone a los Spurs a un juego del título y de eliminar las ilusiones de la dinastía de Miami

18/06/2013 - 12:00 am
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Ciudad de México, 18 de junio (SinEmbargo).- Con el partido perdido, Gregg Popovich puso a toda su banca para que disputarán los últimos minutos del cuarto juego de la serie final de la NBA. El coach de los Spurs solo tuvo una excepción. En cancha, seguía Emanuel Ginobili, que había tenido una de sus peores actuaciones en su carrera: anotando 1 de 5 tiros de campo. Ya en rueda de prensa en los vestidores, Manu fue autocrítico: "No sé por qué no entran los disparos". Tres días más tarde, iniciaría de titular.

El pasado domingo, la serie entre Miami y San Antonio entró a fase definitoria. 2-2, dice el resumen de los partidos de la final de la NBA 2013. Como en una especie de juego premeditado, los equipos han intercalado victorias sin que puedan tener constancia que les permita dar ese salto de calidad para tomar ventaja.

Con 72 horas de descanso, el juego cinco fue el último en suelo texano. Tras perder el cuarto de la serie por 109-93, los Spurs salían a la duela conscientes de que solo una victoria los mantendría con la esperanza activa y las posibilidades intactas ante un equipo que mostró demasiado poder en triunfo aplastante. Manu fue titular para sorpresa de muchos y el de Bahía Blanca respondió como lo ha hecho durante toda su carrera. La revancha del argentino consigo mismo, produjo un efecto devastador a Miami que nunca en el partido tomó un rol protagónico.

En la historia de las finales, 27 veces se ha llegado al partido cinco con un empate a dos. Ganar ese juego, ha significado dar una estocada final que resulta muy difícil de soportar. En 20 ocasiones, el vencedor se ha llevado el anillo de campeonato. A un equipo como el Heat, con un imperio construido alrededor de un rey, es inadmisible para los libros históricos de este deporte perder esta confrontación que un equipo tan longevo como eficiente. La dinastía que Lebron quiere construir pende de un hilo ahora con la derrota en el quinto partido.

Con el marcador electrónico señalando el final con 114-104, la afición de San Antonio festejaba lo que era un triunfo distinto al resto de la serie. Era un pequeño, pero firme paso hacia un quinto campeonato que serviría como homenaje a tres tipos que han construido una carrera con el jersey de los Spurs bien puesto. De la mano del argentino, "El Maradona del basquetbol", los locales entendieron bien la situación y no dejaron que los errores del pasado volvieran a ser protagonistas. Partido completo, desde el primer cuarto, el control y los tiempos fueron manejados por el equipo de Popovich.

"Cuando Manu juega como Manu, somos un mejor equipo", declaró Popovich al finalizar el partido. Ginobili, que e el sábado se enteró de que sería titular, saltó a la cancha con ese temple muy latino de querer comerse al mundo. Sus primeros dos tiros entraron y dio una asistencia de ensueño, de ahí no paró más. De pronto, el tirador encaraba con el rictus del esfuerzo; el de los dientes apretado y metiéndose en terreno de Bosh, dejaba el balón en la canasta. El argentino terminó con 24 puntos y diez asistencias, en lo que fue su mejor partido en esta serie, en el mejor momento.

La constancia sigue siendo la clave. Ahora los Spurs tienen ante si, el reto de mantener la forma y el ritmo frente a un equipo que dominó la temporada regular a base de buen juego. San Antonio ha sabido dominarlos con movimientos rápidos del balón, pero sobretodo con las ganas de querer hacer historia. La clave estará en las intenciones. Con la serie de regreso a la Florida, el equipo de Popovich tendrá que ser intenso y demostrar que el "Big three" de Texas, ese que construyó con títulos, es mucho mejor que aquel que el dinero pudo juntar.

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