Miembro de Los Zetas sentenciado por atentado en Casino Royale se suicida en cárcel

De acuerdo con los reportes iniciales, el interno habría intentado quitarse la vida primero al cortarse las venas con vidrio, pero al no lograr su cometido tomó un pedazo de la sábana de su cama y se colgó.

Los Ángeles, 13 de julio (La Opinión).– Uno de los hombres sentenciados por el atentado al Casino Royale en agosto de 2011, en donde murieron 52 personas, se suicidó en la celda donde estaba recluido en el penal de Durango.

Se trata de Jesús Rafael Torres Bautista, alias “El Colitas”, y quien pertenecía al Cártel de Los Zetas, el cual fue encontrado colgado y con heridas en los brazos en el interior de su celda.

De acuerdo con las primeras investigaciones, junto al cuerpo se encontraron los vidrios de sus lentes llenos de sangre, por lo que se cree que los usó para cortarse las venas, pero al no lograr el propósito de quitarse la vida, tomó un pedazo de la sábana de su cama y se colgó.

Además, trascendió que el prisionero consumía medicamento controlado para tratar la depresión y la ansiedad, y que en la celda fue encontrado un mensaje póstumo, aunque no se dio a conocer su contenido.

Torres Bautista, quien murió a los 29 años, acababa de cumplir la mayoría de edad cuando participó en la masacre del Casino Royale. En su momento, la Procuraduría General de la República informó que “El Colitas” fue el encargado de despojar de sus pertenencias a los clientes de dicho casino.

Posteriormente, los delincuentes le prendieron fuego al lugar provocando la muerte de 52 personas. En total, participaron alrededor de 10 sujetos en el ataque.

El atentado, que fue atribuido al Cártel de Los Zetas, se interpretó como una medida de presión para exigir el pago por extorsión hacia los dueños del lugar.

Dentro de las investigaciones posteriores por las autoridades se detuvieron a 25 hombres, entre ellos Jesús Rafael Torres Bautista, acusado por delitos contra la salud, posesión de cartuchos y portación de armas de fuego sin permiso alguno.

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