La fiesta tica en el Azteca: la alegría de los costarricenses en medio de la crisis de la Selección Mexicana

13/06/2013 - 12:00 am
Desde San José Costa Rica Un Grupo De Aficionados Ticos Con Un Mensaje a Su Selección Foto Francisco Cañedo Sin Embargo
Desde San José, Costa Rica, un grupo de aficionados ticos llegaron al Azteca con un mensaje para su selección Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 13 de junio (SinEmbargo).- El pasado sábado, la estatua de Cantinflas en la Plaza de toros México tenía una bufanda roja en el cuello y un chonete blanco bien puesto en la cabeza. Un grupo de costarricenses llegaron al Distrito Federal persiguiendo a su "Sele" (líder del hexagonal final de la CONCACAF) con la ilusión de un nuevo "Aztecazo". El emblemático comediante mexicano, fue vestido de tico.

En Costa Rica, el sombrero de algodón –generalmente blanco– es típico del campesino. Un simbolismo comparado con el mariachi en México. Este martes, con la misma vestimenta que Don Mario Moreno, siete ticos llegaron a la explanada del Estadio Azteca tres horas antes del partido con su playera roja, un  par de mantas blancas con las palabras "corazón" y "huevos" acompañando el dibujo de un campesino, y dos botes blancos llenos de cerveza en hielo.

El lunes, el grupo amenizó la noche en Garibaldi. La emblemática plaza del mariachi mexicano fue invadida por los aficionados costarricenses que vinieron al partido eliminatorio. Una marea roja se emborrachó en el Tenampa y sus alrededores con la música ranchera como soundtrack de la invasión. La fiesta como ritual de un pueblo sonriente que va por la vida disfrutando el momento, esperando ver a sus futbolistas actuar a la altura del festejo previo.

"Mae, necesitamos unos vasos para las birras", dice uno que lleva una playera de la selección costarricense que calificó a Italia 90 con las firmas del arquero Keylor Navas, Bryan Ruiz y Joel Campbell en el pecho. El lunes acudieron al hotel de concentración de su equipo nacional para alentar a los jugadores que en recompensa revalorizaron la vieja camiseta con sus insignias. En vasos pequeños que una señora les vendió a peso, se sirven las cervezas no sin antes verificar que no hay policía alrededor.

Otro del grupo consigue una botella de Jarritos sabor piña aplaudido por su creatividad cuando la cerveza servida logra camuflajearse un poco con el tradicional refresco. Otro, más callado, observa atento el estadio al que en unas horas entrará. "Hoy es la buena, hoy toca", dice después de un rato y bebe de su vaso. Uno más dice haber vivido siete meses en Puebla por razones laborales. Con el recuerdo vivo de lo hermosa que es Cholula, toma un trago largo de su cerveza.

Con los celulares sacando fotos por doquier, los "ticos" se vuelven pronto un centro de atención. Los mexicanos se acercan para tomarse una foto con ellos. Los visitantes sonríen y aceptan gustosos. Entre la camadería de los aficionados de uno u otro equipo se ambientan los minutos previos al inicio del cotejo. Las 35 cervezas se van acabando al son de conversaciones que empezaron sobre política y terminaron sobre "el sobrevalorado Chicharito".

La colombiana Alba Galindo, conductora de televisión en Univisión, llega con su espectacular figura para  grabar una nota de color. Convoca a los costarricenses de cara chapeada, debido al alcohol, para que se unan a un grupo de mexicanos y así poder realizar su trabajo con las dos aficiones. La gente se junta, los de verde cantan el "Costa Rica va a probar el chile nacional", mientras que los ticos contestan con "Tómala vos, dámela a mí, hoy no te salva ni el Chapulín". Tras cinco tomas fallidas por errores de Galindo los costarricenses desesperados abandonan el primer plano de la cámara.

Tres Horas Antes Del Partido Las Playeras Rojas Predominaban En La Explanada Del Azteca Foto Francisco Cañedo Sin Embargo
Tres horas antes del partido, las playeras rojas predominaban en la explanada del Azteca: Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

A una hora del partido, una mancha roja se ha reunido en la entrada principal del estadio. Se observan entre ellos gritando "Vamos sele" con fuerza y mucho más deseo. Los ticos reunidos cantan entregados a las cámaras de medios mexicanos que graban las impresiones de quienes hablan con seguridad sobre una nueva victoria histórica en el coloso de Santa Úrsula desde aquella del 2001 en la que Hernán Medford se volvió ídolo al anotar el 1-2 definitivo. Es la hora de entrar al estadio.

"Somos un pueblo tranquilo, pasa que cuando bebemos, nos da por pelear", dice un tico que no puede más con su vejiga llena y necesita un baño. Con las cervezas terminadas, la entrada al Azteca presenta su primer inconveniente. Mientras tres costarricenses bailan aguantándose la necesidad de orinar, el de seguridad explica que ninguna manta o cartel con texto puede ingresar a la casa de la selección mexicana. Con argumentos poco entendibles, el lienzo artístico se queda resguardado por una señora que cuida mochilas.

Parte de la cabecera sur del Estadio Azteca está pintada de rojo. Por ahí desfilan hombres de distintas edades que se saludan entre sí con la mirada clavada en el rectángulo verde que tienen abajo. Entre la pasión masculina, mujeres de cara bonita caminan con su camiseta roja bien puesta hasta las caderas que no pasan desapercibidas. "Esas mae, son patrimonio nacional. Lo mejor que tenemos", comenta un señor que asegura que en Costa Rica está la mujer más bella del mundo.

Los costarricenses apoyan a su selección con cánticos propios mientras agitan con desenfreno su bandera. Un grupo de mexicanos empiezan a cantar "ticos, ticos, chinguen a su madre", los educados visitantes contestan "No se oye, no se oye". A los nacidos en Costa Rica se les conoce por ser gente educada. Salvo un par de "hijueputas", la afición roja no insulta al rival. A la ola surgida antes del partido se unen sin problemas, hasta que un viejito se pone de pie para indicarles a sus paisanos que no sigan el juego de los mexicanos. La ola vuelve a pasar sin que un costarricense se levante. Los ticos se organizan rápido. El "!pura vida!" se escuchaba por doquier. La frase emblemática de todo un pueblo retumbó en el Azteca. La rivalidad entraba en escena.

Una banda de guerra se coloca en el césped del Azteca entonando el poema marcial "Toque de bandera". Dos grupos de soldados llevan las banderas de los países que las selecciones en juego representan. En un acto, dos aviones de la fuerza aérea mexicana pasan sobre el Azteca. "¡Que cosa más boba!" dicen entre sí varios ticos. En un país sin ejército, la afición visitante no entiende este tipo de actos protocolarios para un simple partido de futbol.

El Himno Nacional costarricense arranca con el respeto inusual de la afición mexicana que escucha mientras la zona roja se vuelve unísona. El Himno Mexicano se escucha desde el silencio de la grada visitante que cuando termina aplaude. Un momento de cordialidad previo a la tensión que en unos momentos abarcaría a todos los asistentes del estadio. Con los equipos listos, las uñas comienzan a ser comidas y, tras el silbatazo inicial, un joven se golpea el pecho dos veces y grita "¡Vamos!". La pelota rueda, el raciocinio queda un poco de lado.

tomala Vos Damela a Mí Hoy No Te Salva Ni El Chapulín Cantaban Los Ticos Foto Francisco Cañedo Sin Embargo
"Tomala vos, damela a mí, hoy no te salva ni el Chapulín", cantaban los ticos. Foto: Francisco Cañedo, Sin embargo

"¿Pura vida?, ¡Pura defensa!", grita un señor al ver la línea de cinco en defensa que el técnico Pinto puso en el Azteca. Ante el  primer despeje del portero Navas, el grito de "Puto" se hace presente, con la contrarrespuesta educada tica: "Tu padre". Dicen que un país lo hace su gente. Ante el paupérrimo nivel del tercer mundo de la CONCACAF, ticos y mexicanos se entregaban alentando a sus equipos que jugaban más con la tensión que con la pelota. El show estaba en la grada. La porra visitante, resguardada por un cerco policial, empezó a ser increpada por el lado mexicano. La lucha verbal comenzó entre mentadas de madre, cánticos futboleros y lamentaciones por acciones falladas en la cancha.

Al medio tiempo, Costa Rica era mejor ante un equipo mexicano que sufre de alzheimer futbolístico en estas eliminatorias. Los Ticos que no dejaban de alentar, consumían cervezas que los envalentonaban ante los crecientes insultos por parte de la afición mexicana frustrada por 11 verdes que no lograban hacer algo trascendente en el terreno de juego. Cada aproximación y cada falta a favor era celebrada en todo lo alto. Los minutos avanzaban con la angustia local que empezó a retar a los costarricenses enganchados con los duelos verbales.

"Esos mexicanos son buenos en el nombre, pero no sirven para nada juntos", le dice un señor a su hijo que se preocupa ante el ingreso de Giovani dos Santos. La Selección de Costa Rica llegó al estadio Azteca con la concentración de un equipo con un plan preciso y con el apoyo de 3 mil de los suyos alentando en la grada. Mientras la afición mexicana reclamaba con "Fuera Chepo", el "Aztecazo" que salía de las gargantas costarricenses se ahogó con el pitazo final del partido. Un 0-0 que dejó a la gente visitante con sabor agridulce. La sensación de que la escuadra tica podía ganar el encuentro, siempre estuvo muy presente.

En medio del "Olé, ole, ticos, ticos" que explotaba desde la grada costarricense, los vasos de cerveza convertidos en misiles empezaron a bombardear la mancha roja que no cabía de felicidad. La felicidad en el desalojo de la cabecera sur unió a los costarricenses que iban bajando desde los distintos accesos con la sonrisa de satisfacción por haber demostrado, por tercera vez en este hexagonal, que el Azteca no pesa.

Los costarricenses bajaban resguardados por el cerco policial al que le agradecían el haberlos cuidado. De pronto, en un rincón entre las rampas, un grupo de personas cegadas por la falsa pasión toman por sorpresa a un visitante propinándole una paliza que solamente cuatro costarricenses pudieron acabar. "Cultura mexicana de mierda y su show de fuerzas armadas. Nacionalismo estúpido. Nosotros somos un pueblo de paz, sin ejército", gritaba el hermano del golpeado ante la cámara de Milenio televisión.

Con la mancha del agredido por un grupo de incoherentes, el ambiente visitante se imponía a las miradas de la afición mexicana gritando cualquier grosería buscando desahogo. De la rampa 5 y el túnel 20 del estadio Azteca salió un pueblo feliz por el punto sumado. La selección nacional costarricense continúa líder de la eliminatoria mientras su gente caminaba tranquila, abrazándose entre sí, con rumbo a Garibaldi.

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