Ciudad de México, 15 de junio (SinEmbargo).- “No aguanto más a Cruyff”, declaró contundente Michael Laudrup (Frederiksberg, Dinamarca, 1964) en mayo de 1994. El mejor jugador en la historia de Dinamarca se marchaba del Barcelona que claudicaba el mote de “Dream Team” tras perder la final de la Champions League en Atenas frente al Milan. El versátil motor danés dejaba Cataluña con destino a Madrid.
Un día como hoy, la historia futbolística de Dinamarca comenzó a cambiar. Un joven espigado de buen peinado era un genio cuando su cerebro se fusionaba con sus piernas a la hora de patear una pelota. Michael Laudrup dinamitó la historia de un país nórdico con una sombría historia dentro del deporte más popular del mundo. El frío clima del norte de Europa vería una ebullición de talento sin igual.
En su país natal ganó el premio al mejor jugador con tan solo 17 años. El Brøndby, equipo que su padre había dirigido un año antes, fue el principal beneficiado del talento del delantero que marcó 15 goles en su primera temporada como profesional. Fue galardonado con el premio al mejor jugador de la liga con toda Europa pendiente del talento nórdico que hacía mucho ruido con sus pases y goles de fantasía.
La historia del joven futbolista se dinamitaría gracias al calcio italiano. Con 18 años arribó a una de las mejores ligas del mundo. La Juventus de Turín se hizo de los servicios de Laudrup, pero lo tuvo que prestar a la Lazio de Roma debido a que tenía su cupo de extranjeros lleno con Platini y Boniek En la capital italiana jugó dos años donde aprendió que su velocidad mental tenía una ventaja sobre el juego áspero de marca y lucha que se practicaba en el país de la bota.
En la Vecchia Signora llegó curtido con una madurez inusual para los 20 años que tenía. En su primer año comandó al equipo junto con el genio francés Platini al Scudetto y la Copa Intercontinental. El futuro del danés lucía como uno de los más espectaculares del futbol. En Italia, la adversidad dio una lección al muchacho nórdico que le daría los argumentos necesarios para convertirse en uno de los mejores jugadores en la historia.
En 1986, las lesiones afectaron la temporada de Michael que no pudo demostrar toda su valía. Un año después, con el retiro de Platini. Laudrup estaba llamado a ser su reemplazante natural. El primer fracaso grande del prometedor enganche se dio cuando no pudo con el peso de suplantar al mítico francés y tuvo una decepcionante temporada después de un año complicado repleto de lesiones.
El destino del genio danés era el mediterráneo, el FC Barcelona le ganaba la partida a los demás grandes de Europa que añoraban con tener a Laudrup en sus filas. Johan Cruyff estaba en el banquillo, la ilusión de ser dirigido por una de las leyendas vivas del futbol era suficiente para descantarse por la escuadra culé en 1989.
Curtido en suelo italiano, la ciudad condal fue el lugar donde el futbol de Laudrup explotó. El danés inventó el falso nueve del que muchos hablan hoy en día. Cruyff lo puso a flotar entre delanteros y mediocampistas recreando el juego ofensivo para siempre. No había un delantero en el cuadro inicial del club catalán. El Dream Team se enriqueció con el danés que tenía ojos en los pies.
El legado de Laudrup en el futbol español tuvo su episodio polémico cuando el danés cambió Barcelona por el Real Madrid. En el club blanco tuvo destellos de su buen juego. Se convirtió en el único jugador en la historia de la liga española en ganar 5 campeonatos seguidos con dos diferentes equipos. Dos años en el Madrid le bastaron para ser nombrado uno de los mejores en la historia del club merengue.
El juego de Laudrup dinamitó los estándares del jugador promedio danés. Con su selección tuvo una determinante participación. Fue un emblema nacional. Su futbol traspaso las fronteras de lo deportivo y un país se entregó a él. Debutó a los 18 años, convirtiéndose en el jugador más joven en hacerlo con la selección danesa. Fue en México 86 donde dejó una muestra de sus habilidades cuando Dinamarca venció a Uruguay 6-1.
Pero sin duda, Laudrup se hizo leyenda en 1992, Dinamarca fue invitada a la Eurocopa de Suecia en lugar de Yugoslavia que había entrado en guerra. La Selección Danesa llegó a la final para vencer a la siempre favorita Alemania. Este hecho es una de las grandes sorpresas en la historia del futbol. Laudrup jugó hasta 1998 dignificando una selección que se ganó un lugar en las potencias emergentes a seguir.
Ahora Michael, mucho más maduro, dirige desde el banquillo. Después de intervalos en Dinamarca, Rusia y España, el Swensea galés compite de tú a tú en la Premier League gracias a un estilo ofensivo que Laudrup les inyectó. Han pasado 19 años desde que el futbolista nórdico se fue de Barcelona odiando a Cruyff. Hoy, entrenador danés, reconoce que su forma de ver el futbol, es gracias a Johan. Perdón consumado.
