Ciudad de México, 1 de junio (SinEmbargo).- El futbol femenino ha dejado grandes dividendos en los últimos años desde el punto de vista deportivo. Grandes inversiones aportaron al desarrollo de talentos. Países como Estados Unidos, Japón, Brasil y Alemania dominan la rama con grandes actuaciones en mundiales. Las mujeres pronto consiguieron un lugar en el orbe del balón ganando la atención de periódicos y de aficionados.
Como el romanticismo del juego ha perdido terreno frente al panorama empresarial, en 2011 Joseph Blatter, presidente de la FIFA, tuvo una idea para que el futbol femenil por fin diera el salto de calidad que le permitiera posicionarse (desde el punto de vista económico) a la par de otras disciplinas donde ya tienen un puesto preponderante. El mandamás suizo propuso que las futbolistas utilizaran hotpants. "Para aumentar la popularidad del fútbol femenino deberíamos permitir que las mujeres jueguen con ropas más femeninas como lo hacen en el voleibol", declaró jocoso.
La respuesta internacional fue de indignación. El presidente de un organismo que promueve el juego limpio y un sinfín de valores adjuntados al futbol, había tenido un lapso que fue catalogado como misoginia. En medio de una actualidad buena en la rama femenil. El futbol volvió a parecer como un deporte machista. Las declaraciones en boca del portavoz de la FIFA produjeron un eco que termino por afectar al deporte. Las portadas que se dedicaban a las futbolistas dejaron un lado el análisis de la cancha y se pusieron a hablar sobre el aspecto de sus atuendos.
A finales de ese año, Blatter volvería a causar polémica declarando que para él no había racismo en el futbol tras los incidentes en Inglaterra que involucraron a Luis Suárez y John Terry miembros de dos equipos importantes en el mundo como Liverpool y Chelsea. El presidente argumentó que habían sido simples discrepancias que hacían parte del futbol. En menos de seis meses, la FIFA estaba metida en polémicas de dos temas que afectan al mundo actual. Machismo y Racismo.
Más tarde Blatter actuaría respecto al tema racial creando una comisión que pudiera analizar el problema de fondo en cualquier parte del mundo donde se presentara. El organismo que rige al deporte más popular del mundo comenzó a trabajar con organizaciones internacionales europeos que presentarían informes mensuales sobre casos de discriminación en el continente. Poco a poco esta acción se expandió al resto del mundo.
En cuanto al machismo que para mucha gente fue representado con las declaraciones de la ropa entallada, la FIFA no ha tenido la misma velocidad de acción. Con abucheos en partidos femeninos donde Blatter hacia acto de presencia se reclamaba el poco interés mostrado para erradicar esta penosa situación. Mientras la pelota seguía rodando, los reclamos no cesaron desde el punto de vista social en muchas partes del mundo.
Como una medida directiva, la FIFA anunció una decisión que parece atacar de golpe los dos dolores de cabeza que le habían dado causado malestar los dos últimos años. Lydia Nsekera es una mujer africana de cabello corto y figura esbelta que desde 2004 dirigía la Federación de futbol de Burundi hasta ayer que fue nombrada como la primera mujer en la historia que entra al comité ejecutivo de la FIFA en el congreso del organismo llevado acabo en Islas Mauricio
Nsekera se convierte en el miembro 25. La FIFA, en voz de Blatter, ha recalcado su compromiso con la igualdad social y la no discriminación de razas. Lydia recibió el nombramiento con una sonrisa esperando poner su granito de arena. “Mi elección va inspirar a las mujeres a creer que pueden liderar, las empujaré para que sus niñas jueguen al fútbol porque es una escuela de vida, y voy a apoyar a las mujeres en las Asociaciones Miembro”, declaró entusiasta. La medida llega como un apagafuegos que ha sido aprobado por el gremio femenil que ve, ahora sí, una decisión que por fin catapulte al futbol femenil a la par del mal llamado juego del hombre.
