Sin presupuesto suficiente para darle aliciente, sin grandes talentos producto del olvido y, encima, con decisiones parciales que afectan la participación de las mujeres en este deporte, el tenis mexicano está tendido y en estado de coma.
Ciudad de México, 5 de mayo (SinEmbargo).– El tenis en México es un deporte que sólo pueden practicar aquellos que tienen para pagar entre 50 mil y 100 mil dólares al año, pues actualmente los apoyos de la Federación Mexicana de Tenis (FMT) son prácticamente nulos. Además, los recursos destinados para los tenistas profesionales no son equitativos y difícilmente llegan a las mujeres, quienes tienen que remar todavía contra una cultura machista y decisiones parciales.
Entre falta de apoyos, escasez de torneos en suelo mexicano, entrenadores y el nulo interés de los medios para difundirlo, el tenis en México vive un coma contundente. El llamado deporte blanco sigue naufragando sin rumbo, con tenistas profesionales rankeados en lugares que sólo se designan porque el universo de jugadores es grande; es decir, bien alejados de la civilización tenística. Esto es en mujeres y hombres.
En la más reciente lista dada a conocer por Asociación Femenil de Tenis (WTA, por sus siglas en inglés), México está representado por Ana Sofía Sánchez, la primera en aparecer en la clasificación, al ocupar la casilla 425 con 79 puntos; seguida de Ximena Hermoso, en el 464 escalafón con 70 unidades, y Marcela Zacarías, en el 505 con 59. En el cielo de esta lista están Serena Williams y María Sharapova, primero y segundo lugar, con 11 mil 115 y 10 mil 240 puntos, respectivamente.
Y en la categoría varonil los resultados son prácticamente iguales. Según la información dada a conocer apenas el pasado 22 de abril, Miguel Gallardo Valles es el número 428, con 84 puntos, seguido de César Ramírez, en el sitio 465, con 72 puntos, y Daniel Garza ubicado en el 475 con 70 unidades dentro de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). Los mexicanos están alejados diametralmente del primer rankeado, el serbio Novak Djokovic, quien tiene 12 mil 900 puntos y del suizo Roger Federer, segundo en esa lista con 8 mil 670 puntos. Un abismo de distancia.
Lo anterior son sólo algunos números que reflejan por sí sola la situación del tenis en nuestro país. Pero el ejemplo fehaciente de la situación que se vive lo refleja Ximena Hermoso, la tenista mexicana que compartió con SinEmbargo la realidad que vive.
“La Federación (Mexicana de Tenis) nunca me ha apoyado, algunas veces me pagaron algún boleto de avión, pero después de insistirles mucho. Actualmente no quisieron pagarme el boleto a Europa para competir en algunos torneos”, confiesa la tenista poblana en charla desde España.
Pero la falta de apoyos representa “lo mismo de siempre” para Ximena Hermoso, ya que esta situación es sólo un elemento de un todo, pues confiesa que en el tenis todavía existe una diferencia en el trato a las mujeres.
“En México se sigue creyendo que la mujer puede hacer menos que el hombre, y más deportivamente hablando. No se trata de que sean mejores o peores sino que tenemos condiciones diferentes, aunque los dos hacemos el mismo esfuerzo en golpear la bola”, comentó firme y en un tono de voz que cambió hacia la alza.
SE NECESITA DINERO
Para Ximena Hermoso, el apoyo de sus padres ha sido fundamental para poder salir a jugar torneos a otros países, de lo contrario seguiría esperando participaciones en México, asegura.
Y la cantidad de dinero que necesita una tenista mexicana para competir es elevada, aunque eso no es garantía de resultados óptimos sino sólo de fogueo en torneos importantes.
“Gasto al mes unos 4 mil dólares. En mi caso, al ser mexicana y no haber muchos torneos en mi país, he tenido que salir tanto a Sudamérica como a Europa para poder seguir con mi carrera. En cambio en países como España, los años anteriores ha habido cerca de 20 torneos al año”, relata la joven que el domingo 28 de abril cumplió 22 años.
Según el sitio oficial de Internet de la WTA, Ximena se ha embolsado, en torneos reconocidos por dicha Asociación, la cantidad de 55 mil 877 dólares, apenas para un año de gastos. ¿Y las ganancias dónde quedan? Ximena responde:
“El tenis es uno de los deportes más caros pues requiere de muchas cosas, sobre todo si quieres dedicarte profesionalmente. No sólo es el tema de utensilios, sino el hecho de tener un entrenador propio, viajar por todo el mundo a los torneos con los consiguientes gastos que eso representa”.
–¿Y quién te solventa los gastos si dices no tener apoyos de la Federación Mexicana de Tenis?
“Siempre fue el apoyo de mis papás, nunca recibí nada de nadie. Ellos son los que se han sacrificado por mí y me han apoyado y animado desde que decidí empezar a practicar este deporte”, contesta rápidamente, como no queriendo dejar dudas que la ayuda no viene de ningún otro lado, más que de su familia.
Las ganancias de otras tenistas son irreales para Ximena. Son atletas en diferentes circunstancias, con distintos procesos y naturalezas innatas. Las cantidades sorprenden en un deporte que se globaliza cada vez más, pero sólo como un fenómeno que viven los de primer nivel o, como se ha dicho, para aquellos que pueden pagarse los viajes a diferentes torneos y de esa forma adquirir gran capacidad y poder competir con los mejores. En México, para Ximena, esto aún no está al alcance.
Según la revista Forbes, la tenista que más dinero gana es la rusa María Sharapova, quien se embolsó 27.1 millones de dólares, 5.1 millones por conceptos de juego y 22 millones fuera de la cancha (patrocinios, derechos de imagen, etcétera). La China Li Na tuvo ganancias aproximadas de 18.4 millones de dólares, 1.4 de ellos ganados en la cancha y 17 fuera de ella, ocupando el segundo puesto, por encima de Serena Williams, quien ganó 16.3 millones de dólares, aunque ésta última en toda su carrera tiene ganancias acumuladas por 38 millones de dólares.
Para Ximena, la lucha aún sigue y sabe que va por buen camino en su andar, una su ruta hacia el sueño que comenzó desde los seis años, cuando practicó tenis por primera vez en el Club Britania Zabaleta de Puebla, su club de toda la vida.
Ximena Hermoso cuenta que España ha sido el país que la ha arropado, incluso tiene una familia que la espera y apoya.
–¿Cómo conociste a esas personas en España?
–Lo que más recuerdo de los momentos difíciles fue la primera vez que me quedé sola en España con una familia para empezar a jugar torneos y solo dedicarme al tenis. Tenía 14 años y era todo nuevo, no conocía a nadie y esa era la prueba para saber si realmente me quería dedicar al tenis o no estaba preparada para ello. Sin embargo la superé.
La experiencia fue difícil, pero viéndolo ahora después de un tiempo, valió la pena, porque me hizo más fuerte y valorar cosas que antes estando rodeada de mi familia no las veía. Pese a ello, siempre trato de sacar lo positivo de cada experiencia, y en este caso fue conocer la familia con la que vivo ahora y el grupo de amigos que se formó cuando éramos muy pequeños.
Pero Ximena sigue con la raqueta en la mano, incluso en la charla dice: “Ahora mismo tengo una raqueta en mi mano… y debo seguir adelante, no hay de otra, reconoce”.
“Los principales problemas, desde mi punto de vista, son que no todo el mundo tiene acceso a una cancha de tenis debido a que tienes que ser socio de un club para acceder a ellas; seguido de que no hay muchos torneos en México y que no se da a conocer el deporte en las escuelas para que los niños se puedan interesar realmente por él”, no hay más para Ximena.
–¿Y qué viene para ti, ante todas estas contrariedades que comentas?
–Nosotras nos preocupamos por lo que estamos haciendo, por lo que estamos demostrando con nuestro trabajo, ya que así es cómo se consiguen las cosas. Hablar de lo que fue o podría ser el tenis mexicano no sirve de nada, lo que importa es el aquí y ahora.
JORGE LOZANO SABE POCO DEL TENIS FEMENIL
Jorge Lozano, capitán del equipo mexicano Copa Davis, comentó a SinEmbargo que sí existen apoyos para el tenis en México, aunque reconoció no saber cómo se maneja la situación con las mujeres.
“Ahí sí no sé, pero en hombres, me refiero a tenistas profesionales, sí existen algunos apoyos, aunque son insuficientes”, responde el ex tenista profesional, uno de los actores de las más recientes glorias de este deporte para México.
Nuestro país acaba de perder la serie Copa Davis ante El Salvador por 3-2 y permanecerá un año más en la segunda división de la zona americana, que es como la segunda división, hablando por ejemplo, del futbol en México. Otro golpe al tenis mexicano fue la suspensión de Miguel Gallardo, el mejor rankeado por México, quien fue sancionado hace algunos años por la ATP por consumo de marihuana.
En 1997, México estuvo por última ocasión en el Grupo Mundial (en el que participó 10 temporadas de manera intermitente pero llegando dos veces a los cuartos de final, en 1986 y 1987), y a partir de ese momento el coma tenístico no termina.
Jorge Lozano dice que no sirve de nada recordar sino ver hacia adelante. Confiesa que la federación cuenta con un apoyo que le da la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), y que oscila entre el millón y medio y los 2 millones de pesos, insuficientes para la necesidad de los tenistas profesionales en este país.
“Cada jugador profesional, en promedio necesitaría 100 mil dólares por año para viajar, entrenar y poder participar en diversos torneos en otros países”, comenta mientras comparte el ejemplo de Colombia, que en los últimos seis años ha invertido 8 millones de dólares en el tenis de su país, producto de apoyos de empresas privadas.
“La federación hace su tarea, pero nos tienen olvidados… no hay prensa, no hay resultados”. Es la realidad del tenis en México”, afirma.
Los nombres de Raúl Ramírez y Leonardo Lavalle están en el recuerdo como dos pinturas inigualables, de precios inalcanzables; sobre todo la de Ramírez, el mejor tenista que ha dado México.
Hasta ahora nadie ha podido alcanzarlo en nivel, ni siquiera hay indicios de ello, y eso que antes los recursos económicos y apoyos eran igual de austeros, pero la calidad era mucho más abundante.