Entrevista

David Cayetano es un cineasta indígena que reflexiona a través de su documental Tsontiajakatl, el último viento sobre la pérdida de náhuatl. Filme que ha llevado al director a conocer más de una decena de países por el reconocimiento a su labor por la recuperación de este idioma, también por medio de la enseñanza.

Ciudad de México, 23 de agosto (SinEmbargo).– Desde la comunidad nahua de Zoquitipa, en la Huasteca potosina, el director David Marcelino Cayetano sigue los pasos de un músico que lucha por preservar la identidad de su pueblo ante la discriminación étnica dentro y fuera del municipio de Tamazunchale que pone en amenaza la supervivencia de su lengua náhuatl en el filme Tsontiajakatl, el último viento.

“Trata de un contexto general sobre lo que está sucediendo con el idioma nahuatl y cómo eso conlleva también a perderse algunas tradiciones, la danza, toda una cosmovisión. Aborda como las nuevas generaciones como los niños, como los jóvenes, en mi caso también, ya no quieren hablarlo por muchas cuestiones como discriminación, exclusión», explica el cineasta David Cayetano en entrevista con SinEmbargo, y que revela en su documental que el 95 por ciento de docentes indígenas bilingües no educan en su idioma natal por vergüenza.

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El documental, codirigido por Adbeel Darío Duarte Hernández, muestra a un músico anciano y a un grupo de mujeres que buscan preservar la Danza de las Varitas frente a un mundo que olvida sus tradiciones.

Zoquitipa, la comunidad en donde es originario David Cayetano, es la protagonista, las voces de sus habitantes son escuchadas para tratar de conocer qué es lo que sucede ahí, qué tanto afecta la migración de sus pobladores y a dónde se dirigen las tradiciones de una comunidad con gran historia.

«En algún momento me pregunté: ¿qué es lo que estamos haciendo nosotros los jóvenes? ¿qué estamos generando a partir de la pérdida de nuestro idioma? Para mí fue como una autocrítica, una autogestión de saber qué papel nosotros tenemos, qué tanta importancia nosotros le damos a nuestra raíces. Entonces desde ahí empezó, de ver de dónde vengo yo, eso fue un poco fuerte porque estudiamos pero luego nos olvidamos de dónde venimos entonces me cuestionaba esa parte, de lo que nos enseñaba desde la educación».

Cayetano también tuvo que salir de su comunidad para estudiar en Monterrey. Su inquietud por explorar en sus orígenes como una forma reconocerlos lo llevó junto a sus compañeros a ingeniárselas para filmar el documental en 2016 gracias a fondos que logró reunir con el apoyo de su misma comunidad, amigos, familiares y alumnos de idiomas nativos en Estados Unidos y Canadá.

“No es fácil en México, más siendo de comunidades y cuando tocamos el tema de pueblo nativos. Pareciera que no existiera esta situación de las comunidades o como si fuera ajeno, que sí se habla pero no del todo», señala el cineasta.

Foto: Bironga Films

Tsontiajakatl, el último viento, que hace alusión a ese último aliento, se ha presentado en el pueblo que lo vio nacer así como como en otras comunidades de la huasteca y funciones especiales como en un festival de cine en Tamaulipas y la Ciudad de México.

David Cayetano destaca la importancia de que estas realidades sean contadas por sus mismas comunidades, sus mismos pobladores y no externos.

«Es como nos han contado la historia, cuando nosotros vemos la historia nos la cuentan como si fuera que eso existió en algún tiempo, incluso desde una forma muy errónea, desde un pensamiento muy diferente. La misma historia de México, desde la educación se cuenta de esa forma. Eso es algo muy triste porque propiamente muchos cineastas te los encuentras en la ciudad y te preguntan ‘¿qué dialecto hablas?’ Esas formas de cómo clasificar o cómo nombrar a nuestros idiomas originarios, desde ahí estamos como minimizando a los propios idiomas o a nuestros pueblos».

Foto: Bironga Films

En el plano internacional, el documental ha hecho un recorrido por once países como Colombia, Chile, Estados Unidos y Australia, éste último donde actualmente radica el director debido a la propuesta de proyectos que unen a pueblos originarios de México y esa nación.

«Estamos impulsando proyectos de enseñanza de idiomas nativos. Tenemos una escuela que se llama Speak Nahuatl también compartiendo las ceremonias de forma espiritual o medicinal acá en Australia, que también es algo que me ha tocado el tener estas alianzas con pueblos aborígenes, tendiendo esta hermandad y aquí estamos. Eso me motiva a seguir haciendo cosas, desde el cine, desde el arte, desde la literatura, y ver el impulso que ellos tejen también día con día, entonces eso me ha llevado a seguir haciendo más».

«Nuestro objetivo es eso, concientizar y también ver de dónde venimos y sentirnos orgullosos, portar el orgullo en donde estés».

El camino de Tsontiajakatl, el último viento ya tiene confirmada una fecha en exhibición en Alemania. En México buscará más espacios como la Cineteca Nacional para llegar a más personas y la posibilidad de estar en alguna plataforma.

«La intención es que en México se muestre no sólo en un espacio de cine o desde el cine, sino que también se muestre en espacios como las escuelas, que llegue a los niños, a los jóvenes. Para nosotros es muy importante que se pueda¡ mostrar en una plataforma con éxito».

 

Foto: Bironga Films
Bianka Estrada

Me gusta hablar sobre series, películas, documentales y mucho streaming. Cine mexicano para todos. Le busco el otro lado al entretenimiento: el social. Datos y datos para no aburrirnos.

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