La iglesia católica consideró que tanto ella, como los padres de familia y las escuelas son responsables de la violencia que se vive en el país, sin embargo, destacó que las autoridades no tienen las capacidades necesarias para enfrentarla.
Ciudad de México, 19 de junio (SinEmbargo).- Asesinatos, desapariciones, secuestros, extorsiones y otros males que «lastiman en lo más profundo a nuestro pueblo» cierran una semana de terror en México, donde la violencia «crece como espuma, y parece que no hay forma de detenerla», aseguró este domingo la iglesia católica a través de una publicación en Desde la fe.
En su editorial semanal, afirmó que las autoridades municipales, estatales y federales se encuentran «rebasadas» para enfrentar a la delincuencia porque «carecen de la capacidad humana, logística, económica, técnica, e incluso moral».
Además, consideró que las raíces sociales en el país se han «pervertido» tanto que hasta las autoridades, que deberían proteger la vida y dar seguridad a la sociedad, están coludidas con los criminales, y las que aún no lo están, temen aplicar la Ley, porque ponen en riesgo su vida y la de su familia.
«¡Vivimos un infierno! ¿Cómo hemos llegado a este desprecio por la vida humana, a la degradación de los valores, al endiosamiento del poder y del dinero, al imperio de la impunidad, la maldad y el egoísmo? Todos somos responsables», expresó la iglesia.
En la publicación, también señaló como responsables a los padres de familia por dejar de educar a sus hijos con valores y amor a la vida; a las escuelas, que desde hace años son un botín político y hoy son espacios de adoctrinamiento ideológico, más que de conocimiento; y al Estado y los partidos políticos, que son cuna de la corrupción y la impunidad.
En cuanto a la institución religiosa, declaró no estar libre de culpas: «No hemos sabido responder a esta realidad que todos los días cobra vidas, bajo la mirada cada vez más indiferente de muchos fieles que, por desgracia, han ido perdiendo la capacidad de distinguir entre el bien y el mal».
Ante la violencia desatada en México, la iglesia católica hizo un llamado para hacer esfuerzos a favor de la reconstrucción del tejido social, pues «resultan estériles y hasta vergonzosos» los ataques entre la clase política, las descalificaciones, la repartición de culpas y las justificaciones irracionales.
«Esta descomposición social exige un fortalecimiento urgente y decidido de la educación para vivir los valores que pueden sustentar sociedad donde haya justicia, respeto, solidaridad y compromiso con el bien común, pues de lo contrario será imposible reconstruir el país, una tarea a largo plazo que debemos empezar ya, juntos, por el bien nuestra patria amada, que tanto anhela la paz», advirtió en el editorial.