Caro Quintero también mató a otros 2 de EU en Guadalajara: pensó que eran de la DEA

Entre los crímenes cometidos por el fundador del Cártel de Guadalajara, destacan los de otros dos ciudadanos estadounidenses en la década de los 80, y se trata del escritor John Clay Walker y de su amigo Alberto Radelat.

Ciudad de México, 21 de julio (LaOpinion).– Tras la captura de Rafael Caro Quintero en la sierra de Sinaloa, el gobierno de Estados Unidos espera que muy pronto se resuelva la extradición del llamado “Narco de narcos”, a quien buscan enjuiciar por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena, y de su piloto Alfredo Zavala Avelar.

“No hay escondite para nadie que secuestra, tortura y asesina a agentes estadounidenses”, señala un comunicado emitido por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, luego de darse a conocer el arresto.

Sin embargo, entre los crímenes cometidos por el fundador del Cártel de Guadalajara, destacan los de otros dos ciudadanos estadounidenses en la década de los 80, y se trata del escritor John Clay Walker y de su amigo Alberto Radelat, un estudiante de odontología de Fort Worth, Texas.

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El único “pecado” de estos dos hombres, fue encontrarse con Caro Quintero y varios de sus hombres en un restaurante de mariscos en Guadalajara, donde el líder criminal celebraba una fiesta privada en una habitación en la parte trasera del negocio.

La apariencia de John y de su amigo, así como el idioma inglés, sentenciaron su destino a manos de Caro Quintero, quien los confundió con agentes de la agencia antidrogas, por lo que decidieron torturarlos y matarlos a puñaladas.

Los cuerpos de Radelat y Walker aparecieron envueltos en una alfombra en junio de 1985, casi cinco meses después de su desaparición.

Ahora, los familiares de las víctimas ofrecieron una entrevista a la agencia AP en la que mostraron su entusiasmo por la captura de Caro Quintero, ya que eso podría abrir las puertas para que finalmente se haga justicia por la muerte de sus seres queridos.

Lannie Walker, hija de John, señaló: “Nos alegramos mucho de oír que había sido capturado, y también reabrió un gran trauma para nosotras… Mi hermana y yo hemos perdido casi 40 años sin nuestro padre, no hay nada que pueda compensar eso”.

Respecto a que la extradición de Caro Quintero podría demorar meses, o incluso años, Lannie no pierde las esperanzas de que, algún día, el “Narco de narcos” enfrente a la justicia de Estados Unidos y termine tras las rejas en ese país.

“Tenemos esperanza. Pero somos muy conscientes de cómo ha funcionado el gobierno mexicano y el sistema judicial mexicano, en lo que concierne al caso de nuestro padre hasta ahora. De modo que tenemos esperanza, pero estamos nerviosas de que lo que ocurrió en 2013 pueda ocurrir de nuevo”, indicó.

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