Los datos más recientes revelan un descenso del 25 por ciento en las capturas incidentales de estos animales, sin embargo, las redes de pesca continúan siendo un peligro para ellas, alerta la NOAA de EU.
Por Patrick Whittle
PORTLAND, Maine, EU, 29 de junio (AP) — El número de ballenas enmalladas ha disminuido recientemente, pero las redes de pesca siguen siendo una amenaza crítica para las especies raras, dijo el Gobierno estadounidense en un informe publicado el martes.
En 2020 se confirmaron 53 casos de ballenas enmalladas en Estados Unidos, según informó el martes la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Esta cifra supone un descenso del 25 por ciento con respecto al año anterior y es inferior al promedio de los últimos 13 años, según la agencia.
Las redes de pesca son una de las dos mayores amenazas para las especies de ballenas en declive, en particular las ballenas francas del Atlántico Norte, de las que hay menos de 340 ejemplares en el mundo.
The entanglement of large whales in fishing gear or marine debris is a serious animal welfare & conservation problem. Read recent reports on efforts in 2019 & 2020 by @NOAA & our partners to respond to whales in distress & help recover their populations: https://t.co/NdLY0ZIRuc pic.twitter.com/4EndJ2Ge5A
— NOAA Fisheries (@NOAAFisheries) June 28, 2022
La otra amenaza son las colisiones con barcos.
Según la NOAA, en todas las regiones costeras, excepto en Alaska, se registró un descenso en el número de ballenas enmalladas.
La agencia indicó que será necesario realizar más investigaciones para determinar la causa de la disminución en los enmalles, aunque es posible que la interrupción de las actividades pesqueras y de los informes de datos a causa de la pandemia de COVID-19 hayan desempeñado un papel importante.
También es posible que factores que no están relacionados con la pandemia hayan influido, ya que “algunas regiones han informado de cambios ambientales a gran escala, como las olas de calor marinas, que también pueden estar afectando los índices de enmalles de ballenas y los reportes”, dijo la agencia en el informe.
Más de la mitad de las ballenas enmalladas eran ballenas jorobadas, que son muy apreciadas por los observadores de cetáceos y tienen una población global relativamente estable.
Sin embargo, cuatro de las ballenas eran ballenas francas del Atlántico Norte, que se encuentran en pleno declive poblacional debido a una elevada mortalidad y una escasa reproducción en los últimos años.
Las ballenas francas dan a luz frente a Florida y Georgia, y migran al norte, a las aguas de Nueva Inglaterra y Canadá, para alimentarse.
En los últimos años, científicos y conservacionistas han alertado sobre el hecho de que el calentamiento de las aguas parece provocar que las ballenas se alejen de las zonas protegidas del océano en busca de alimento.
El nivel actual de enmalles es más de lo que las ballenas pueden soportar, dijo Kristen Monsell, abogada del Centro para la Diversidad Biológica, un grupo de conservación.
Este grupo y otros han presionado para que se impongan restricciones más estrictas a la pesca comercial a fin de evitar que las ballenas se enmallen.
“Estos informes muestran que muchas ballenas en peligro de extinción quedan atrapadas en las redes de pesca, sobre todo porque los enmalles reportados son sólo la punta del iceberg”, afirmó Monsell.