El «supergusano» de Zophobas morio puede comer a través del poliestireno y obtener energía con la ayuda de sus microbios intestinales.
MADRID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) – Investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia descubrieron que una especie de gusano que come poliestireno podría ser la clave para el reciclaje de plástico a escala masiva.
Según publican en la revista Microbial Genomics, comprobaron que el «supergusano» común Zophobas morio puede comer poliestireno gracias a una enzima bacteriana en su intestinal.
El doctor Chris Rinke y su equipo de la Facultad de Química y Biociencias Moleculares de la UQ alimentaron a los gusanos con diferentes dietas durante un periodo de tres semanas: a algunos les dieron espuma de poliestireno, a otros salvado y a otros una dieta de ayuno.
«Descubrimos que los supergusanos alimentados con una dieta de poliestireno no sólo sobrevivieron, sino que incluso aumentaron ligeramente de peso -explica en un comunicado el doctor Rinke-. Esto sugiere que los gusanos pueden obtener energía del poliestireno, muy probablemente con la ayuda de sus microbios intestinales».
Los investigadores utilizaron una técnica llamada metagenómica para encontrar varias enzimas codificadas con la capacidad de degradar el poliestireno y el estireno.
El objetivo a largo plazo es diseñar enzimas para degradar los residuos de plástico en las plantas de reciclaje mediante la trituración mecánica, seguida de la biodegradación enzimática.
«Los supergusanos son como minicentrales de reciclaje, ya que trituran el poliestireno con la boca y se lo dan a las bacterias de su intestino -explica Rinke-. Los productos de descomposición de esta reacción pueden ser utilizados por otros microbios para crear compuestos de alto valor, como los bioplásticos».
Se espera que este biociclaje incentive el reciclaje de residuos plásticos y reduzca los vertidos. La coautora de la investigación, la candidata al doctorado Jiarui Sun, dijo que su objetivo es cultivar las bacterias intestinales en el laboratorio y seguir probando su capacidad para degradar el poliestireno.
«A continuación, podremos estudiar cómo ampliar este proceso hasta el nivel necesario para una planta de reciclaje completa», adelanta Sun.
En este sentido, Rinke cree que hay muchas oportunidades para la biodegradación de los residuos plásticos. «Nuestro equipo está muy entusiasmado con la idea de impulsar la ciencia para hacerla realidad», asegura.