Entre 11 y 19 millones de personas en el mundo están hoy amenazadas de hambruna a causa de la caída en las exportaciones de trigo y otros cereales provenientes de Ucrania y Rusia, advierte la FAO.

Por Angélica Pérez

Francia, 11 de junio (RFI).- Los considerados «desnutridos» aumentaron en 118 millones de personas en 2020 el año de la pandemia. Las estimaciones actuales, el año de la guerra entre Rusia y Ucrania, sitúan ese número en unos 100 millones más.

Carolina Delgado, directora del Programa de Alimentos, Seguridad y Paz del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) explica con la lupa puesta en Ucrania cómo funciona los vínculos entre guerra y crisis alimentaria.

«Lo que vemos es una baja en la producción en la agricultura por el simple hecho que los campesinos ya no pueden sembrar, no pueden acceder a sus campos. Puede ser que estén minados, o que las personas que trabajan en ellos son atacadas. La gente se ha desplazado, o la gente que antes trabajaba en la agricultura tiene que unirse a diversas fuerzas armadas. Hay menos comida para exportar y la infraestructura de los transportes se ve muy afectada; hay ataques a vías, puertos y sitios donde se guardan los granos», explicó Delgado.

Agricultores inician la limpieza de campos de cultivo para el siguiente ciclo agrícola, algunos con máquinas como tractores y otros solo ayudados con un machete.
Los expertos consideran que la crisis alimentaria global comenzó mucho antes de la guerra. Imagen ilustrativa. Foto: Crisanta Espinosa, Cuartoscuro

«El costo de las exportaciones sube muchísimo, por un lado, porque los seguros son muy altos pues el riesgo que esos barcos sean atacados es muy alto. Hay restricciones por las sanciones, no sólo por las sanciones impuestas por Estados Unidos o Europa a Rusia, pero también de Rusia a otros países. Rusia es el exportador de fertilizantes más importante, y también de gas. Y Rusia no puede y no siempre quiere exportar. Entonces, impacta también la producción agrícola no sólo en Ucrania sino en otros países», añadió.

La directora del Programa de Alimentos, Seguridad y Paz del SIPRI explicó que «con la guerra hay menos comida y es menos accesible porque no se puede llegar de los sitios de producción a los sitios donde están los consumidores y los precios de la comida suben».

Aunque los expertos consideran que la crisis alimentaria global comenzó mucho antes de la guerra, con un aumento promedio desde el año 2020 del 60 por ciento en el precio de los cereales. Lo cierto es que hoy la guerra del cereal en Ucrania se vive en el campo ucraniano, se decide en los puertos y se sufre en África.

La guerra entre Rusia y Ucrania ha agudizado la crisis de los cereales en el mundo. Imagen ilustrativa. Foto: Evgeniy Maloletka, AP

«Claro que los más afectados son los países que ya eran vulnerables, que fueron más impactados por la pandemia de la COVID, por guerras, por el cambio climático. Porque tienen menos resiliencia, tienen menos para confrontar esa crisis», advierte Carolina Delgado.

La ONU alerta del riesgo de «un huracán de hambrunas» en muchos países, citando en particular a Sudán del Sur, uno de los países más pobre del mundo donde cerca de la mitad de los 45 millones de sus habitantes sufrirán de «inseguridad alimentaria» a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Para la investigadora del SIPRI, lo que es diferente es que «en el caso de Sudan del Sur, el país no depende de importaciones de granos de Ucrania y Rusia, sobretodo porque no comen tanto trigo. Pero dado la crisis en el país, la mayoría de la población es dependiente de la asistencia alimentaria de una organización, el Programa Mundial de Alimentos, y casi 50 por ciento de la comida que ellos distribuyen viene de Ucrania. Entonces este impacto es enorme».

Tanto Ucrania como Rusia son países líderes en exportaciones de trigo, maíz y aceite de girasol, por lo que cualquier sanción o conflicto amenazaría el suministro de países asiáticos, africanos y de Oriente Medio. Foto: AP

«Ellos han tenido que reducir sus programas, el número de beneficiarios que reciben ayuda, también la ración que cada familia recibe. La situación es tan desesperada que vemos un aumento de violencia en el conflicto local, porque más gente se enfrenta con la realidad que no va a recibir comida», finalizó. Una multifacética y peligrosa arquitectura que podría desmoronarse en cualquier momento.

El Presidente de turno de la Unión Africana (UA), el senegalés Macky Sall, pidió a Rusia una tregua en la guerra de Ucrania y que libere las reservas de toneladas de cereales y fertilizantes bloqueadas en ambos países. Su par ruso, Vladímir Putin, le aseguró que sus Fuerzas Armadas no asaltarán Odesa ―principal ciudad costera de Ucrania― si Kiev desmina el mar para desbloquear el transporte de cereales. Putin también dijo que no pondrá condiciones al paso de navíos de transporte por el Mar Negro. Pero todo esto condicionado a que Europa y Estados Unidos levanten las sanciones impuestas a Rusia.

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