Lily denunció abuso sexual en Jalisco… y la internaron en un centro de adicciones
PorTamara Mares Rivera
12/07/2022 - 9:30 pm
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Lily intentó denunciar abuso sexual ante la Fiscalía de Jalisco, pero al emprender la acción legal se encontró con un sistema revictimizante que la arrebató de su núcleo familiar y la remitió a un centro de rehabilitación para personas con adicciones a drogas y alcohol. Hoy, después de un periplo por el que atravesó su familia, está en casa.
Ciudad de México, 12 de julio (SinEmbargo).– Cuando Lily*, de 13 años, recibió el apoyo de su abuela y tía para denunciar a un familiar por abuso sexual, ella esperaba que el Ministerio Público cumpliera con las diligencias correspondientes para brindarle justicia.
En vez, fue separada por la Fiscalía de Jalisco de sus seres queridos y enviada a un centro de rehabilitación para personas con adicciones al alcohol, narcóticos o problemas emocionales en Jocotepec (ubicado a unos 60 kilómetros de Guadalajara), a pesar de que Lily no tiene ninguna adicción.
La familia se puso en contacto con un equipo de abogados para intentar volverse a reunir con Lily, por lo que la defensa jurídica presentó un amparo por desaparición forzada que les permitiría obtener información sobre el paradero de la niña.
Gracias a los esfuerzos de su familia y el equipo legal para sacarla del centro, Lily se pudo reincorporar con su tía después de casi un mes de estar lejos de sus familiares.
LILY DENUNCIA ABUSO SEXUAL; FISCALÍA LA REVICTIMIZA
Lily presentó una denuncia ante el Ministerio Público por abuso sexual por hechos ocurridos en las festividades de Año Nuevo.
El proceso fue largo y las autoridades le solicitaron en múltiples ocasiones que contara lo sucedido, un proceso revictimizante, detalla el abogado de la joven. Por esta razón, ella decidió dejar de darle seguimiento a su denuncia.
«Van a denunciar, y al realizar la denuncia los agentes van varias veces con Lily y le dicen ‘cuéntame qué pasó’, y ‘cuéntame qué pasó’, una y otra vez, hasta que Lily le dice a su abuela ‘Ya no quiero seguir con la denuncia porque siempre me preguntan lo mismo’. Esto, en un tema jurídico, es la revictimización de una niña en un hecho muy grave», señaló el litigante, quien pidió omitir su nombre por cuestiones de seguridad.
Por tratarse de un caso de abuso sexual en agravio de una menor de edad, la Fiscalía de Jalisco está obligada a seguir investigando el caso, si bien hasta ahora no ha presentado resultados y se desconoce el paradero de su probable agresor.
Durante la investigación del caso, los agentes ministeriales determinaron que no había un vínculo familiar entre Lily y su abuela, Marcela, y su tía, Adriana, pues únicamente se fijaron en los diferentes apellidos de las tres mujeres y determinaron que no había un entroncamiento familiar, pese a que las adultas se han hecho cargo de ella desde hace cuatro años debido a que la mamá de Lily está indispuesta a cuidarla.
«La Fiscalía tomó la decisión de que como no vio ningún entroncamiento familiar de Lily con nadie –porque ni su abuela ni su tía tienen los mismos apellidos que ella– y como su madre biológica está ilocalizable, dicen, ‘Yo necesito proteger a la niña entonces vamos a mandarla a un centro de adicción en Jocotepec'», detalló el abogado. «No la mandan a un albergue, no la mandan a un centro del DIF, la mandan a otro lado».
En su declaración oficial ante el Ministerio, Lily especificó que su abuela paterna era su cuidadora desde hace varios años, e incluso le decía «mamá» de cariño, pero la Fiscalía no tomó en cuenta su testimonio, ni ordenó pruebas de sangre, que permitieran verificar la relación sanguínea entre ninguna de las tres mujeres.
A falta de su madre biológica, las autoridades jalisciences argumentaron que no había ningún tutor o tutora legal que pudiera tomar la custodia de Lily, que la niña estaba en riesgo al no tener un adulto que la protegiera y cuidara, y bajo esas declaraciones la remitieron a un centro de tratamiento de adicciones particular que ha sido contratado por el Sistema DIF de Jalisco para coadyuvar en la atención de problemáticas sociales.
La joven de 13 años fue sustraída de su escuela secundaria por elementos de la Policía Investigadora el pasado 15 de junio. Desde entonces, se ha mantenido incomunicada con su abuela y tía paternas. Tras ser llevada por los agentes, los funcionarios acudieron al domicilio de la abuela Marcela y le dijeron que habían llegado «por el caso de Lily».
En ese momento, la mujer se negó a acompañarlos a la Unidad de Investigación de Delitos Cometidos en Agravio de Menores de Edad «Ciudad Niñez» porque pensaba que Lily estaba en su escuela, a lo que los agentes le contestaron: «A usted que le valga madre, ya nuestros compañeros fueron por la niña y se la van a llevar allá».
«¿DÓNDE ESTÁ LILY?»
Al llegar a «Ciudad Niñez», los agentes le aseguraron a Marcela que podría retirarse de las instalaciones con Lily tras hacerle una valoración sobre los hechos de abuso, lo cual hizo, pero no pudo regresar a casa con la niña porque la abuela no era su madre biológica.
Inicialmente, la Fiscalía le aseguró que Lily había sido trasladada al DIF Zapopan para su resguardo, y podría volver a su hogar familiar si su mamá biológica se presentaba en las instalaciones de «Ciudad Niñez» al día siguiente antes de las 10:00 horas.
Aunque Marcela y Adriana se dieron a la tarea de encontrar a la familiar directa de Lily y acudieron a la cita a tiempo, se les negó la custodia de Lily e incluso una trabajadora del Sistema DIF de Jalisco les aseguró que la niña nunca había sido admitida a las instalaciones de Zapopan, ni existía un expediente con su nombre.
Horas después llegó la noticia cuando la funcionaria del DIF recibió ya el expediente completo: Lily no estaba bajo el cuidado del Gobierno de Jalisco. Lily había sido llevada a un centro de rehabilitación privado en el cual medios periodísticos habían reportado la residencia de al menos tres personas con un reporte de desaparición.
«En ese momento, la familia nos contacta porque no podían encontrar a Lily, y nadie les daba información. Nosotros promovimos un amparo por desaparición forzada, ¿por qué? Porque fue la autoridad quien trasladó a Lily a un ‘albergue’, como ellos le llamaron, y no le querían dar más información a los familiares, entonces se desconocía su paradero», explicó el abogado.
El litigante expresó su preocupación de que las autoridades hayan decidido que la mejor opción para Lily fuera enviarla a un centro de rehabilitación en vez de un albergue del DIF, y que no hubiera contemplado los deseos de la niña al momento de determinar dónde se resguardaría durante su proceso de denuncia.
«El Ministerio Público no fue bueno para hacer una escucha de menores [de edad] y reconocer que Lily no es una niña chiquita que no entiende su contexto, ella sabe su contexto y nadie le preguntó con quién quería estar resguardada mientras se resolvía su denuncia», reprobó.
«La actuación del MP fue sumamente irresponsable porque se les hizo más fácil deshacer un núcleo familiar, teniendo a su alcance la posibilidad de entrevistar a la familia para determinar una afiliación, se les hizo más fácil mandar a una niña de 13 años a otro municipio, a un centro de rehabilitación para drogadicción», enfatizó el abogado.
Incluso, a pesar de que existía una resolución de un Juez que pedía que Lily fuera trasladada fuera del centro de rehabilitación y hacia instalaciones del DIF, la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes de Jalisco argumentó que no podía cumplir con la sentencia porque «para realizar dicho traslado, se requiere encontrar un Centro de Asistencia Social de acuerdo a su perfil [de la niña], además, de tener la seguridad de que no le afectará emocionalmente».
«Parece que están castigando a Lily por haber denunciado abuso sexual, porque se están fijando más en su contexto que en buscar a quien cometió el delito, porque ni siquiera han hecho nada para conocer su paradero», lamentó la defensa.
Hoy, a días de cumplirse un mes alejada de su familia, Lily ya se encuentra en casa, como confirmó su defensa a este medio.
*La familia solicitó resguardar el nombre verdadero de la joven y de sus integrantes por su seguridad.
Tamara Mares Rivera
Periodista por la UNAM. Sus principales intereses son derechos humanos, política y género. Es somnolienta sin café y apasionada de la mar.
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