Ciudad de México, 3 de junio (Sin embargo).- La soledad de Lebron James tiene pendiendo de un hilo la posibilidad de que Miami Heat consiga el bicampeonato de la National Basketball Association (NBA). La dinastía que el mundo del basquetbol preveía, puede sufrir un serio revés hoy cuando Indiana Pacers visite el sur de la Florida. La serie final de la conferencia este se ha alargado a siete partidos, mientras los San Antonio Spurs esperan ansiosos al ganador.
Los momentos de buen juego se han ido intercambiando conforme pasan los cuartos en cada partido. Con un trabajo colectivo camuflajeado con el aporte individual de algunas de sus figuras, Indiana ha llevado el enfrentamiento hasta instancias definitivas donde los nervios o el temple determinan el accionar y el resultado final.
Tras seis juegos, Miami ha batallado con la lucha bajo la pintura que los Pacers han transformado en su carta de presentación en estos playoffs. Con gran defensa lograron batir a los favoritos Knicks. Con la llave del éxito de su lado, Indiana le plantó un serio estilo de juego que logró sacar de quicio a Lebron en gran parte de esta serie.
Paul George es para muchos el futuro Lebron James. La figura central de los Pacers tiene el físico para competir en diversas posiciones dentro de la duela, su capacidad de romper un partido a favor de su equipo es el factor principal de su juego. George es tan vistoso como efectivo, entiende los tiempos del juego y con gran liderazgo involucra al resto de su equipo.
UN EQUIPO PARA LA HISTORIA
Lebron James se fue de Cleveland en busca de gloria. Miami le ofreció construir un equipo para la historia. El jugador más dominante de los últimos años se unió a Dywane Wade y Chris Bosh y rompieron la liga. El campeonato obtenido el año pasado fue el deseo consumado de un jugador que ha sabido lidiar con los reflectores desde muy temprana edad.
Este año la tendendia del Heat continuó dominando la liga con una racha ganadora de 27 partidos consecutivos que logró cortar Chicago. En las dos primeras series en los playoffs perdieron solamente un partido. Los reflectores volvieron a la duela del Heat. El camino parecía trazado para que Miami se quedara con el anillo de campeón por segundo año consecutivo.
Con un perfil mucho más bajo en lo mediático, Indiana llegó a la final de conferencia con toda la intensión de hacerse partícipe del guión puesto y no ser un mero acompañante. El primer partido dio muestras de lo que iba a ser la serie. James tuvo que arrebatárselos en el último segundo para ganar por un punto. De ahí en adelante, la disputa ha sido codo a codo.
Indiana recibió el juego seis con una desventaja 3-2 en la serie. Wade y Bosh, acompañantes de James, sumaron erráticos 15 puntos entre los dos convirtiendo la noche en su peor actuación en playoffs. Los Pacers tuvieron a Roy Hibbert inmensurable apoyando a Paul George que lució su mejor juego cuando su equipo más lo necesitaba. Indiana ganó por 14 puntos, 91-77.
Hoy los aficionados de Indiana recuerdan 1998 y la oportunidad que dijeron pasar. Eran los tiempos de Michael Jordan. Los Pacers llevaron la serie final del este a un séptimo juego con la moneda en el aire. Reggie Miller comandaba a Indiana con su mortal disparo de tres puntos. Aquel año, los Bulls ganaron el partido definitorio y después vencieron al Utah Jazz para ganar el sexto anillo en ocho años. Hoy Reggie comenta los partidos para la televisión y estará en Miami esperando que esta vez, los Pacers lleguen puntuales a la cita con el destino.