México

Los que descendían de microbuses y autobuses traían ya formatos de afiliación, con nombres de candidatos engrapados e la hoja, que por lo menos implica inducción del voto, si no compra o coacción, comportamientos que fueron denunciados también en otros distritos de la Ciudad de México y del país.

Ciudad de México, 30 de julio (SinEmbargo).– Es el mediodía del sábado 30 de julio y es incesante el flujo de militantes de Morena en el centro de votación de la Alcaldía Benito Juárez, donde el PAN ha sido hegemónico casi tres décadas: llegan solos, en parejas y en familia, a pie o en sus propios vehículos, se forman, votan y se marchan.

Pero al centro de votación en la colonia Xoco, ubicado junto a la Cineteca Nacional y frente al panteón de uno de los pueblos originarios de la capital mexicana, es ostensible también la transportación de personas, el llamado “acarreo”, una de las prácticas que desmerece la jornada electoral de este sábado, clave para el futuro de ese partido.

Los morenistas han votado a lo largo del fin de semana. Foto: Omar Martínez, Cuartoscuro

En medio del bullicio, junto a la larga fila de quienes votarán por congresistas de Morena, se escucha la voz de una militante que ubica el desafío que enfrenta el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador: “Me parece importante, realmente fundamental, que Morena se ponga a la altura del líder máximo que está trabajando por México”.

Y es que, en opinión de militantes, el ejercicio libre del voto en esta elección interna al III Congreso Nacional Ordinario de Morena en septiembre, también se opacó con prácticas de acarreo y presunto compra de votos, como en otros distritos de la Ciudad de México.

Aquí no se llegó al extremo de Coyoacán, donde se pretendió reventar la elección, ni de que fueran suspendidas las votaciones, como en otras partes del país, pero sí hubo conductas indebida en una Alcaldía que gobierna el PAN desde 1997, pese a los escándalos de corrupción de sus autoridades.

“Hay mapacheo”, afirma Carlos Murillo, vecino de Benito Juárez, quien llegó desde temprano al centro de votación para documentar las prácticas prohibidas por los estatutos de Morena.

Las acusaciones de acarreo han continuado a lo largo del sábado. Foto: Margarito Pérez Retana, Cuartoscuro

“Están llegando los camiones y les dicen por quién votar. Vienen, votan, regresan y se apuntan en una lista y se suben y se van en camión”, describe. “No está evidenciada la compra de voto (me imagino que es en el camión), (pero) el acarreo existe y que les digan que voten por alguien, sí”.

Murillo videograbó a Pablo Hernández cuando, días antes de la jornada electoral, ofrecía a vecinos transporte para que votaran por él, lo cual el candidato cercano a Martí Batres, Secretario de Gobierno de la Ciudad de México, negó.

Pero Murillo asegura que tiene las pruebas de que se materializó la acción: “Sí vinieron, los tengo grabados. Están arrasando con la militancia”.

Igual que la militante Verónica González, a Murillo se le acusa de ser prosélito del Senador Ricardo Monreal, pero él lo niega y recuerda que, tras las elecciones de 2012, ofreció entregarle pruebas del rebase de gastos de campaña de Enrique Peña Nieto en Benito Juárez y lo dejó plantado.

—¿Entonces usted no es monrealista?

—Por supuesto que no. Monreal es un traidor.

Militantes votan en una casilla el sábado en las internas de Morena. Foto: Omar Martínez, Cuartoscuro

Y es que, en efecto, así como cientos de militantes llegaban al centro de votación por sus propios medios, también otros tantos descendían de vehículos de transporte público que los esperan para llevarlos de vuelta.

Los que descendían de microbuses y autobuses traían ya formatos de afiliación, con nombres de candidatos engrapados e la hoja, que por lo menos implica inducción del voto, si no compra o coacción, comportamientos que fueron denunciados también en otros distritos de la Ciudad de México y del país.

Guillermo Silva Hernández, un octagenario vecino de la colonia Del Valle que pertenció a las Juventudes Comunistas, acudió entusiasmado a votar para demostrar que en la Benito Juárez también hay izquierda, pero no ignora que haya malas prácticas en Morena.

“De que tenemos desconfianza del partido, la hay. Lo que tenemos es volver a las mañas del PRD y tengo la impresión de qué hay mucho acarreado”, subraya.

A pesar de todo, dice doña Martha, vecina de la colonia Álamos, la elección interna de este sábado “es una prueba de que Benito Juárez es Morena también”.

El proceso electoral interno de Morena será clave para 2024. Foto: Margarito Pérez Retana, Cuartoscuro

—¿No es el PAN el dueño de Benito Juárez?

—No es dueño de Benito Juárez. Quizá para muchos es muy cómodo votar por el PAN. Pero estamos viendo que el PAN no está haciendo lo debido en su delegación: Hay delincuencia, hay muchos baches, hay descuido, hay basura. En realidad no está trabajando el PAN.

Ella, como sus vecinos de la Álamos, está consciente de los límites de Morena, pero subraya: “Es nuestro gusto votar por lo que está haciendo López Obrador”.

Otro vecino tercia y también identifica la razón de su presencia: “Por él venimos a votar, por Andrés Manuel López Obrador”.

Más temprano este sábado, Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, aseguró que revisarán los reportes de acarreos de votantes e irregularidades registradas a lo largo de las jornadas electorales en distintos puntos del país para elegir a sus nuevos consejeros estatales. El dirigente nacional adelantó que anularán las votación en los distritos donde se comprueben anomalías.

“En aquellos casos donde tengamos el reporte de que hubo acarreo y tengamos pruebas, se van a presentar estas quejas a la Comisión de Honestidad y Justicia y junto con la Comisión de Elecciones vamos a evaluar si fueron elecciones libres o no, y podríamos ahí tomar decisiones”, dijo esta tarde a medios en el centro de votación instalado en la Alcaldía Iztacalco de la Ciudad de México.

“Donde encontremos pruebas de que así se haya hecho [los acarreos] se anularía la votación”, agregó.

Álvaro Delgado Gómez

Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.

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