La escritora Criseida Santos Guevara habló con SinEmbargo sobre la reedición 10 años después de La reinita pop no ha muerto, una novela que parte de una cuestión: “¿Quién define de qué puede hablar un escritor en sus libros?”.
Ciudad de México, 28 de agosto (SinEmbargo).– Cuando la escritora Criseida Santos Guevara reeditó La reinita pop no ha muerto (Literatura Random House) —Premio Literal de Novela Breve en 2013— se sorprendió de que muchos de los aspectos que había retratado sobre la sociedad, en específico la regiomontana, no habían cambiado mucho, y por el contrario entendió que su personaje Lupe vivía en el mismo Nuevo León del que escribió hace casi 10 años.
“Esto no es un mérito de la novela tanto como una cosa preocupante de que pareciera que no se ha movido el tema de la discriminación, de no ponernos de acuerdo en los códigos de convivencia, de la desigualdad económica que hace referencia un poco ahí y bueno, la cuestión de Monterrey, una sociedad muy orientada a la productividad que genera muchos discursos sobre cómo deberían de ser las cosas, también sobre el no cuidar el medio ambiente, sobre si no ganas tanto dinero entonces tu ciudadanía y tu cuerpo no vale, y eso me llamó la atención de que son casi diez años y este personaje parece que vive hoy en ese Monterrey”, comentó la autora en entrevista con SinEmbargo.
La novela retrata la vida de Lupe, una mujer regiomontana que sueña con convertirse en una gran escritora, y a la que todo mundo advierte que no escriba sobre ella, ni sobre Monterrey ni sobre Houston —ciudades en las que divide su tiempo— ni mucho menos sobre su más reciente decepción amorosa con una mujer casada que vive en Estados Unidos. Pero ella hace oídos sordos y escribe precisamente sobre cada uno de estos temas, sobre todo porque reconoce que ese es su estilo. Así, Lupe pasará de una rapera famosa a operadora de call center y escritora.
Lupe es un personaje y al mismo tiempo un narrador que guía al lector a lo largo de la historia. Se muestra transparente por momentos, sin embargo en el fondo enfrenta una serie de circunstancias que persisten: la discriminación por su orientación social, su origen, su nacionalidad, que le valen todo tipo de obstáculos.
“Yo creo que lo que se logró de diez años para acá fue visibilidad, de ahí a que hayamos logrado el absoluto respeto, la absoluta legalidad es otra discusión, pero visibilidad hay y al menos hay menos estigma y hay más tranquilidad a lo mejor no para personas de la edad del personaje de Lupe porque es un personaje muy fronterizo en el sentido de que está justo en el medio entre la generación que tenía que vivir completamente en el closet y esta generación que ahorita es mucho más libre y tiene menos miedo de expresión afectiva, de identida y orientación sexual”, platicó la autora.
Pese a ello expuso que “sin duda es un mejor momento para Lupe ahorita como lesbiana que hace diez años”, aunque señaló que es un personaje que está en ese cambio social entre «mejor nos escondemos», que Inés –de quien se enanora– y Oropeza, su pareja, quienes optan por la apariencia todavía por esconderse y estar en el closet. “Definitivamente no sé qué va a suceder con una lectora o un lector de veinte años que va a decir ‘Lupe, por favor’, no sé pero al menos sí es un personaje puente entre esas dos maneras de expresión”.
Todo esta historia es aderezada con un soundtrack que acompaña capítulo a capítulo al lector, mediante canciones de todo tipo de géneros, desde Los Tigres del Norte, Eminem, Juan Gabriel. “Son canciones que en algún momento me acompañaron, es una curaduría que quise hacer justamente porque Lupe es este personaje puente generacional de cuando el referente era de cierta manera más absoluto, o sea, todos escuchábamos lo mismo en la radio o casi todos porque no había tanta plataforma ni tanto acceso, uno tenía que comprar el CD o el disco o lo escuchaba en el radio, no había el Spotify, no había el YouTube que nos da acceso a otro mundo”.
La reinita pop no ha muerto, en ese sentido, como bien se describe en la reseña, “una novela ágil, candorosa, que convierte a los lectores en los espectadores de un divertido y extravagante talk show”, un formato por el que optó Criseida para dar cabida a “una especie de juicio colectivo y morboso” que se centra en la persona que está ahí, en este caso Lupe, a quien una audiencia amorfa se regodea con cada una de las situaciones que va viviendo a lo largo de la historia.
No obstante, para su sorpresa, compartió que cuando dio vida a esta novela no imagino que este mismo formato fuera a ser empleado para las decisiones políticas de esta estado, como ha sucedido con el actual Gobernador Samuel García y su esposa, la “influencer” Mariana Rodríguez Cantú, quienes han sido criticados precisamente por gobernar desde las redes sociales.
“Yo no me hubiera imaginado que esa fuera a ser la fórmula con la cual se llevarán a cabo decisiones políticas, o sea Monterrey se entregó por completo a un show y bueno en este caso el Gobernador y la esposa pues son parte de esta fórmula medio extraña que además ya tiene años dando la nota”, comentó Santos Guevara.
Y puntualizó: “O sea sí es chistoso y te ríes un rato pero después dices ‘abajo de todo este show hay una tragedia’ y la tragedia va en muchos sentidos, en el caso de no tener respecto a la dignidad del cuerpo de las mujeres que se evidenció con el caso Debanhi, de poner por encima los intereses económicos, al priorizar la distribución del agua a la industria en lugar de los ciudadanos, pues ahí la cultura del meme, la cultura de las redes sociales, pues uno se puede reír mucho, pero sí creo que no está equilibrado el reírnos de nosotros mismos con entrarle en serio a esa reflexión de ‘oye, pero es una cosa muy trágica lo que está pasando, es una cosa preocupante’”.
Criseida Santos Guevara dio cuenta de cómo esta tipo de fórmula empleada desde el poder “es un síntoma” de cómo en la sociedad regiomontana “no ha habido una voluntad de entrarle a la conversación de estos temas para ponernos de acuerdo no sólo a sociedad sino el desinterés de los gobernantes han puesto en situaciones muy difíciles y complicadas en cuanto al agua, la seguridad, la desigualdad económica, quién tiene acceso o no al agua”.
A la par de que en La reinita pop no ha muerto se hace esta crítica a la sociedad regiomontana, también aborda el tema de la violencia que desde hace más de una década se expandido por todo el país, incluído Nuevo León, que durante mucho tiempo permaneció al margen de este cáncer.
Criseida comentó que cada ciudad tuvo su manifestación específica con la guerra contra el narco, y en el caso de la ciudad de Monterrey se trató de un despertar muy violento sobre todo porque se estaba viviendo “un momento de prosperidad de infraestructura, incluso en el caso de Monterrey salía como una de las mejores ciudades para vivir no sólo en México sino en el mundo”.
“Ya vivimos en una realidad que ya se maneja con suma violencia, no quiere decir que antes no había pero creo que se hizo muy evidente y escaló muy rápido, en muy poco tiempo y en muy pocos años, no era lo ideal y creo que en el fondo hay algo ahí que todavía tenemos que sanar como sociedad y decir ‘bueno eso ya se nos fue, pero qué sigue’ y si sigue por esta onda tiktokera, del meme, del programa de chacota que de repente cubre ese dolor y ese proceso que tenemos que entrarle porque nos disociamos ahí entre esta gran virtud de no tomarnos en serio, pero hay cosas que sí hay que seriamente voltear hacia adentro y ver cómo permitimos que el gobernante o que el empresario pues nos haga un lado y se lo permitimos porque parece un show divertido”.