México

Las jornadas de violencia que se vivieron esta semana en Jalisco, Guanajuato y Chihuahua se podrían considerar “episodios terroristas”, señalaron expertos, porque las organizaciones delictivas emplean la violencia para tener un control territorial a través del miedo.

Ciudad de México, 12 de agosto (SinEmbargo) .- Los actos de violencia acontecidos contra la población civil en Jalisco, Guanajuato y ahora en Ciudad Juárez, Chihuahua, demuestran que en México sí se viven episodios “terroristas” orquestados por los cárteles de la droga, consideraron especialistas en seguridad.

No obstante, los expertos consultados destacaron que se trata sólo de episodios focalizados, lo cual no implica que en la nación haya grupos terroristas, lo que tendría consecuencias políticas y en las relaciones internacionales del país.

“Es terrorismo urbano lo que estamos viviendo, ya no le podemos llamar de otra forma al terror fundado de los cárteles a la población», destacó Rubén Ortega Montes, profesor del departamento de Justicia y Derecho de la Universidad de Guadalajara (UdG).

Édgar Guerra Blanco, profesor del Programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), explicó a su vez que, aunque a los cárteles mexicanos no se les podría clasificar como grupos terroristas, “en algunos momentos sí hay episodios terroristas, sobre todo cuando la violencia que ejercen la hacen para controlar el territorio y para tener cierto dominio a través del miedo sobre la población y sobre las autoridades”.

“Un acto terrorista es aquel que se genera para causar daño, pero sobre todo lo que busca es generar incertidumbre entre la población”, indicó, en tanto, Víctor Sánchez, especialista en temas del crimen organizado.

Estos hechos, que los especialistas consideran como episodios terroristas, ya se han registrado desde hace varios años atrás. Un ejemplo fue cuando Los Caballeros Templarios lanzaron una granada a la plaza del Zócalo en la ciudad de Morelia, Michoacán, cuando se festejaba el Grito de la Independencia, el 15 de septiembre de 2008, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.

“Eso claramente fue un episodio terrorista porque lo que estaban haciendo era intimidar a la población y al Gobierno del estado para decirles: ‘este es nuestro territorio y este territorio lo controlamos nosotros y, si nos lo quieren quitar, vamos a usar el terror y la violencia para evitarlo’”, destacó Édgar Guerra.

Los recientes acontecimientos en Ciudad Juárez trajeron a la memoria otro momento que marcó la historia de esta ciudad fronteriza: el coche-bomba que supuestos integrantes de “La Línea”, brazo armado del Cártel de Juárez, hicieron estallar a las afueras del antiguo edificio de licencias de Gobierno del Estado, el 15 de julio del 2010. En ese hecho murieron al menos cuatro personas.

Elementos de la policía de Zapopan atienden los vehículos incendiados por presuntos criminales tras un enfrentamiento con autoridades en Jalisco. Foto: Fernando Carranza, Cuartoscuro.

SEMANA DE TERROR EN JUÁREZ, GUANAJUATO Y JALISCO

Ciudad Juárez amaneció hoy con las calles vacías después de una jornada violenta orquestada por grupos armados en contra de ciudadanos en represalia. El terror, que albergó ese municipio fronterizo luego de los ataques armados, incendios y agresiones a empleados de tiendas de conveniencia y una pizzería, aún se respiraba un día después.

Al menos nueve personas inocentes, entre ellas un niño y cuatro trabajadores de la radio, fueron asesinadas horas después de los disturbios entre grupos delictivos rivales al interior del Centro de Reinserción Social (Cereso) número 3, donde asesinaron a dos internos. El saldo total de la jornada sangrienta fue de 11 personas muertas.

Una riña entre dos células del Cártel de Sinaloa, “Los Mexicles” y “Los Chapos”, en el módulo dos del citado penal, es lo que detonó la ola de violencia en la fronteriza ciudad. El Subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, confirmó hoy en la conferencia matutina que el grupo delictivo “Los Mexicles” está detrás de los hechos y también confirmó la detención de seis de sus presuntos integrantes.

El Fiscal de Chihuahua, Roberto Fierro, detalló que entre los civiles inocentes que fueron asesinados en represalia hay un menor asesinado.
“Primero estuvo lesionado y lamentablemente perdió la vida. El caso fue en un centro de conveniencia, un Circle K, ahí fue donde sucedieron los hechos”, detalló el Fiscal chihuahuense.

En Internet circulan diversos videos de los ataques suscitados en Ciudad Juárez la tarde del 11 de agosto. Foto: Especial.

La violencia también cimbró diversos municipios en Jalisco y Guanajuato la tarde-noche del pasado 9 de agosto. Bloqueos, enfrentamientos, así como la quema de vehículos y tiendas de autoservicio se desataron en el Bajío después de que elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y policías estatales intervinieran en un encuentro de líderes regionales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la organización criminal predominante en ambas entidades.

Según distintas versiones, en el operativo se habría detenido a Ricardo Ruiz Velazco, alias “El Doble R”, un presunto operador de éste Cártel.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador indicó al día siguiente que aparentemente había “una reunión de dos bandas” cuando llegaron elementos de la Secretaría de la Defensa y “hubo un enfrentamiento, hubo detenciones, esto es lo que provocó las protestas, las quemas de vehículos, no sólo en Jalisco sino en Guanajuato”.

Ricardo Mejía Berdeja especificó que luego de los operativos fueron capturadas 16 personas, 11 en Guanajuato y cinco en Jalisco; pero ni el Presidente, ni el Subsercretario de Seguridad aclararon quiénes fueron los arrestados, ni mencionó los nombres de las organizaciones a las que pertenecían.

El Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, dijo que el operativo tuvo lugar a 50 kilómetros al norte de la capital del estado que él gobierna y, hasta el miércoles por la mañana, había cinco detenidos y un sospechoso muerto.

Rubén Ortega Montes, también miembro del Comité del Observatorio de Análisis sobre Seguridad, Justicia y Derechos Humanos en Jalisco, destacó que en esa entidad no ha disminuido la violencia, pues es el estado con más personas desaparecidas y con el mayor número de fosas clandestinas en el país.

“Lo único que nos queda claro es que el Gobernador (Enrique Alfaro) sigue mintiendo cuando dice que la inseguridad ha bajado, que estamos bien y que no hay tanta inseguridad, que es cuestión de los medios, pero la realidad nos rebasa. Creo que este es un momento de reflexión para el Gobernador y los titulares de seguridad”, expresó el académico.

Guanajuato, Jalisco y Chihuahua están dentro de los 10 estados más violentos del país, tanto en incidencia delictiva general como en víctimas de homicidio doloso.

Además, Jalisco es el estado número uno en materia de desaparición, pues acumula al menos 15 mil 040 personas desaparecidas, por encima del Estado de México, que ocupa la segunda posición con un total de 11 mil 228 personas desaparecidas y no localizadas, desde el año 1964 a la fecha.

En cuanto a homicidios dolosos, Guanajuato se ubica en el primer lugar con un total de 1 mil 566 víctimas de homicidio doloso registradas en el primer semestre de este año; Jalisco, en quinto lugar, con 1 mil 24 personas asesinadas, seguido de Chihuahua con 929, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

IMPLICACIONES DE RECONOCER “TERRORISMO” EN MÉXICO

A raíz de los hechos violentos generados para infundir el miedo y terror en Jalisco, en redes sociales los usuarios rechazaron la inseguridad y destacaron que los acontecimientos eran actos terroristas. Los especialistas consultados por SinEmbargo coincidieron en ello.

“La violencia en Jalisco está desatada. En cuanto a este acto último, se convirtió propiamente en un terror urbano: cuando bajan a una familia, con la quema de vehículos, donde los criminales bajan a los ciudadanos, les prenden fuego a los camiones del transporte público y a particulares. Entonces, podemos decir que, en Jalisco, si le conjuntamos estas acciones y le empezamos a dar vuelta hacia atrás con otros eventos que se han presentado desde 2011, podemos sostener que en Jalisco la violencia de los brazos armados de la delincuencia organizada, que está imparable. Desbordan la capacidad de respuesta de las autoridades estatales”, señaló Ortega Montes.

Édgar Guerra Blanco explicó que el término de terrorismo generalmente se ha empleado a los grupos extremistas que usan el terror con una motivación política e ideológica, como ocurre en Estados Unidos, Europa o Medio Oriente, con grupos islamistas por ejemplo.

El especialista detalló que por mucho tiempo se dijo que los cárteles mexicanos no tienen un componente político en sus actos de terror, sino su intención era solamente económica, y por ese motivo no se consideraban actos terroristas, sin embargo, el analista difirió del hecho.

“Pensar que las organizaciones criminales mexicanas son apolíticas es equivocado, porque los están empleando la violencia con fines de control territorial y eso es una función del Estado. El Estado debe controlar su territorio y lo que están haciendo las organizaciones delictivas es controlar su terreno; pero también usan la violencia para tener cierta dominación sobre la población. Es una línea muy débil, pero si usan la violencia para dominar territorio, es una cuestión política. Y si están usando la violencia como una cuestión política, hay terrorismo”, destacó el investigador del CIDE.

Por su parte, Víctor Sánchez consideró que en parte tienen razón quienes dicen que no necesariamente se puede atribuir un motivo político a esos grupos criminales, sin embargo, destacó que tampoco hay una diferencia sustantiva en el uso de los métodos.

“Lo que están haciendo estos grupos del crimen organizado no tiene una diferencia sustantiva (a lo que hacen los grupos terroristas). Los métodos que está usando (el narco) sí se podrían encuadrar en algo que utilizan los grupos terroristas, es decir, las metodologías son las mismas, aunque por este matiz –de carencia de una bandera política– no se podría poner la etiqueta completa”, comentó el académico de la Universidad Autónoma de Coahuila.

Para los especialistas reconocer que son episodios terroristas no generaría mayores implicaciones en cuanto al manejo operativo y de seguridad nacional en México, debido a que el terrorismo es un tema de seguridad nacional que debe ser tratado por las fuerzas militares, en tanto que la seguridad pública, que es un tema que debía manejarse principalmente por instituciones civiles, ya se está tratando en el ámbito de la seguridad nacional.

“La seguridad pública se está manejando como seguridad nacional porque es el Ejército el que está a cargo”, dijo Édgar Guerra.

Sin embargo, el especialista recalcó que tampoco se puede catalogar a los cárteles como grupos terroristas “porque hablar de grupos terroristas implica atentar contra la soberanía y la seguridad nacional”.

Aunque los especialistas consideran que si son actos terroristas, destacaron que tampoco se pueden catalogar como grupos terrorristas a los cárteles mexicanos. Foto: Twitter @Jalisco_Rojo

Guerra Blanco destacó que las implicaciones de reconocer los episodios terroristas serían más en el escenario político nacional y a nivel internacional.

“Recordemos que Donald Trump fue quien metió ese tema al debate, porque eso le daría a Estados Unidos, hasta cierto punto, incentivos o ventanas de oportunidad para incidir o tratar de tener mayor injerencia en México”, detalló.

Finalmente, los especialistas comentaron que los hechos acontecidos en las tres entidades demuestran, una vez más, que la estrategia de ir contra los cabecillas del crimen no funciona si no se acompaña de acciones previas de inteligencia y contrainteligencia enfocadas a contener y evitar las reacciones violentas de los grupos criminales ante a los operativos federales y detenciones de capos.

«Las autoridades no advirtieron –con trabajos de inteligencia y de contrainteligencia– que pudiera ocurrir esto y eso muestra claramente que la violencia está imparable por falta de gobernabilidad, considerando que la gobernabilidad viene de acciones de prevención y de disuasión […] La falta de inteligencia y contrainteligencia nos lleva precisamente a ver cómo ha fallado el Estado”, apuntó Ortega Montes.

Para Víctor Sánchez ahora las autoridades deben actuar con mano dura frente a las organizaciones, capturar y no dejar impunes estos hechos violentos porque de lo contrario, si no hay consecuencias, eso se traduce en “incentivos a las organizaciones criminales para que generen violencia cuando alguno de sus líderes es arrestado”.

Sugeyry Romina Gándara

Ha trabajado como reportera y fotoperiodista de nota roja en Chihuahua. Los últimos años, ya radicada en CdMx, los ha dedicado a cobertura sobre temas de desaparición, seguridad y víctimas de la violencia.

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